El robo de la luz y ‘el Gobierno más progresista’ con cara de tonto
Por Javier Sáenz Munilla*. LQSomos
“Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos” (Constitución Española de 1978. Art. 51)
Quiere decirse que, frente al abuso y latrocinio que practican las empresas eléctricas, el Gobierno español tiene el poder legítimo que le otorga la Constitución, Ley de leyes, para intervenir el mercado y poner fin a semejantes desmanes, en aras a proteger los derechos de los ciudadanos. Lo que es un deber que el gobierno, de momento, incumple. ¿El gobierno “más progresista de la historia reciente”, tachún-tachún, desprotege a sus ciudadanos más inermes? ¿Y eso?. Hagamos un poco de historia.
Cuentan que allá por abril de 1939, en un lujoso despacho de la Gran Vía madrileña, sede de las grandes compañías españolas de electricidad, los grandes propietarios, grandes propietarios y señorones ilustres y patriotas, celebraban el triunfo del ejército franquista en la Guerra Civil. Uno de los presentes pidió un brindis por el Movimiento Nacional. A lo que, dicen, que respondió uno de ellos, y aseguran que fue Don Antonio María de Oriol y Urquijo:
-“¡Qué coño el Movimiento! Por las Eléctricas, que es por lo que nos levantamos contra la República.”
Y dicen que, desde entonces, todos los ministros de Industria, o eran nombrados directamente por las eléctricas o consensuados con sus dueños. Incluso después de la muerte de Franco. Y está también lo de las ‘puertas giratorias’, que eres ministrillo o ministrilla de industria y cuando dejas de serlo, consejero o consejera de Iberdrola, de Fenosa, de Endesa…
Y eso, claro, lo paga el pueblo. ¡¿Quién si no?!
La enrevesada factura de la luz, que no entiende ni dios, lo que está hecho, precisamente, para que al no entenderla pagues a tocateja lo que no debieras pagar, establece, por ejemplo, que si la compañía te pone un 20% de electricidad producida por una caída de agua, de coste 20. Te pone un 40% de electricidad producida por aerogeneradores, de coste 10, un 20 % producida por una nuclear, de coste 30. Y un 30%, producida por gas, que está carísimo y de coste 100, pues te cobra todos los items igual; todo a 100. Es como si vas a comprar un cerdo por piezas: tocino, entrañas, filetitos, pezuñas, etc. y te cobran todo a precio de jamón de bellota. “¡Un robo!”, le dirías al tendero. Pues eso. Un robo. Un latrocinio el de las eléctricas. Consentido, además, por ‘el gobierno más progresista de la historia reciente’. Consecuencia: España es el país de la UE con la electricidad más cara. Y para más inri, ocupa el puesto 14 de los 27 por el PIB per cápita. Ah! y en la factura, además, te cargan el llamado ‘impuesto verde’ por la parte de la electricidad producida con métodos contaminantes. Impuesto del Estado que cobran y se quedan las eléctricas. ¿Y no debe haber intervención?
“¡Ah, pero eso es comunismo!” Pues mira, no. Verás. Países con empresas PÚBLICAS de electricidad: Italia, Francia, Finlandia, Países Bajos, Austria, Lituania, Polonia, Irlanda, Rumanía, Estados Unidos, Suiza, Australia, Japón.
España también tuvo su Empresa Nacional de Electricidad, ENDESA. Sí, tuvo. La privatizó José María Aznar. Y no sólo sino que puso una empresa estratégica, en manos extranjeras: La italiana Enel. Tal patriotismo se ha ido viendo recompensado y a la Presidencia de Endesa han accedido personajes como Rodolfo Martín Villa, José Manuel Entrecanales, Manuel Pizarro… Y hoy se sientan en su Consejo, verdaderos patriotas como Miquel Roca, Alicia Koplowitz, Alejandro Echevarría… ¡La pasta!
Le han echado tanto morro los eléctricos, conocedores de su impunidad, que han llegado a aprovechar la pandemia, el aumento del precio del gas y el consiguiente aumento, a niveles estratosféricos del precio del KW/hora, que ellos mismos establecen, para producir electricidad barata a mansalva, a costa de vaciar pantanos, proteste lo que proteste la población local que necesita ese agua, para robar y robar cobrando a precio de oro esa electricidad extra producida por nada, porque las centrales son concesiones de propiedad pública. Y ‘el Gobierno más progresista de la historia reciente’ mirando al cielo a ver si llueve. Para mear y no echar gota. La verdad.
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Periodista y analista internacional. Miembro del Colectivo LoQueSomos. En Twitter: @pepitorias
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