“En la UB hay castas que eran intocables hasta que se rompió el silencio”
Javier Coria*. LQSomos. Agosto 2016
La Universidad de Barcelona (UB) ha llevado a la fiscalía las denuncias por “prácticas sectarias” del centro de investigación CREA que, desde 2004, viene denunciando casos de acoso sexual en la universidad.
La cadena SER dio la noticia, la UB ha trasladado a la Audiencia Provincial de Barcelona tres denuncias por “comportamientos sectarios” contra Community of Research on Excellence for All (CREA), un centro de investigación creado en 1991… “Con el objetivo de generar una investigación científica capaz de identificar teorías y prácticas superadoras de desigualdades y formar profesionales de la máxima excelencia docente e investigadora, provenientes de diferentes etnias, géneros, edades y clases sociales”, según declaran en su web. La primera denuncia contra el CREA data del 18 de mayo, cuando el denunciante declaraba que los directivos del centro “controlaban completamente su vida”. Por su parte, los miembros del CREA denuncian ser objeto de una campaña de difamación y desprestigio desde que empezaron a denunciar las prácticas machistas y el acoso sexual en la universidad. Las calumnias, afirman desde el CREA, contra el centro empezaron a ser anónimas por Internet, y ahora han llegado a la fiscalía, pero de alguna forma siguen siendo anónimas, porque la UB se ha negado a dar al abogado del CREA el contenido de tales denuncias, que los denunciados dicen enterarse de las mismas por la prensa.
Los presuntos casos de acoso sexual en la UB saltaron a la prensa en 2004, cuando se denunció a un catedrático. El 25 de enero de 2004 la edición de Catalunya de El País lo contó así: “Varios alumnos de la facultad de Economía de la Universidad de Barcelona (UB) han sido presuntamente acosados sexualmente por el catedrático de Sociología Jesús de Miguel. Así lo admite tanto la fiscalía y el propio campus, pero ninguna de las instituciones puede sancionar el docente porque los hechos han prescrito. El carpetazo al caso, que se extiende a decenas de estudiantes durante varias décadas según los testimonios, ha indignado a las víctimas, que se sienten “frustrados e impotentes”. En 1993, sesenta profesores y catedráticos de la facultad de Económicas de la UB dirigieron una carta al entonces rector Josep Maria Bricall pidiéndole la destitución del citado sociólogo por las presuntas irregularidades que cometió siendo el presidente de un tribunal de un concurso de cátedra, y donde favoreció descaradamente a uno de los opositores (véase El País, 20-10-93). Legalmente el catedrático sigue siendo profesor de la UB y pronto volverá a dar clase. Los estudiantes, que actúan de forma autónoma de cualquier institución, iniciaron una recogida de firmas en Change.org, para denunciar el acoso sexual, petición que sigue estando activa. Para hablar sobre todo ello entrevistamos a Rosa Valls, subdirectora del CREA y profesora de Teoría e Historia de la Educación en la UB.
Las primeras preguntas, en batería, se las tengo que hacer: ¿Hay prácticas coercitivas en el CREA? ¿Se acepta a cualquier académico, sea hombre o mujer, en el centro? ¿El control de las publicaciones de los miembros va más allá de lo razonable?
No solo no hay ninguna práctica coercitiva sino que el CREA, junto con centros y académicos de otros ámbitos, han sido precursores en España en la eliminación de las prácticas coercitivas que dominaban el feudalismo universitario hasta hace algunos años.
El CREA está formado por personas muy diversas, cuestión que en el contexto español, a diferencia del internacional, no es todavía habitual: diversidad de géneros, de opciones sexuales, ideologías, creencias, grupos culturales, etc. Somos una red de la que puede formar parte cualquier persona académica que respete los Derechos Humanos, no se aceptan personas acosadoras o racistas. En cuanto a mujeres y hombres, como puede verse en la web, un 73% son mujeres, mientras que según datos de la OCDE somos mujeres el 76% de quienes nos titulamos en educación. Ya sabemos que al ascender en escala profesional, la proporción de hombres va aumentando mientras disminuye la de mujeres, pero eso no ocurre en CREA, ya que sería muy inconsecuente dedicarse a la superación de desigualdades si luego hiciéramos la típica segregación vertical.
Las normativas de publicaciones de CREA (incluida la Comisión de Gestión del Conocimiento) están copiadas de las normativas internacionales y concretamente, de la normativa europea (para ver normativas, clic aquí)
Precisamente, uno de los objetivos de esta normativa es que unas personas no puedan publicar el trabajo de otras. Si no, todo depende de quién manda. En los grupos de investigación con estas normativas, como en CREA, estas prácticas no son posibles.
¿Saben exactamente de qué se les acusa?
No. Ya nos lo hicieron en el 2004 y llevamos desde entonces reclamando jurídicamente esas denuncias sin éxito, ni siquiera hicieron caso a la petición del defensor del pueblo de Catalunya, La táctica del 2004 consistió en hacer denuncias (no sabemos si es cierto ni cuantas) que luego se archivaron, pero que sirvieron para legitimar los ataques anónimos diciendo: se les investigó. Ahora están haciendo lo mismo. Por la forma en que actuaban y actúan, se utiliza la táctica de difama que algo queda. Al mismo tiempo, y como ha ocurrido en otras ocasiones, se intenta deslegitimar el trabajo que desarrollamos. Lo más grave es que todo esto hace daño a nuestras familias, hijos e hijas. En algunos casos los hijos de algunos compañeros han comenzado a recibir bullying en sus colegios. La mala fe con que se viene actuando hace que pensemos que el objetivo es difamarnos… sea como sea… y al precio que sea.
Las primeras denuncias aparecieron anónimamente en Internet. ¿Quién sospechan que estaba detrás de las mismas?
Solo hace falta ver la coincidencia entre lo que pensamos que se dijo de nosotros en las supuestas denuncias del 2004, los ataques anónimos que aparecieron en internet desde entonces y las declaraciones, también anónimas, actuales. Se organizaron a principios de 2004 cuando iniciamos las primeras investigaciones sobre este tema con el Instituto de la Mujer de Madrid y el Institut Català de la Dona de Catalunya. Nos atrevimos a hacerlo porque teníamos el apoyo del European Womens lobby, de la oficina contra el acoso sexual de Harvard y del feminismo internacional. Sin ese apoyo, ya nos hubieran destruido como lo habían hecho hasta entonces, una a una, a las profesoras precarias que se habían atrevido a denunciar un caso.
Ustedes dicen que la campaña contra el CREA comienza por romper el silencio sobre la violencia de género en las universidades. ¿Quieren ustedes decir que hay estamentos universitarios que están interesados en silenciarles?
Cuando hicimos la primera investigación, diferentes rectores nos dijeron (incluso pretendieron reñirnos) que eso era desprestigiar a las universidades españolas, que no hacían falta ni nunca habría comisiones de igualdad ni protocolos. No consiguieron asustarnos, hablamos con parlamentarias desde octubre de 2004, lo cual llevó a que el parlamento español legislara en 2007 la obligatoriedad de las universidades de afrontar este problema. No obstante, dos responsables de igualdad de dos universidades que se comprometieron con sendas víctimas fueron apartadas del cargo. Cuando denunciamos a uno de los agresores cuyos acosos eran conocidos en muchas, sino todas las universidades españolas, se inició una nueva persecución hacia nuestro centro, que ahora ha llegado al máximo justo coincidiendo con la posible reincorporación de ese catedrático en la universidad.
¿Todos los propagadores de rumores contra ustedes provienen del ámbito universitario? Si no es así: ¿Qué motivaciones pueden tener?
Al grupo inicial que maneja los hilos, se unen muchas personas por diversos motivos, en algunos casos porque no hemos aceptado un uso corrupto e ilegal de los fondos de investigación, porque no hemos aceptado prácticas fraudulentas en la investigación, porque tenemos mucho éxito científico e internacional y eso puede provocar envidias, lideramos proyectos de investigación competitivos a nivel internacional, porque publicamos en Harvard y en Cambridge, y también con algunas de las principales feministas como Judith Butler y autores/as de diferentes disciplinas. Y porque también tienen mucho éxito los proyectos sociales y las entidades que nos piden apoyo. Incluso que colaboremos tan desinteresadamente con quienes nos lo piden, es algo que algunos no pueden resistir porque cuestiona sus prácticas habituales, sus chiringuitos.
¿Hay castas intocables en la UB?
Hay castas que eran intocables hasta que se rompió el silencio, también hasta que en este sentido se comenzaron a abrir las puertas de la universidad. Desde entonces, cada vez más estudiantes e incluso profesorado se están uniendo al movimiento por lograr violencia cero en las universidades, para acabar con las relaciones de poder que protegen a algunos en sus desmanes. La Universidad cambia poco a poco y ha de cambiar más, ha de ser más transparente, más democrática, más respetuosa, más responsable en prevenir injusticias internas y en resolverlas cuando se producen, protegiendo a las víctimas, poniéndose claramente a su lado. Todavía muchos estudiantes no se quejan, no denuncian porque no saben que lo pueden hacer y también porque no se atreven a enfrentarse con el sistema, con el poder establecido. Cuando algunos rectores nos decían, nunca habrá comisiones de igualdad, nosotros les decíamos: las habrá dentro de pocos años en todas las universidades. Ahora nos dicen, no habrá redes solidarias de víctimas y les decimos las habrá y serán cada vez más fuertes hasta lograr bystander intervention, todas y todos a una, que es la única solución a este problema.
¿Van a tomar medidas legales?
Hace un año denunciamos a la justicia y a la policía esa campaña anónima. Ya hace tiempo que han comenzado a investigar. Esperamos que puedan llegar a la cúpula y que todo el mundo pueda saber quiénes están detrás de esta campaña.
Ya en el 2004 quien entonces era director de CREA recibió amenazas de muerte anónimas a las 3 de la mañana, pero ahora se están generalizando las amenazas, incluso por la calle ya nos las han hecho y, lo que más nos duele, ya están sufriendo las consecuencias algunos de los hijos e hijas de las mujeres de CREA.
Si quiere añadir algo más…
Solidaridad, feminismo, no sexismo, no violencia, igualdad, derechos humanos, no pueden ser palabras huecas, son palabras que exigen compromiso. Nosotras hemos asumido el coste profesional y personal de romper el silencio, de posicionarnos con claridad a favor de avanzar en luchas que son comunes, que trabajan a favor de un mundo mejor que el que tenemos, una Universidad mejor que la que nos encontramos. En un tiempo en el que los referentes morales y políticos están cambiando rápidamente, es importante juzgar a partir de lo que hacen las personas… obras son amores y no solo a partir de las etiquetas que interesadamente utilizan algunos y algunas para atribuirse méritos que no tienen.
Gracias.
- Rosa Valls es profesora titular de la UB y subdirectora de CREA (Community of Research on excellence for all). Fue la directora de la primera investigación en España sobre Violencia de Género en la Universidad, los resultados se incluyeron en la Ley Española por la Igualdad Efectiva entre Mujeres y Hombres (2007), que llevó a la creación de las comisiones de igualdad y del primer protocolo de prevención y actuación frente al acoso sexual en las universidades españolas. Con solo 22 años, ya participó en las históricas Jornadas Feministas de 1976 en el paraninfo de UB. Desde entonces ha trabajado sin interrupción en los movimientos de mujeres de los barrios populares.
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