En memoria de Joan Jordà
Agencia Mp3. LQS. Diciembre 2020
El pasado sábado 28 moría Joan Jordá, pintor y escultor de La Retirada republicana. Él mismo huyó con apenas 9 años tras la derrota. Vivió y trabajó en Toulouse. Su obra está marcada por su experiencia vital y su militancia en el anti fascismo.
Joan Jordà, nació en Sant Feliu de Guíxols (Girona), el 3 de septiembre del año 1929, hijo de Antonia Godo, costurera, y de Víctor Jordà de familia dedicada al tratamiento del corcho. Tras el golpe de estado militar-fascista contra la democracia su padre tomó parte activa al lado de la legalidad republicana. En los últimos días de enero de 1939, la familia Jordà cruzó la frontera de Francia junto con otros vencidos, compañeros de armas del ejército republicano. Comenzaba así, el camino del exilio, con sus duras pruebas: el campo de internamiento, la guerra mundial, abrirse camino en un nuevo país, y el largo proceso de echar raíces.
“Amontoné lienzos para intentar hablar de toda esta experiencia. (…) En definitiva, intento pintar un cuadro trágico, pero que no sea triste. Me gustaría que quienes lo miran encuentren el camino allí, incluso si el mecanismo de mi pensamiento siempre lleva a un sentimiento de absurdo …”
Joan Jordà fue el pintor de La Retirada, ese exilio de los republicanos españoles, expulsados de la Península por la victoria franquista a finales de los años treinta.
Después de la guerra, en 1945, se instala definitivamente en Toulouse con su familia y se inicia en 1947 en la pintura. Casi autodidacta, completó su formación en la Escuela de Bellas Artes de Toulouse entre 1954 y 1957.
Tras su primera exposición personal en 1976, en 1979 fundó el grupo CAPT (Coordination des Artistes Plasticiens de Toulouse) cuyo objetivo es dar a conocer el arte contemporáneo al gran público. En este contexto, participó en numerosas exposiciones en Francia, contribuyendo así a la dinámica y refuerzo de la expresión artística de la región. Artista popular y querido en Toulouse, donde siempre se hizo presente a través de su obra, abigarrada, de coloración viva y gesticulación violenta, “trágica pero no triste”, como le gustaba puntualizar.
Su pintura casi siempre atestigua su compromiso contra la violencia y las aberraciones de los poderes totalitarios que habían trastornado su vida.
Jordà fue un hombre de continuada y persistente voluntad inventora, un creyente de la pintura. Nadar contra corriente, buscar su camino propio y apostar por el riesgo como opción personal son las singularidades que caracterizan el trabajo de este artista, totalmente comprometido con su obra y con una aspiración a tener su propia visión del mundo, y la facultad de saber plasmarla como arte de la pintura*.
El sábado 28 de noviembre, a la edad de 91 años nos dejo en una “retirada” sin retorno.
* Joan Jordà: más allá de la realidad
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Que la tierra te sea leve, compañero