Estallido social: Ahora o nunca
(Dedicado a los compañeros mineros muertos en Llombera de Gordón, ahora eternos y presentes para siempre en la lucha de los pueblos oprimidos).
Un récord histórico de desempleo, recesiones y una recuperación económica imposible, siempre bajo los dictados de la mafia de la troika y sus bandas organizadas de los corruptos gobiernos, que obedecen a pie juntilla cada nuevo atentado terrorista a los derechos de millones de ciudadanos/as.
Los sindicatos amarillos Comisiones Obreras y la UGT, junto a sus compas y camaradas de la izquierda cortesana española, con quienes comparten militancia, ocupando en muchos casos cargos en los dos frentes, hacen de fieles controladores de la bomba de relojería del inminente estallido ciudadano, engañan al pueblo con un discurso basado en la “paz social”, en la inexistente democracia, exactamente la misma palabrería que usaron en los tiempos de la transición política del franquismo al nuevo régimen borbónico, basado en la reconciliación nacional , en evitar que las calles se incendiaran, que el pueblo indignado se lanzara a tomar el poder, a colgar a tanto delincuente de guante blanco, a ocupar los palacios de esta gentuza, los ministerios y otros templos del saqueo y el robo.
Ya no debemos temer a la palabra “estallido”, muchos/as, cada vez más gente, lo vemos como más necesario que nunca, que no hay otra salida que una verdadera revolución, organizarnos en todos los frentes y mareas, movimientos al margen del poder corrupto y de la izquierda institucional, vendida a los sueldazos y carguitos públicos con pensiones vitalicias y otros vicios caros.
Tomar las calles en una huelga indefinida, negarnos a pagar impuestos, los transportes públicos, las hipotecas, caminar hacia una insurrección popular total como única alternativa a los gobiernos de la mafia.
En este quinto año de esta estafa a la que llaman “crisis” aumenta el paro de forma desenfrenada, la exclusión social, la pobreza extrema son la tónica común en cualquier comunidad, comenzando a vislumbrarse imágenes de niños/as desnutridos/as en nuestros barrios, ciudades y pueblos, gente comiendo de la basura, pero no solo indigentes o drogodependientes, personas que hasta hace poco tenían trabajo y comida para alimentar a sus hijos/as. Decenas de familias que se han quedado sin nada: sin casa, sin ingresos, sin esperanza, expulsadas de sus hogares por el poder mafioso, por la gentuza que toma la asquerosa decisión de desahuciar de su casa a cualquier familia.
¿Cómo se puede sobrevivir con 400 euros de pensión o prestación? ¿Cómo se puede mantener a una familia sin percibir ningún ingreso?
Estas preguntas las pueden contestar millones de personas desesperadas, que no ven salida a esta situación generada por el poder más delictivo de la historia: el capitalismo salvaje, capaz de matar, de asesinar, de robar, para sacar adelante sus siniestros objetivos, que no son otros que enriquecer a la putrefacta casta, a empresarios, banqueros y políticos con las manos manchadas de sangre obrera, con el corazón ennegrecido del dolor de sus millones de víctimas en cada parte de la Tierra.
Las políticas de austeridad del gobierno español y la Unión Europea, solo buscan desarmar el estado de derecho, el bienestar ciudadano, cada estamento que pueda dar calidad de vida al pueblo, arruinar a la juventud, cargarse la educación y la sanidad pública, asesinar a los/as enfermos/as dependientes/as, generar hambre, miseria, dolor sin límites en millones de personas, que ni siquiera son conscientes de la que se avecina, de que esto, si no los paramos de forma contundente, es solo el principio de un holocausto, de un genocidio social sin precedentes en la historia reciente de la humanidad.
Para esta mafia la salida de su “crisis-estafa” pasa por empobrecernos, por esclavizarnos, por explotarnos, por chuparnos hasta la última gota de nuestra sangre.
¡Reaccionemos ya!
Nuestros/as hermanos/as que sufren el dolor de no tener comida, los compañeros en huelga de hambre en Madrid y otros puntos del estado, las miles de personas que se están suicidando solas y en silencio, las madres y padres que ven pasar hambre y frio a sus hijos/as, las personas mayores que se quedan sin nada, que sufren en silencio como esta banda de criminales les quita las pensiones, las cuatro perras que se han ganado en años de sudor, lagrimas y trabajo.
No tenemos nada que perder, hagamos que el miedo se convierta en hierba verde, en brisa marina, en viento huracanado, en sacos de balas dirigidas hacia nuestras conciencias, hacia un futuro de luz y esperanza que podemos ganar si luchamos hasta el final.
Por ellos, por ellas, por esos mineros muertos a medio km bajo tierra, por sus tristes familias, por la chica despedida por asistir a su propio desahucio, por millones de personas valientes que nos esperan, que nos reclaman para que nos sumemos a la fila revolucionaria del pueblo.
Ahora o nunca.