¡Feliz (nuevo) Día del Periodista!
Por Gustavo González*
El 13 de diciembre de 1979, se han cumplido 44 años, Argentina atravesaba la peor dictadura de su historia. El presidente de facto era un general llamado Jorge Rafael Videla. Como había asumido tres años antes diciendo que los políticos eran los culpables de todo, la mayoría de ellos estaban escondidos, detenidos, exiliados, muertos o se había dedicado a otra cosa
Aunque los medios no lo informaran, en el país existían centros clandestinos de detención y había miles de personas cuyos paraderos se desconocían. Estaban “desaparecidos”, una palabra prohibida.
A comienzos de ese año, el fundador de la Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia, había sido uno de ellos, mientras permaneció detenido en uno de esos campos, El Olimpo, en plena ciudad de Buenos Aires. Sobrevivió porque un periodista, Bob Cox, director de un diario escrito en inglés, El Buenos Aires Herald, se había atrevido a dar la noticia que enseguida tuvo resonancia internacional.
A la par de esa represión, el gobierno impulsaba un modelo económico que se decía inspirado en la ultra ortodoxia de Milton Friedman, quien venía de obtener el Premio Nobel de Economía. Sin embargo, siguiendo sus consejos la dictadura nunca pudo bajar la inflación ni lograr el crecimiento del Producto Bruto.
Era el mismo Friedman en cuyo honor Javier Milei le puso “Milton” a uno de sus perros clonados. “Milton”, de acuerdo a la interpretación esotérica del Presidente, es el encargado de mostrarle el futuro (cada mastín tiene su especialidad, según su creencia).
Un día muy particular
Pero aquel 13 de diciembre, en medio de esos días oscuros en los que no era bueno dar malas noticias, pasaron dos cosas extrañas. Una fue que Videla concedió una conferencia de prensa. La otra es que un periodista se animó a hacerle una pregunta en serio.
El periodista era José Ignacio “Nacho” López. Y le preguntó lo siguiente: “El último domingo de octubre, el papa Juan Pablo II se refirió a la Argentina de distintas maneras y, entre otras cosas, habló de los desaparecidos y de los detenidos sin causa, sin proceso. Le quiero preguntar si usted le ha contestado reservadamente al Papa y si hay algunas medidas en estudio”.
Videla siguió con su no-respuesta unos instantes más, suponiendo que López había entendido el mensaje. No le dijo “señor periodista, esto es una dictadura, ya desaparecieron decenas de periodistas, me imagino que usted no quiere ser el próximo, pasemos a otro tema”. No le dijo eso, pero estaba claro que pretendía eso.
El problema es que aquel 13 de diciembre de 1979, Videla se encontró con un periodista. Nacho hizo lo que suelen hacer los periodistas cuando están comprometidos con su profesión. Repreguntó:
° Yo le preguntaba si había otras medidas que pudiera estar estudiando el gobierno. Porque el Papa hizo una solicitud para solucionar este grave problema…
Entonces, ese militar que encabezaba un gobierno que decidía sobre la vida y la muerte de las personas, no tuvo más alternativa que responder. Lo hizo con su conocido giro argumentativo que con los años se volvería en signo de aquella época trágica: “Frente al desaparecido, en tanto esté como tal, es una incógnita el desaparecido. Si el hombre apareciera tendría un tratamiento equis. Y si la desaparición se convirtiera en certeza de su fallecimiento, tendría un tratamiento zeta. Pero mientras sea un desaparecido, no puede tener ningún tratamiento especial, es una incógnita, es un desaparecido, no tiene entidad, no está, ni muerto ni vivo. Está desaparecido”.
Nuevo día
Hasta ahora, el Día del Periodista, en Argentina, se celebra el 7 de junio, recordando la salida del primer número de La Gazeta de Buenos Aires, el periódico oficial de la Primera Junta de Gobierno. Un medio que hoy llamaríamos de militancia oficialista, aunque sería un error historiográfico ver al pasado con ojos del presente.
Desde hace tiempo, en la Academia Nacional de Periodismo (de la que Nacho López es miembro) y en otros ámbitos periodísticos, venimos planteando la necesidad de reivindicar aquel instante de grandeza de nuestro colega.
Creemos que la mejor forma de hacerlo es que la nueva fecha de celebración para los periodistas argentinos sea cada 13 de diciembre. Con el objetivo de recordarnos, a la sociedad y a nosotros los periodistas, que esta profesión tiene la obligación de mantener siempre una mirada crítica e independiente de los poderes de turno. Incluso en los momentos más difíciles. Incluso a contrapelo de lo que puedan pretender las audiencias.
Fíjense su importancia.
Al día siguiente de aquel 13 de diciembre de hace 44 años, ningún medio mencionó en tapa el tema de los desaparecidos que se tocó en aquella conferencia de prensa. Apenas alguna mención en sus notas, pero sin citar el diálogo entre Videla y López. Sólo el diario La Prensa de la ciudad de Buenos Aires y, quizá, algún otro del interior del país, mencionaron el intercambio entre el dictador y el periodista.
Pero dos días después, el 15 de diciembre, los diarios sí debieron llevar en sus tapas el tema de los desaparecidos. Porque la Iglesia Católica argentina, que nunca había sido crítica de esa dictadura, no tuvo más remedio que hacerse eco de la pregunta del periodista que traía a colación la voz del Papa.
Por primera vez, la palabra “desaparecido” llegaba a las portadas de los grandes medios. Y fue responsabilidad de un hombre que eso sucediera. Un periodista que está con vida y es un orgullo para todos los que ejercemos esta profesión.
Por eso, los 13 de diciembre, ¡feliz Día del Periodista!
* Nota del diario Perfil. Gustavo González, Presidente de editorial Perfil y miembro de la Academia Nacional de Periodismo. En Twitter: @gonzalezenzona
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