Francia en Mayo
Desde un punto de vista puramente institucional, no contestatario, crédulo acrítico o revolucionario, el resultado de las elecciones mayistas en Francia traerán su cola socialdemócrata en el devenir inmediato de la Unión Europea. El Cuarto Reich montado por la Alemania ultraliberal de Angela Merkel del Merkado, con el coro de satélites españoles a lo Mariano Rajoy de Merkel, ya ha avanzado al nuevo presidente francés su voluntad de cambiar el rumbo del euro. Variar en algo el obsesivo y unidimensional déficit cero, para entrar en una Unión Europea con rumbo de crecimiento. Es decir, asomarse a la otra vía de lo posible, tal y como están montadas las reglas de la inversión y el beneficio en este mundo. Aunque, según se mire, tampoco será la cosa como para echar las campanas al vuelo. Quizá un respiro.
A bote pronto, el programa de François Hollande dista años luz de los catetos recortadores del tejido público del PP y sus destructivos encomenderos de la parálisis permanente y el gregarismo. Aquí sigue triunfando la España Negra de siempre, la que ha enterrado las ideas regeneradoras y los sueños de justicia en libertad bajo los yugos del determinismo y la fatalidad; derivados principalmente de una confesión religiosa que huye de la felicidad para ahogarnos a todos en el cilicio de un siniestro Valle de Lágrimas.
En España las cosas están tan mal, y la moral de la ciudadanía tan arrastrada por el suelo, que mucha gente estuvo el domingo pasado mirando fijo a los Pirineos, para ver si desde Lourdes se producía el milagro de la desaparición de Sarkozy. Finalmente se ha producido el evento esperado; y ya los creyentes pueden resucitar la socorrida frase de la resignación cristiana:”Dios aprieta pero no ahoga”. El salvavidas nos lo ha tirado in extremis el partido Socialista Francés, racionalmente muy distinto de su espejo español carpetovetónico.
En cualquier caso, a no ser que les frene la macro economía que se derive del cambio francés, los títeres gobernantes en España seguirán apretando el acelerador de la privatización de todo lo habido y por haber, mientras puedan. El acervo español siempre ha sido más papista que el papa. Y estos que tienen la vara de mando con mayoría absoluta se creen delegados por la Divina Providencia. Rajoy y sus astutos colaboradores están empeñados en lograr la cuadratura del círculo y el movimiento continuo hacia atrás.
Miramos ya hacia los Pirineos en otras ocasiones, como el mayo de 1.968 que tiene un reflejo en el 15-M, el de la protesta actual de los jóvenes sin presente ni futuro españoles. Y tantas otras veces.
Al fin y al cabo, no se puede sacar de donde no hay. Salvo un pequeño paréntesis de lucidez republicana, aquí no hay más cera que la que arde en los altares y derivados confesionales. En fin, cada país y cultura son consecuencia de su historia. Por ejemplo, la Real Academia de Historia acaba de publicar un Diccionario biográfico, subvencionado, diciendo que el general Francisco Franco no fue un dictador fascista sino un militar patriota español.
Los que están a las riendas del poder se aplican con denuedo a maquillar la historia y a eliminar cualquier transparencia, para que el oscurantismo impida aplicar responsabilidades y haga eternos sus privilegios de casta. Esto parece un sino de maldiciones. Para una vez que el pueblo llano se sublevó en Mayo de 1.808 contra la dictadura de Napoleón, lo hizo a favor del borbón absolutista de turno. Aquel Frenando VII que suprimió las Cortes de Cádiz y el liberalismo. Al menos con eso brilló el enorme talento de Goya.
Somos los españoles peldaños de una escalera que solo conduce al vacío del “destino en lo universal” y las demás retóricas mayestáticas y ridículas pero de consecuencias trágicas. En 2.012 se dedican partidas presupuestarias a subvencionar el mondongo culturero de los toros, mientras los científicos ven como se suprimen líneas de investigación en marcha y se cercenan presupuestos esenciales porque
oficialmente no hay dinero.
Francia no es el Paraíso, ningún sitio lo es, pero ofrece de vez en cuando lecciones históricas y movimientos de las fichas del ajedrez político que modifican el juego existencial. No es una sociedad fósil y estratificada por los rancios dogmas curiales. Se afirma en su laicismo. Por otro lado, hace ya siglos que se desprendieron los sans culots del lastre borbónico para siempre mientras por acá vuelven una y otra vez como una plaga de langosta y sin enmienda. Abajo de los Pirineos asistimos todavía a saraos del lujo y cacerías primitivas de elefantes y osos beodos, por parte de Su Cutre Majestad el Intocable constitucional. Además del consiguiente enriquecimiento de la Familia Azul, con el yerno Urdanga como mascarón de proa del yate, en busca de impunidad con las manos sucias.