Fraude bancario
A las 11:00, con puntualidad inglesa, diariamente la Asociación de Banqueros Británicos fija la tasa de interés libor. Pero la puntualidad no significa transparencia. El Gobierno de Estados Unidos, a través de una agencia independiente, la Federal Deposit Insurance Corporation (Corporación Federal de Seguro de Depósitos), ha iniciado una demanda a los 16 bancos más grandes del mundo por la manipulación de la tasa de interés libor.
La tasa libor es, para muchos, el número más importante del planeta. La libor (London InterBank Offered Rate) es una tasa de referencia diaria basada en las tasas de interés a la cual los bancos ofrecen préstamos a otros bancos en el mundo. Se estima un monto de afectación entre 300-550 trillones (un millón de millones) de dólares por la manipulación y colusión de la tasa libor, entre los años 2005 y 2011.
Entre los bancos acusados están los más grandes del mundo: Bank of America Corp, Barclays PLC, Citigroup Inc, Credit Suisse Group AG, Deutsche Bank AG, HSBC Holdings PLC, JPMorgan Chase & Co., The Royal Bank of Scotland Group PLC, UBS AG, Rabobank, Lloyds Banking Group PLC, Societe Generale, Norinchukin Bank, Royal Bank of Canada, Bank of Tokyo-Mitsubishi UFJ.
La falta de regulación y supervisión del sistema financiero norteamericano ha generado monstruos bancarios que, al ser demasiado grandes para quebrar, alcanzan una situación de tanto poder que les permite hacer operaciones financieras, cada vez de mayor riesgo, porque saben que el Estado y los habitantes de un país serán, en última instancia, quienes tendrán que pagar por su quiebra para evitar que todo el sistema económico colapse.
William Black, uno de los más importantes economistas de la corriente de la Escuela de la Teoría Monetaria Moderna, indica en un reciente artículo, al referirse al tema de la manipulación de la tasa libor, que los 16 bancos más grandes del mundo establecieron un cartel para manipular la tasa de interés y defraudar al público.
Al respecto, se podrían inferir tres argumentos fuertes. Primero, si la libor es la tasa que fija el costo del endeudamiento externo de los países del sur, entonces la deuda externa es estructuralmente ilegítima.
Segundo, si los gobiernos de los países capitalistas del centro sabían de esto (al menos desde 2005), son cómplices. Por lo tanto, debería incoarse contra ellos una masiva demanda internacional, paralela a la demanda por fraude que la comunidad internacional debería incoar contra esos bancos y banqueros.
Y, por último, es una nueva evidencia de la falacia de la autorregulación, de la decrepitud del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), entre otros organismos multilaterales que no hacen nada al respecto. Esto nos lleva a reconfirmar la necesidad de perseverar en la conformación de la nueva arquitectura financiera internacional.
* Publicado en “El Telégrafo”