Fraude judicial al calor del flash mediático del Ébola

Fraude judicial al calor del flash mediático del Ébola

Accidente AngoisUrania Berlín*. LQSomos. Octubre 2014

Libres de cargos los responsables del accidente ferroviario de Santiago

Se veía venir. Las miserias de un sistema partitocrático degenerado que asume ya casi con insultante resignación y rutina los sobres de dinero delictivo y las tarjetas B de la mafia político-financiera se trasladan, acompasadamente, a un sistema judicial corrupto, al servicio, una vez más, del poder político. La decisión vergonzosa de la exoneración de responsabilidad de los cargos públicos de Adif por el accidente de Santiago del año pasado, que costó la vida a 80 personas, es otro fraude perpetrado con alevosía contra la ciudadanía y los familiares de las víctimas. Si el perro de la enfermera madrileña contagiada, al parecer, de ébola era culpable de estar, presuntamente, infectado por el mismo virus (aunque al pobre animal, ya ejecutado, no le hayan hecho una maldita prueba para certificarlo) al maquinista del Alvia siniestrado en Santiago, Francisco José Garzón Amo, hay que lapidarlo judicialmente porque dicen cometió un error humano…sobre un trazado demencial que fue ejecutado y aprobado por los ahora absueltos directivos de Adif. Garzón, al igual que el perro Excalibur, se comerá el marrón como estaba escrito en el guión, aunque este pareado sea de los malos y la comparación pueda parecer excesiva.

Los recursos de la fiscalía, ese instrumento del Estado que da más pavor que otra cosa por dar cobertura a todas las sinvergonzonerías y tropelías de éste, servilista con los poderosos, los urdangarines y las infantas y que dicen vela por el interés público (del gobierno), más la Abogacía del Estado, han servido para presionar a los jueces de la Audiencia Provincial de A Coruña, que han desestimado el procesamiento de los primeros y últimos responsables de la catástrofe ferroviaria de Angrois. El maquinista Garzón fue solamente un actor de segundo nivel. Y lo saben. Once imputados, entre los que se encontraban miembros de los sindicatos verticales del régimen (UGT-OGT y CCOO-COCO), han recibido el salvavidas del Estado para no ser declarados culpables de un clamoroso delito contra la seguridad colectiva, para no responder de su incompetencia con resultado de muerte. El escarnio es doble (o triple) puesto que estos personajes no declararon ante el juez de instrucción y han sido “desimputados” por segunda vez.

¿Quién cree a la justicia?¿Quién juzga a las cúpulas financieras, a Blesa o a los gángsters políticos? Al contrario ¡juzgan a quien se atreve a juzgarles! Se habrán quedado a gustito condenando al ya ex juez Silva por haber cometido éste el terrible error de, supuestamente, prevaricar contra un banquero. ¡Pero con los estafadores de las preferentes no han tenido la misma ética ni implacabilidad judicial! ¿Quién tiene mano de hierro judicial contra esa opusdeista inútil y discapacitada ministra de INsalubridad por el caos del ébola si esta sujeta no sirve ni para controlar la gripe del pollo frito? ¿Por qué no se ha sacrificado a esta individua en vez de a un chucho que, probablemente, estaba más sano que toda la podredumbre política de este país? Tengo entendido que en China ajustician por corromper bastante menos.

Entre la aberrante decisión judicial sobre el desastre de Angrois y la calamitosa gestión del Ébola no hay mucha diferencia, la verdad.

* Urania en Berlín

LQSomos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Nos obligan a molestarte con las "galletitas informáticas". Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. más información

Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.

Cerrar