Grecia y el lobby armamentístico de la UE
Patxi Ibarrondo*. LQSomos. Julio 2015
Si hay algo en lo que están de acuerdo los actores protagonistas y los figurantes del drama griego es que Grecia no puede pagar la abultada cantidad de 1.650 millones que le exige el FMI. Que Angela Merkel y sus ultraliberales banqueros enseñen amenazantes las facturas impagadas no lleva más que a callejones sin salida y a frustración. Pretender que un presidente griego aupado en las urnas por Syriza permita el mangoneo en las ya magras pensiones de su país es pedir demasiado. Alexis Tsipras se ha negado en redondo a esa pretensión de la troika. ¿Qué es lo que se negocia entonces?
Efectivamente, una salida más o menos airosa del pantano. Un parche que permita seguir tirando y que no quede dañado el sacrosanto euro.
Porque esta crisis en Grecia es la crisis del euro donde están las espadas en alto y los ánimos tan sobresaltados. Todo son latines amenazantes. Ultimátum, referéndum… Y también algún neologismo anglo como “Greexit”: Expulsión. Efectivamente, la crisis de Grecia es la crisis de la UE y, lo que es peor, la de la moneda que es el único nexo en esta Unión Europea meramente mercantil, donde conviven interesadamente naciones tan dispares en costumbres y poderío económico.
Sin embargo, cuando se llega a la parálisis de los dividendos es cuando es preciso que intervenga la política, el arte de lo posible y a veces de lo imposible.
Lo dijo en mayo de 2010 el eurodiputado verde alemán Daniel Cohn-Bendit. Lo espetó en un pleno parlamentario donde se discutía, precisamente, de la deuda griega y qué hacer con ese problema. Un indignado y vehemente Coh-Bendit dijo que en esta crisis “no debía hablar solo el Dinero o no habría solución”.
Pero el punto culminante de su diatriba apuntó contra las instituciones europeas, instaladas en una burocrática inoperancia, cuando deciden representar directamente a los grandes lobbys o corporaciones económicas.
Daniel Cohn-Bendit acusó de hipócritas a estas instituciones. Exactamente porque “hemos prestado dinero a Grecia para que nos compre armas”. En efecto, Alemania y Francia han firmado contratos fabulosos con los anteriores gobiernos de Atenas. Esta es la deuda de Grecia y su bancarrota. Según un estudio del instituto SIPRI de Estocolmo, se calcula que, entre 2005 y 2009, Grecia fue el quinto mayor comprador de armas del mundo.
Grecia ha comprado todo tipo de artilugios militares. Francia le vendió fragatas por valor de 2.500 millones, un indeterminado número de cazabombarderos “Rafale” a 100 millones cada uno, así como 400 millones en helicópteros. Por su parte, Alemania ha vendido a Grecia 6 submarinos por valor de 1.000 millones.
Grecia tiene un desmesurado ejército de133.000 soldados, para una población de 11 millones de habitantes, mientras Alemania cuenta con 254.000 soldados.
¿Por qué esa suicida fiebre belicista? Chipre es la herida permanente y sangrante del Estado griego desde que en 1995 el ejército turco invadiera el norte de la isla y declaró ese territorio República independiente, país no reconocido por nadie, salvo Turquía. Tanto Grecia como Turquía son miembros de la OTAN, pero ésta nada hizo, al declarar que era conflicto bilateral.
Lo que evidencia el caso griego es, asimismo, el reparto de papeles en la Europa comunitaria. Los países ricos del norte industrializado marcando el paso, mientras los más “atrasados” del Sur reciben el turismo del sol. Sin derecho a réplica.