Guggenheim: una historia de fracasos a costa de otros

Por Txema García*
Neocolonialismo cultural sibilino aprovechándose de la globalización. Y siempre con la misma fórmula (“todo a coste cero y a costa de otros”) tras erigirse en la vanguardia del arte moderno, en el faro elitista al que hay que rendir devoción y pleitesía. Una variante más, en definitiva, del “sueño americano”
El Museo Guggenheim es la marca. Como la Coca-Cola, IBM, los McDonald´s, Microsoft, Tesla o Amazon. Su finalidad es clara, acaparar poder e influencia tras convertirse en referente de un modelo de arte franquiciado que depende, en última instancia, de la metrópoli. En definitiva, en un tipo de arte orientado al turismo de masas y al consumo de selfies, es decir, el take away de unas vacaciones perfectas.
Hace ya más de ocho décadas desde que se estableció, cómo no, en el centro del Imperio: New York. Con otros dos museos en funcionamiento (Bilbao y Venecia) y el de Abu Dhabi aún en construcción (este proyecto comenzó en 2006) esta fórmula comercial ha intentado extender sus tentáculos por todo el mundo en busca de oportunidades para expandir su idea de espectacularización del arte y hacer de ella un lucrativo negocio. De consumarse el proyecto de establecerse con dos sedes en Urdaibai, el Guggenheim tendría en Euskadi tantas sedes (tres) como en el resto del mundo (New York, Venecia y la futura de Abu Dhabi). ¿Alguien da más por menos?
Sin embargo, en todo este tiempo han sido muchas las ciudades que, tras ser candidatas a “escaparates” de la marca Guggenheim. o bien decidieron no claudicar ante las supuestas ventajas e ilusorios atractivos de estar vinculadas a esta “multinacional del arte” o, en última instancia, después de años de andadura, cerraron sus puertas definitivamente. La lista es tan larga que sólo nos fijaremos en aquellas que merecieron más atención informativa en su momento.
Berlín (Alemania): Se trató de un ejemplo de cooperación entre un banco, el Deutsche Bank”, con la Solomon R. Guggenheim Foundation que duró desde 1997 hasta finales de 2012. La idea de un Museo Guggenheim en Berlín surgió en el contexto de revitalizar áreas después de la reunificación. Sin embargo, las tensiones sobre la apropiación de espacios culturales unido a una rica historia artística de la ciudad llevaron a que se abandonara la propuesta. Los costos y la percepción de competencia con otras instituciones culturales existentes también jugaron un papel importante.
Bruselas (Bélgica): A finales de los noventa se comenzó a discutir la idea de un Guggenheim en esta ciudad. Una década después, queriendo seguir la exitosa estela de Bilbao, se lanzó un concurso arquitectónico internacional para diseñar el futuro museo, que acogería hasta un millón de visitantes por año. La financiación superaba los 80 millones de euros, lo cual generó grandes discrepancias entre la clase política que se unió al caos competencial en materia urbanística y a debates sobre su ubicación y su impacto ambiental. La oposición de grupos locales que veían el proyecto como una manera de elitizar el arte y la cultura, también contribuyó a su cancelación. El proyecto se abandonó debido a la falta de apoyo financiero después de que se tratara de reconvertir un clausurado museo de arte moderno y contemporáneo en el Guggenheim belga.
Bucarest (Rumanía): Aunque hubo conversaciones alrededor del 2007 sobre la construcción de un Guggenheim en Bucarest, no se formalizó un proyecto específico. Las dificultades en el desarrollo de las infraestructuras culturales y las limitaciones financieras en Rumanía contribuyeron a que no se llevara a cabo.
Guadalajara (México): Alrededor del año 2005 hubo interés en establecer un Guggenheim en esta ciudad conocida por su vibrante vida cultural. El proyecto tenía un costo estimado de unos 200 millones de dólares. En octubre del 2009, el director de Estrategia Global de la Fundación Solomon R. Guggenheim de Nueva York, Juan Ignacio Vidarte, informó que el proyecto estaba “muerto”. En realidad, la propuesta fue criticada por su alto costo y por considerarse un proyecto elitista en un país con necesidades sociales urgentes.
Helsinki (Finlandia): En el año 2013 se propuso la creación de un Museo Guggenheim en el puerto de Helsinki. Las razones para desestimarlo tres años después incluyeron problemas sobre la viabilidad financiera del proyecto, el costo para los contribuyentes, y la idea de que la ciudad ya contaba con instituciones culturales significativas, lo que generó un gran debate sobre si realmente era necesario otro museo. Más allá de todo esto, lo más relevante de este caso fue que a partir de un concurso de arquitectura para explorar la viabilidad de la construcción del museo varias organizaciones independientes agrupadas en “The Next Helsinki” montaron un segundo concurso alternativo con el objetivo de cuestionar la implantación del Guggenheim. Así, mientras que The Next Helsinki proponía un modelo cultural vinculado a la ciudad y a la cotidianeidad de sus habitantes, la apuesta por la fundación estadounidense implicaba reivindicar el turismo y la globalización como parte sustancial de la economía finesa. De manera que afloró el conflicto no sólo entre dos proyectos museográficos antagónicos sino también entre dos maneras de entender la ciudad en términos económicos, políticos y sociales. Lo global se oponía a lo local. Y esa pugna se visualizó a través de la arquitectura.
Hong Kong (China): En 2007, se consideró la construcción de un Museo Guggenheim en Hong Kong. Se desestimó en el 2008.
Las Vegas, (Nevada, EEUU): El Museo Guggenheim Ermitage fue un museo en El Venetian, uno de los hoteles más grandes del mundo situado en el Strip de Las Vegas (Nevada) y montado con la colaboración del Museo del Hermitage en San Petersburgo (Rusia). Fue diseñado por el estudio OMA, liderado por Rem Koolhaas en el año 2000, inaugurado en octubre del 2001 y clausurado en 2008 para convertirse en un restaurante Las razones de su cierre fueron el desinterés, los graves problemas económicos que atravesaba debidos a los enormes costes necesarios para su mantenimiento y el abandono de los socios benefactores.
Los Ángeles (California, EEUU): En la década de los noventa se hizo un intento de establecer un Guggenheim en Los Ángeles, pero la propuesta fue abandonada debido a la oposición de grupos comunitarios y a la falta de consenso sobre la ubicación del museo. Más tarde, en 2006, se volvió a plantear, pero el proyecto también fue cancelado. Se argumentó que el enfoque en otros proyectos culturales y el contexto económico desfavorable hicieron que el Guggenheim ya no fuera una prioridad.
México DF (México): Aunque hubo en la década de los 2000 propuestas iniciales para construir un Museo Guggenheim en México, los planes se enfrentaron a desafíos significativos en términos de financiación y apoyo institucional. Otros factores para desestimarlo fueron la ausencia de interés público, la falta de un compromiso claro por parte del gobierno así como de patrocinadores privados, la situación socioeconómica, obstáculos burocráticos y la percepción de la necesidad de proyectos culturales más accesibles.
Múnich (Alemania): Se propuso un Museo Guggenheim en 1998 que iba a ser diseñado por el arquitecto Frank Gehry y fue rechazado en 1999 debido a conflictos presupuestarios y a la existencia de otros museos importantes en la ciudad que cubrían gran parte de la oferta cultural. El rechazo también se debió a la resistencia local y a las preocupaciones sobre el impacto del museo en el paisaje urbano, así como a la falta de consenso en torno a la ubicación propuesta y el financiamiento del proyecto.
Nueva York (Estados Unidos): Ha habido varias propuestas para extender el Guggenheim a diferentes lugares en Nueva York. La falta de espacio y la complejidad de los trámites burocráticos han sido los obstáculos principales. Además, el Guggenheim ya tiene su sede principal en el Upper East Side, lo que hace que la expansión no sea una prioridad.
Rio de Janeiro (Brasil): En la década de 2000, hubo planes para un Museo Guggenheim en Brasil, pero la falta de apoyo político y la inestabilidad económica del país en ese momento dificultaron la materialización del proyecto. Además, hubo preocupaciones sobre la sostenibilidad del museo y su capacidad para atraer tanto a turistas como a coleccionistas. El proyecto fue cancelado debido a la priorización de otros proyectos urbanos en preparación para los Juegos Olímpicos de 2016. Las autoridades señalaron que problemas de financiamiento y la inseguridad política y económica en el país jugaron un papel importante en su cancelación.
Roma (Italia): En el 2010 se anunció un acuerdo para abrir un Guggenheim en Roma, pero el proyecto se desestimó en 2013 debido a problemas de financiación y desacuerdos sobre la ubicación y el concepto del museo. Las preocupaciones sobre el espacio público y el uso del patrimonio cultural histórico existente también jugaron un papel importante en la decisión de no seguir adelante con el proyecto.
Rouen (Francia): Se consideró un Guggenheim en Ruan como parte de un proyecto cultural más amplio. La propuesta fue descartada por razones económicas, además de que la infraestructura de la ciudad no se consideró adecuada para albergar un museo de tal magnitud. Se propuso en 2005, pero el proyecto fue descartado en 2008.
Salzburgo (Austria): En 2004, se propuso una sede del Guggenheim en Salzburgo, diseñada por el arquitecto Hans Hollein. El costo estimado era de 150 millones de euros. El proyecto fue cancelado en 2006 debido a la falta de financiamiento y a la oposición política.
San Petersburgo (Rusia): En el 2011 se anunció que el Museo Guggenheim y el Museo del Ermitage exploraban la posibilidad de establecer una nueva sede en San Petersburgo que integrara las colecciones de ambos museos. La idea era crear un espacio que pudiera servir para exposiciones temporales y compartir colecciones y se basaba en la idea de fusionar la modernidad del Guggenheim con la rica historia y la colección histórica del Ermitage. Las tensiones políticas, la incertidumbre económica y las diferencias en la visión sobre el proyecto resultaron en que la colaboración no se concretara. El proyecto finalmente se desestimó oficialmente en 2015.
Singapur: Del 2005 al 2007 se exploró la posibilidad de construir un museo Guggenheim en Singapur. El proyecto no avanzó debido a desacuerdos sobre el modelo de financiamiento y la falta de consenso entre las partes involucradas.
Sukarrieta (Euskal Herria): En 2008 se planteó por parte de la Diputación de Bizkaia un Museo Guggenheim en la desembocadura del rio Oka, justo en los terrenos propiedad de la BBK donde se sitúa la Colonia Infantil, un edificio inaugurado en 1925 y diseñado por el arquitecto Ricardo Bastida. La fuerte contestación ciudadana que se opuso al plan, junto con el rechazo a las graves consecuencias medioambientales que suponía la llegada de un turismo masivo a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, hicieron que decayese el proyecto. Junto a ello estaba todo un desarrollo especulativo vinculado al PGOU de Busturialdea del 2009 (capos de golf, hoteles…). La puntilla definitiva la puso el Gobierno Vasco, en aquel momento en manos de Patxi López (PSE-EE), que en este tema estaba enfrentado con la Diputación de Bizkaia.
Taipeh (Taiwan): En 2003 se anunció un plan para construir un Museo Guggenheim en Taipei, diseñado por el arquitecto Zaha Hadid. El presupuesto inicial era de 200 millones de dólares. El proyecto enfrentó oposición política y pública debido a su alto costo y a preocupaciones sobre la viabilidad financiera. Además, hubo disputas sobre la ubicación del museo. Se desstimó en el 2005.
Tokio (Japón): Se planteó un Museo Guggenheim en 2008, pero fue abandonado en 2012. Las diferencias culturales y logísticas, junto con la presencia de otras instituciones importantes, como el Museo de Arte Moderno de Tokio, impidieron su realización. La cancelación también se debió a problemas de financiación.
Vilna (Lituana): La idea de un Guggenheim en Vilna se mencionó en algunas conversaciones y propuestas en la década de 2000, pero no se formalizaron planes serios. El desarrollo de una infraestructura adecuada y el financiamiento fueron factores claves que llevaron a que el interés no se materializara.
Algunas conclusiones generales:
La no realización de todos estos proyectos tuvo que ver con numerosas causas, en algunos casos múltiples, que incluían factores económicos, presupuestarios, sociales, logísticos y culturales. Las principales fueron los altos costes de las obras y la falta de recursos para financiarlas; las dificultades de entendimiento entre la marca y los gobiernos locales; los impactos medioambientales; las resistencias de otras instituciones culturales ya consolidadas que no veían con buenos ojos la llegada de un nuevo competidor al que se le abrían todas las puertas en detrimento de lo local, la no idoneidad de las ubicaciones propuestas; los costos de pago de franquicia y de mantenimiento posteriores; la dependencia orgánica con la metrópoli…
La conclusión final parece clara: toda esta larga lista de ciudades valoraron que a pesar de incurrir en importantes gastos para convertirse en aspirantes, lo mejor era no atarse a una metrópoli de la que vas a depender en muchos aspectos eternamente.
* Txema García, periodista y escritor vasco. Autor, entre otros libros, de “Miradas en torno al Proces: del tablero catalán a la encrucijada vasca“, junto con Ramón Zallo (Txertoa); de “Lava y ceniza” (Txertoa), “Los doce faros del fin del mundo” (autoedición); del “Atlas Sensorial dunha Costa da Morte“, junto con Héctor Pose; y del documental “Amaidan Salah: la maratón de un pueblo“.
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