Homenaje a Buenaventura Durruti en el aniversario de su muerte
Tomas F. Ruiz. LQSomos. Noviembre 2014
“No nos asustan las ruinas…
Llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones”.
Buenaventura Durruti murió el 20 de noviembre de 1936 en la Ciudad Universitaria de Madrid, mientras plantaba cara a los militares asesinos que se habían levantado en armas contra el pueblo.
Fuiste rayo cegador,
impulso vigoroso,
huracán incontenible,
coraje libertario…
Fuiste ráfaga de luz
en la noche oscura,
roca firme y segura
ante el azote de la tormenta.
Con tu puño de hierro,
con tu voz de fuego,
abriste los ojos a un pueblo
condenado a vivir mudo y ciego.
Hoy queremos rescatarte
de las garras de la Parca;
hoy necesitamos de nuevo
tu arrojo,
tu decisión,
tu firmeza…
Hoy queremos que tu voz se alce de nuevo,
sobre las calles y las plazas turbulentas.
Hoy requerimos tu fuerza
para enfrentar a las alimañas
que desde sus escaños de mierda
roban al pueblo el pan,
condenan al obrero a la miseria.
Hoy, más que nunca,
necesitamos tu coraje,
compañero Buenaventura;
hoy que los colmillos del fascismo,
las fauces babeantes de las bestias,
vuelven a imponen sus monstruosas pautas;
hoy que las hienas aúllan
desde el fondo de las cloacas;
hoy que una pus roca
quiere enterrar para siempre la esperanza…
Hoy queremos tenerte
otra vez junto a nosotros,
codo a codo en las barricadas.
El fuego que encendiste,
la llama de la esperanza,
vuelve a crepitar con furia
sobre los yermos páramos
de esta tierra maltratada.
Hoy, compañero Durruti,
la lucha obrera te reclama.