¿Año nuevo 2014?
Calendarios varios en la nave tierra
Lo del año nuevo 2014 cristoista: papistas, ortodoxos, protestantes o de la teología de la liberación (o también llamado de “nuestra” era) es una mera convención protocolaria… Así como el 5774, de los hebreos / judíos; el 4712 ´caballo` -entrará en vigor el 31 de enero-, del calendario luni-solar chino; o el maya que desde sus orígenes y al cambio lo sitúa en el 3115; sin olvidar el 3103 de los hindúes de la India. Todos ellos a. de C.. También otros como el babilonio, egipcio, etíope, las “calendas graecas”, etc; sin olvidar los de los ancestrales animistas del continente -mayoritariamente- negro (y a sus pobladores al que eufemisticamente los m. de c. les apodan ´sub-saharianos`) repartidos por los vastos entornos de los grandes ríos Níger, Nilo, Congo, Cubango, Zambeze o Limpopo hasta los cauces más modestos que riegan Suráfrica.
O tener en cuenta otros guarismos como el vecino mahometano: 1435 d.C. y otros de menor calado festivo -¿el guanche? ¿el más improbable gitano / romaní?- en nuestros lares.
O el más reciente y científico ´encuentro` entre Iberia (Castilla) y América (en kuna: Abya Yala) en el antaño 1492 lo que supondría celebrar el 521 aniversario de un acontecimiento que permitió completar el mapamundi (a ser posible con la proyección Arno Peters, ¡por favor!). Y eso tras ningunear las celebraciones de aimaras, aztecas, mapuches, quechuas, siux y demás ´naturales`, aborígenes, indígenas u originarios -por favor, ¡nunca “Indios!”- de las tierras colonizadas o esclavizadas entre el Atlántico y el Pacífico.
Además: ¿será igual el año entrante para los habitantes de los equinoccios que para los que perviven en los polos árticos? Y será próspero ¿Para los ´soberanos` y también para los ´intervenidos`? ¿Para los explotadores y los explotados? ¿Para los ahítos de comida y viajes de placer y/o para los hambrientos que por no tener no tienen ni dónde caerse muertos? Y de los excluidos, parados y exiliados laborales (los llaman ´expatriados`)… ¿qué?.
¿Cuándo deberían empezar a contar sus nuevos años los seguidores del calendario republicano francés, el ruso / soviético -festejado en sus nueve zonas horarias o para conmemorar sus viajes al cosmos- o los cubanos fieles a Martí, el Ché o Fidel? ¿Y desde cuándo habrían de celebrar sus años nuevos los agnósticos y ateos? (¡Ojo! a estos últimos, – seguidores de la iglesia “patólica” de Leo Bassi incluidos-) deberían actuar con mucho tiento pues, como muy bien advierte Raúl del Pozo, corren el peligro que los neo-con-liberales les arrebaten la mayoría de sus días libres basados en las siempre bienvenidas pero escasas festividades religiosas. O desde cuándo deberían fechar el origen del calendario ¿solar?, ¿lunar? ¿antropoide? los partidarios del materialismo dialéctico y cualquier otro tipo de laicos seguidores de los solsticios de invierno y verano, tanto en el Norte como en sus antípodas.
¿Y desde cuándo podrán contar felizmente -y con salud- sus días primigenios en Bhopal, Chernobil, Fukusima? ¿O en Hiroshima, Nagasaki, Dresde, Vietnam, Belgrado, Afganistán… Guantánamo? ¿O Sabra y Chatila o en Palestina: Gaza y Cisjordania? ¿O en Falulla y el resto de Iraq, Sáhara Occidental, Somalia, Sudán, Siria y otras docenas de ejemplos más?.
¿Año nuevo? Sí, pero antes habrá que poner fin a esta prehistoria humana -globalizada- para iniciar una nueva ´buena era` -mundial- en que todos los ciudadanos de esta nave tierra, con el debido respeto a la “Pachamama” y al ecologismo, tengan cubiertas sus necesidades materiales y cognitivas. Y en donde un organismo político -democrático y transcultural- proporcione las debidas garantías para que todos los individuos del género “sapiens” gocen de los derechos inherentes a un verdadero Pasaporte Universal (¡nada que ver con el ya existente de la ´visa platino`!).
– Ilustración de “El Roto”