Italia: progresión de ataques racistas
Redacción. LQS. Agosto 2018
Hay que tener en cuenta para valorar si las más de 33 agresiones racistas registradas en el ultimo mes, son numerosas o escasas es que muchas no son nunca denunciadas y por lo tanto no son registradas. Además, no hay una base de datos específica de delitos de motivación xenófoba
Desde junio, cuando fue investido el nuevo gobierno italiano de Giuseppe Conte, se han producido más de 33 agresiones racistas en Italia. Una cada dos días. Son casi tantas como las ocurridas en los últimos tres años, según cifras de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.
En 2013 se produjo un aumento hasta las 60 agresiones racistas, pero el año anterior sólo se produjeron 12.
No hay una base de datos específica de delitos de motivación xenófoba. Muchas de las agresiones racistas no se denuncian nunca y, por lo tanto, no se contabilizan.
El Observatorio para la Seguridad Contra los Actos Discriminatorios (OSCAD) es la única institución que publica cifras de agresiones de odio, basada en datos policiales. Sin embargo, advierten, la legislación vigente sólo contempla los crímenes de discriminación que engloban delitos de odio racial, étnico, de nacionalidad o religión, por lo que no hay datos específicos sobre agresiones racistas.
El periodista Luigi Mastrodonato ha creado un mapa actualizado en tiempo real con las agresiones xenófobas cometidas desde la investidura del nuevo gobierno fascista, que ha convertido su política contra la inmigración en un caballo de batalla racista.
Lo que sí es fácil constatar es el aumento exponencial de los crímenes relacionados con la discriminación, y la mayoría de ellos tienen un origen racista.
El racismo explota en Italia con ola de agresiones y palizas —incluso mortales— contra inmigrantes. Un antiguo empleado del Senado ha disparado desde el balcón de su casa en Roma a un bebé gitano de 13 meses.
El 3 de junio los fascistas italianos asesinaron a Sacko Sumalya, un joven sindicalista de Mali, que buscaba materiales para construirse una choza en una fábrica abandonada en Calabria.
El viernes de la semana pasada Jalifa Dieng, un trabajador senegalés de 19 años que solicitó asilo político en Italia, fue atacado en Sicilia por un grupo de matones mientras trabajaba como camarero. “Vuelve a tu país, sucio negro”, le gritaron los agresores mientras le daban patadas y puñetazos.
La atleta olímpica italiana Daisy Osakue, hija de inmigrantes nigerianos, fue agredida en la madrugada del domingo cuando se encontraba sola, de camino a su casa: un automóvil viró repentinamente, dirigiéndose a gran velocidad contra ella. Deberá ser operada de un ojo para extraerle los fragmentos de los huevos que le arrojaron a la cara desde el automóvil.
El sábado el marroquí Zaitouni Hady se encontraba sentado en un coche cuando un grupo de vecinos empezaron a acusarle de ser un ladrón. Le persiguieron en automóvil hasta que el vehículo se estrelló. Los agresores le alcanzaron y, a pesar de quedar lesionado por el accidente, le remataron con más golpes. Ocurrió en Aprilia, a 20 kilómetros de distancia de Roma…
El sábado, en Aprilia, tres italianos de “ronda” siguieron a un coche sospechoso con dos inmigrantes dentro. Hubo persecución. Se salió de la carretera. Bajaron y mataron a uno a golpes. Hay que tener mucho cuidado con encender la retórica del miedo y el odio. Porque no se apaga pic.twitter.com/JBx3xFnv3Z
— Pablo Rodríguez (@Suanzes) 30 de julio de 2018
Italia – LoQueSomos
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“En Italia, hay una creciente legitimación de la gente que se declara fascista: lo hace ya sin pudor”
https://m.eldiario.es/desalambre/Italia-creciente-legitimacion-declara-fascista_0_798970736.html