Juan Ramón Jiménez: un himno a las tres franjas
Arturo del Villar*. LQS. Abril 2020
Fiel a su ideología se negó a regresar a la España sometida a la dictadura, pese a las muchas invitaciones que se le hicieron antes y después de recibir el premio Nobel de Literatura en 1956
Pleno de fervor republicano, el día 17 de abril de 1931 compuso Juan Ramón Jiménez un poema que tituló “Bandera española”, y es un himno a las tres franjas que representan la libertad, la igualdad y la fraternidad. Estos lemas de la República francesa adoptados por la española fueron identificados por el poeta con las alegorías del trabajo, la alegría y el amor. Lo envió al Heraldo de Madrid, el viejo diario vespertino de ideología republicana, pero de forma anónima, ya que sólo firmaba “Un español”.
Prefirió no poner su nombre para que fuera su contribución sincera y sin ningún premio, ni siquiera el del reconocimiento, a la República. Le brotó espontáneamente, y en contra de su costumbre, lo remitió de inmediato al diario, sin someterlo a revisión. Por eso algún verso presenta una medida mejorable, corregible con facilidad.
Pensado como un himno, es el primer poema de carácter político escrito por Juan Ramón. Antes había compuesto poemas de temática social, desde sus mismos inicios como escritor, lo que conlleva una intencionalidad política, pero no caben dentro de la clasificación estricta de poesía política. Sí lo es el canto a la bandera republicana, ejemplo de una poesía comprometida con la ideología política del autor. Los defensores del apoliticismo juanramoniano, los que propalan la imagen de un escritor encerrado en su torre de marfil sin enterarse de lo que pasaba en la calle, quieren ignorar la existencia de este poema. Es el motivo de que permaneciera inédito muchos años, ya que no lo publicó el Heraldo de Madrid, y quedó olvidado hasta 1987, cuando lo puse al frente del primer volumen de los Cuadernos de Zenobia y Juan Ramón que empecé a editar entonces. Dice así:
Bandera española
HERMOSA flor,
la ardiente primavera
nos ha tornado la bandera
de la esperanza entera:
¡Trabajo, alegría y amor!
¡Viva
la libertad verdadera!
¡Viva
la igualdad verdadera!
¡Viva
la fraternidad verdadera!
Sobre el tedio, la sombra y el rencor,
¡al cielo de la paz la bandera,
a la tierra de todos la bandera,
al mar hermano la bandera
de nuestra vida entera!
¡Trabajo, alegría y amor!
Discípulo de don Francisco Giner de los Ríos, el creador de la Institución Libre de Enseñanza, sobre quien escribió un libro de prosas que, como tantos otros proyectos, se quedó inédito a su muerte; amigo y pupilo del doctor Luis Simarro, presidente de la Liga Española para los Derechos del Hombre y del Ciudadano en 1913, y desde 1917 grado 33 y último del Grande Oriente Español, desde su juventud se declaró Juan Ramón republicano y ateo, y en 1936 además admitió ser comunista, en un discurso inaugural del Instituto del Libro Español. Fiel a su ideología se negó a regresar a la España sometida a la dictadura, pese a las muchas invitaciones que se le hicieron antes y después de recibir el premio Nobel de Literatura en 1956, y falleció en el exilio en Puerto Rico, insobornable e indomable.
Esto es lo que han deseado ignorar sus herederos, militares rebeldes, curas, monjas y numerarios de la secta del Opus Dei, pero sus escritos exponen claramente su ideología. Con esos textos como base incuestionable, referenciada cuidadosamente, publiqué en 2006 el ensayo titulado Juan Ramón Jiménez, poeta republicano, con ISBN 84—611—2766—8, que sus herederos han conseguido silenciar, por lo que no es citado en ninguna edición juanramoniana. Pero al menos existen ejemplares en la Biblioteca Nacional de España y en la del Congreso de los Estados Unidos.
* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio.
Más artículos del autor
Síguenos en Facebook: LoQueSomos Twitter@LQSomos Telegram: LoQueSomosWeb Instagram: LoQueSomos