La alimentación, clave científico-evolucionista de la antropología
"La alimentación ha sido fundamental en la evolución humana, desde el descubrimiento del fuego por los homínidos, que cambió toda la concepción de alimentarse, e introdujo un nuevo concepto dentro de la interacción social del grupo"
Como base de estas declaraciones de Rafael Jerez Mir en los cursos de verano de La Rioja y siguiendo las enseñanzas del biólogo evolucionista Faustino Cordón, Jerez Mir defiende la existencia de cuatro etapas en la alimentación: "la más elemental, con esos hombres primitivos merodeadores de la comida; el descubrimiento de la agricultura, parejo al de la alfarería y que condujo al sedentarismo; la agricultura más refinada y la división del trabajo; y, con la revolución industrial, la agricultura industrial como la conocemos"
Introducción
Partiendo de la distinción entre ciencia empírica, experimental y evolucionista, el científico español Faustino Cordón (1909-1999) resaltó de modo sistemático el papel de la biología evolucionista para el estudio de la evolución conjunta de la naturaleza. De hecho, comoculminación de su trabajo como naturalista en el dominio científico experimental, el mismo del origen, la naturaleza y la evolución histórico-natural de los tres niveles del ser vivo:la proteína globular, la célula y el animal. Con una inflexión teórica capital. A saber: el hallazgo de su principal hilo rector, La alimentación, base de la biología evolucionista en los primeros años 70. Así lo resaltaría poco después al reflexionar sobre la ciencia a la luz de la propia experiencia para la revista Triunfo.
«Me parece que hacia mis 65 años se produce una inflexión de mi trabajo que hoy percibo claramente. Hacia esos años, por una parte, me enuncio la idea de la acción y experiencia como carácter esencial de los seres vivos que puede entenderse en términos de la evolución conjunta del universo, con lo que llego al fondo de lo que normalmente puedo teorizar; y, por otra parte, encuentro en la alimentación el hilo rector que, sobre la base anterior, me va a permitir organizar en un sistema los muñones teóricos que había ido esbozando en distintos campos biológicos, en los años de mi madurez».
De hecho, sólo alcanzó a publicar la Parte Primera y los dos primeros volúmenes de la Parte Segunda del Tratado Evolucionista de Biología, pero en algunos libros anteriores ofreció ya un adelanto coherente y muy sólido del tratamiento científico-evolucionista del origen, la naturaleza y la evolución del animal y del hombre, objeto de las Partes Tercera y Cuarta, respectivamente.
Por lo que respecta a la fundamentación biológico-evolucionista de la Antropología, como ciencia básica del hombre como especie animal, cabe comenzar resaltando otras palabras de ese mismo biólogo eminente que la justifican. A saber:
«El modo científico de entender la cultura, la historia, se remite a entender la naturaleza humana, que, a su vez, sólo puede comprenderse por su origen biológico: (…). La cultura humana es el modo particular de realizarse la evolución biológica de ese animal notable que es el hombre. (…). Esto explica el interés máximo de enfocar el estudio del hombre (su historia, su educación, etc.) desde la biología».
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* Rafael Jerez Mir (1943) persigue dos objetivos intelectuales básicos: la contribución al impulso de una concepción científica de la filosofía y la interpretación del hombre, la cultura y la educación a la luz de la biología evolucionista de Faustino Cordón (1919-1999). Discípulo del filósofo, sociólogo y antropólogo Eloy Terrón Abad (1919-2002).