Después de que el corresponsal de Prensa rumano diera la correspondiente lección profesional a los "independientes" periodistas españoles (que se avienen al Rajoy plasmado, a las ruedas de prensa sin preguntas, a otros cambalaches igual de vergonzantes), el presidente se ha visto obligasdo a anunciar lo que había pretendido evitar a toda costa: la comparecencia en el Congreso para debatir sobre la corrupción que infecta el ambiente político. Rajoy hubiera querido irse a la playa sin decir nada de la trama Gürtel, caso Bárcenas, Bankia, el timo de las preferentes, del dinero negro financiando el PP y otras mentiras consuetudinarias, como el olvido del programa electoral, etcétera.
A estas alturas, el colega rumano ya estará fichado y con seguimiento de un operativo delos "Servicios de Inteligencia"…
Pero, sin pretender ser adivinos y basándonos en la brumosa trayectoria del personaje, pegado a la roca y camuflado como un mejillón, podemos anticipar qué dirá: "Yo no he sido y eso nunca lo haría, pero permaneceré al servicio de España"…