Las preguntas que nos robaron… ¿Decidir?

Redacción. LQS. Octubre 2018

“Estamos hablando de comida, mientras nos morimos de hambre…” con esta frase tan metafórica de Robin McAlpine se sintetiza la tertulia-debate que se celebraba este domingo 7 de octubre en la Fundación Anselmo Lorenzo, Madrid, bajo el titulo de Derecho a Decidir. Democracia y libertad

Poco más allá de las doce del mediodía se iniciaba esta tertulia organizada por Madrileñ@s por el Derecho a Decidir y conducida por la periodista Patricia López. El acto se abría con un video-mensaje de Beatriz Talegón en el que invitaba a l@s participantes a varias reflexiones, además de agradecer la organización de este acto en la ciudad en la que reside.

Patricia López presentaba a los componentes de la mesa: Robin McAlpine, activista escocés; Ángel Oiarbide, de la asociación Gure Esku Dago; Cristina Ridruejo, de la Consulta Popular Monarquía o República y Xavier Antich i Valero, en representación de Òmnium Cultural. A tod@s ell@s les lanzaba Patricia la primera pregunta: ¿Qué es para vosotros el derecho a decidir?

Ángel Oiarbide abría las respuestas: “Un instrumento indispensable para poder resolver democráticamente los problemas que nos incumben”; a continuación Xavier Antich i Valero, antes de responder, trasladaba a l@s asistentes los saludos de Jordi Cuixart que hace poco más de un año se dirigía a la ciudadanía madrileña desde el Teatro del Barrio. El saludo era respondido en la sala por un caluroso aplauso para este preso político que lleva 355 días en prisión por defender la democracia y la libertad. Xavier Antich i Valero suscribía las palabras de Ángel Oiarbide, matizando que en ese derecho a decidir está incluida la manera de estructurarse territorialmente y relacionarse con otros pueblos, es decir el derecho a la autodeterminación.
Cristina Ridruejo defendía “el derecho de la ciudadanía a expresarse sobre cómo quiere que sean las cosas”, defendiendo una democracia participativa y no exclusivamente representativa. La ronda la cerraba Robin McAlpine, que ha recordado que en pocos países democráticos se debate sobre el derecho a decidir, puesto que ese concepto y su ejercicio son algo normal y accesible, se reconoce el derecho y es realidad “tenemos que decidir y decir lo que queremos”.

Patricia volvía a retomar las preguntas, haciendo hincapié en el derecho a decidir sobre monarquía o república y el porqué llegamos tan tarde a él, a hacernos la pregunta o el planteamiento. Una nueva ronda de respuestas, con ejemplos, se iniciaba…
“Hay un interés desde el estado en vincular el derecho a decidir únicamente con el tema nacional catalán o vasco […] cuando es mucho más amplio puesto que debe extenderse a todo lo que afecte e interese a una comunidad […]. Así quitan una herramienta democrática a la ciudadanía española” (Ángel Oiarbide).
“No puede reducirse el derecho a decidir a los derechos nacionales […] tenemos claro que la batalla es la misma que en otros sitios […] el debate no va de república, de independencia, va de democracia, de derechos y libertades políticos y sociales constantemente vulnerados por aquellos que, precisamente, tendrían que protegerlos” (Xavier Antich i Valero).
“La iniciativa de plantear la forma de Estado es tan importante como que la gente pueda decidir libremente […]. Con la Consulta Popular queremos dirigirnos al grueso de la población, animamos a la ciudadanía a tomar la palabra […] queremos favorecer la libre expresión, de todos sin excepción, sea cual sea su opción, sobre la forma de Estado” (Cristina Ridruejo).
“La respuesta es muy fácil, solo se llama al derecho a decidir cuando no lo tienes, mientras estás decidiendo no lo invocas, solo decides […]. Estamos hablando de comida, mientras nos morimos de hambre” (Robin McAlpine).

Patricia en torno al referéndum del 1 de octubre plantea qué hubiera pasado si aparte de haber reconocido el referéndum como legítimo, hubiera sido mucho más numeroso el No a la independencia, es decir no un referéndum unívoco, sino con dos opciones de participación opuestas pero inclusivas en el mismo acto democrático del referéndum, o si en Escocia se hizo campaña para pedir solo la participación o pidiendo el Sí y el No.

“Que no haya habido campaña por el No en Cataluña ha sido una estrategia contra el referéndum”, “Omnium realizó videos pidiendo tomar la palabra, en la que salían voces contra la independencia, pero defendían la participación el 1 de octubre”, “El hecho de participar ya legitima los procesos democráticos”, “En Escocia para los ‘unionistas’ es inconcebible que los escoceses no puedan decidir, para ellos es un principio democrático, como defender el No”

Las preguntas, las respuestas, las opiniones se cruzan durante dos horas en este acto de democracia, un año después de la celebración del Referéndum en Catalunya y a falta de dos meses para las consultas republicanas que se realizarán en varios pueblos y barrios de Madrid, hay una cuestión que sigue siendo básica para todo sistema democrático, incluso para esta mal llamada democracia española: las leyes no hacen la democracia, es la democracia la que hace las leyes.

El cierre se llena de agradecimientos de ilusiones, y de puertas que hay que seguir abriendo, como la que nos ha regalado Cataluña a todo el Estado. Han hablado de democracia y de libertad, de participación.
Es ahora el momento ¡Queremos decidir! ¡Esto no ha hecho más que empezar! Decidir sobre más temas, decidir con más frecuencia, decidir con participación más abierta y transversal… por ahí va un nuevo modelo de democracia mucho más inmediata, más directa, apartada de las caducas fórmulas de representación sustitutivas y excluyentes de la ciudadanía.