Las tramas negras o como salir de esta
La corrupción está alcanzando en el estado español cotas inaceptables. No solo por la financiación ilegal del PP, que por cierto cualquier persona informada conocía hace años. Lo que ocurre es que ahora se puede demostrar, debido tal vez a que a alguien se le ha ido la mano, o no… Es decir algo suena. El caso de los EREs en Andalucía, también muy grave y encima chapucero, en el que el PSOE andaluz está pringado, quiera o no, y su táctica de avestruz, pésimamente gestionada, está resultando ser un balón de oxígeno para el “tocado” PP, que de esa forma tiene la excusa del “y tú más”. Aunque la verdad es que lo de Gürtel, Bárcenas y otros, así como el asunto CAM y otras lindezas superan ya todos los limites imaginables, y además sitúan a la derecha españolista en el lugar que ciertamente les corresponde en cuanto a su bajeza moral.
Pero no lo olvidemos: el caso “PP” -que es como debiera llamarse el conocido como Bárcenas- ha sido destapado al alimón por dos piezas clave del sistema y régimen vigente, como son El Mundo y El País, es decir los grupos económicos que hay tras ellos, lo cual hace sospechar que poderosas manos se mueven por detrás y preparan algo. El establishment madrileño que domina el estado español seguro que tiene recambio y solución a sus problemas, y esta puesta al descubierto de las miserias del PP -seguramente preparada de antemano- tendrá sus motivaciones y sus beneficiarios.
Hace tiempo que se sabe que Rajoy tiene poderosos enemigos y que la plutocracia dominante tiene la voluntad de controlar más férreamente una situación que se les puede ir de las manos, pues la gravedad de la crisis financiera se puede llevar muchas cosas por delante, incluida la monarquía, que es la clave de bóveda del ya corrupto régimen del 78 y los beneficios de los oligarcas que realmente mandan.
No obstante, también hay otra corrupción no menor, y no menos dañina y asquerosa, y es la de las privatizaciones. El sector público español lleva más de treinta años vendiéndose muchas veces como autentico saldo. Habría que auditar todas las privatizaciones de fábricas, astilleros, bancos, servicios y seguros, así como solares y tierras. Dilapidar lo público o lo expropiado -como RUMASA o REPSOL entre otras operaciones- exigiría una revisión. En el aznarato hubo privatizaciones muy numerosas y muy opacas, pero Felipe González ya inició la tendencia con entusiasmo. Ahora ya sin sector industrial, ni bancario, ni de comunicaciones público, en la época de Rajoy le ha tocado el turno a lo último que quedaba, y por tanto las ventas alcanzan a la sanidad, la educación o las pensiones. Opino que las privatizaciones, que son expropiaciones de patrimonio común y de todas y todos en beneficio de propietarios privados -en especial empresas muy grandes y grandes bancos en situaciones de muy poca transparencia- son parte del germen del régimen corrupto en el que ha devenido el de 1978. Todo esto sea dicho sin olvido ni menoscabo para con la gran corrupción, latrocinio y miseria generalizada que fue la cruel dictadura franquista.
Y ante tanto robo, expropiación fraudulenta y “liberalizaciones” para construir monopolios privados, saldos con hospitales y universidades, financiaciones ilegales de partidos en especial el PP y negocios incluso de queridas reales ¿Qué hacemos?
La Unión Europea también es responsable con sus políticas neoliberales de nuestra ruina, expolio público y desierto productivo. Todo ello en beneficio de capitales e intereses extranjeros. No lo olvidemos a la hora de hacer programa.
Oposición al régimen de expolios
La debilidad de la oposición convencional es bien visible. La ausencia de organización socio-política que sea capaz de generar la resistencia contundente y la ofensiva de las clases populares es exasperante. El PSOE no es capaz de frenar su propio hundimiento a pesar del mal gobierno y corrupción del PP, además el mismo partido socioliberal, tiene demasiadas causas pendientes. Por otro lado el PSOE es junto el PP pilar fundamental del sistema y por tanto, está preso de las mismas deudas y además en temas fundamentales como el sistema financiero o la llamada deuda pública y la monarquía pacta con el Partido Popular. Ambos son coincidentes en su defensa de la Europa alemana y neoliberal. El PSOE de Andalucía además se acaba de meter en un jardín de unas elecciones primarias en las que está haciendo el ridículo más espantoso, e introduciendo de forma innecesaria una crisis suplementaria en el propio PSOE estatal y dejando a su socia de Gobierno, IU-CA, en una posición delicada, acrecentada por el escándalo de los EREs y las contradicciones casi diarias del Gobierno autonómico. Es cierto que IU-CA ha dado pasos interesantes y tomado medidas decididas en vivienda y protección social, pero el Gobierno andaluz gobierna respetando el objetivo de déficit que Madrid y Bruselas imponen y existen serias dudas acerca de si esa situación se va a poder mantener. Por otro lado, lo que sus socios del socioliberalismo pretenden también con las “primarias” es, además de apartar el cáliz de los “eres”, tomar la iniciativa política, y creen los muy ingenuos pueden recuperar la mayoría absoluta.
No olvido -y vuelvo hacía atrás en el relato- que CiU y PNV también son fuerzas sistémicas -en especial CiU- y que últimamente el PP ya ha encontrado su muleta en UPyD, que además capta la sangría de votos derechistas con hábiles maniobras de despiste, acrecentadas por la ausencia de una opción de izquierdas, no ya con posibilidades de crecer -hecho este que indudablemente se dará- sino de gobernar, de ser recambio de poder, que al fin y al cabo es lo que importa.
La situación de crisis política y del régimen, así como de crisis financiera, económica y social, pero sobre todo la inmunda transferencia de rentas de las clases populares en beneficio de los ricos que se está produciendo, exigen un profundo cambio tanto constitucional como de las políticas públicas que se están imponiendo.
IU debe decir y ya alto y claro, si desea “exportar” el modelo andaluz en el estado español y si va a apoyar al socioliberal PSOE actual, si es que este se deja y sus compromisos con las oligarquías económicas no le aconsejan la gran coalición con la derecha (escenario más que posible). O bien apuesta por acompañar en la construcción de un amplio bloque popular de poder cívico y antineoliberal. Un Frente Amplio, democrático y con un programa social y de reconstrucción del bienestar, el reparto, la reforma fiscal y la banca pública, así como la defensa de la soberanía estatal y popular. Lo repito, pues lo he escrito ya, cincuenta diputados sirven para hacer a Eduardo Madina o Rubalcaba, en el mejor de los casos, presidente del Gobierno. O para seguir siendo oposición.
Gobernar, alcanzar el gobierno, que es un paso para alcanzar el poder, es muy difícil e IU no tiene hoy por hoy y por sí sola capacidad para ello, ni masa crítica que los sostenga en el gobierno del estado. Un gobierno de izquierdas y que aplique medidas realmente socialdemócratas y de progreso tendrá muchas dificultades, pero es imprescindible alcanzar el gobierno y cambiar las cosas, plantarle cara a Europa, acabar con las privatizaciones, recuperar y nacionalizar sectores estratégicos. Garantizar las pensiones, recuperar el empleo público y apoyar decididamente a pymes, economía social y las cooperativas, así como a sectores económicos no especulativos y productivos.
Para eso hacen falta no cincuenta, sino al menos ciento setenta diputados y diputadas y seis mil personas cualificadas, cuanto menos para llenar organigramas del estado y puestos que no se pueden dejar en manos de personas supuestamente neutrales, pues ya sabemos cómo se las gastan los “profesionales”.
Es posible alcanzar el gobierno
Yo diría que imprescindible. Hay que acabar con tanto latrocinio y con tanto robo de los de arriba a los de abajo y tanta privatización.
Han privatizado la política. Se están repartiendo el Estado. Nos están empobreciendo y vuelve a haber hambre. Nos llaman demagogos, bien, más vale ser demagogo que chorizo y sinvergüenza.
Hay que construir una alternativa de Gobierno y tener voluntad de Gobierno. Dar confianza y seguridad, pero a los humildes, a las clases obreras, a los pequeños empresarios, a las y los que sufren, a las y los desempleados.
Hay que tener un liderazgo solvente capaz de generar esa confianza. Liderazgo político y social, pero también personal. Seamos serios, se puede ser muy participativo y democrático, pero alguien tendrá que representarnos y se puede tener una dirección colegiada, pero solvente y querida. Sin gobernar tampoco podremos avanzar hacia la democracia participativa y real, ni hacía el necesario cambio constitucional.
Es pues imprescindible construir una gran convocatoria convergente y ciudadana, una alianza de toda la izquierda transformadora, que ilusione y además puesto que se trata de una experiencia, participativa y diferente, con parámetros políticos novedosos, servirá para empoderar al pueblo, a los pueblos del estado español y además ese empoderamiento será imprescindible, pues una opción de gobierno diferente, democrática, social y socializante, así como con un nuevo paradigma económico y ecológico, necesitará de mucho y decidido respaldo cívico, pues será atacada sin piedad.
Pero hemos de crear ilusión y generar confianza en nuestras capacidades, inteligencia, espíritu de sacrificio y honestidad.
Lo que hay ya se conoce y su tremendo fracaso también. Si bien el fracaso social y económico del neoliberalismo, es su triunfo político y sobre todo su beneficio, el beneficio de los de arriba, el de las escasas familias oligárquicas que dominan el estado español. Todo se está haciendo en beneficio de unas castas ya conocidas. El sufrimiento y la desesperanza en el futuro de millones de personas, exige nuestra coalición ilusionante y también nuestra capacidad para mover ya el patio. Todo está demasiado tranquilo para las tropelías que están cometiendo.
Aunque sea solo por dignidad habría que llamar ya a las movilizaciones y exigir la dimisión del Gobierno y nuevas elecciones. Pero mientras estas se producen o no, hay que llenar las calles.
Termino afirmando, que o nos movilizamos o las izquierdas serán laminadas sin piedad por los enemigos de clase. Ellos, los amos, necesitan un gobierno más fuerte y autoritario todavía. Rajoy, su “Maricomplejines”, está claro que no les es suficiente. Además la Troika y el FMI exigen más. No nos engañemos, las oligarquías hispanas y su rey están felices con esas exigencias. Por tanto, ni vamos a poder negociar, ni nos van a dar tregua, ni podemos seguir esperando no se sabe qué. Falta energía, coraje, decisión y valor. Falta contundencia en la denuncia y en el verbo. Falta que digamos basta pero de verdad.