Llamando a las puertas del cielo
A mis compas Mónica y Alejandro,
¡mucha salud!
Nunca lo sabes, ni tampoco si contarlo, yo nones, pero fue, no se quien, como, no creo. Métrica de la existencia, que jamás has cavilado que te roce a ti, y sin embargo te das cuenta con grafía contundente de que ¡zas!, premio, esto es todo tuyo, solo tuyo.
La noche entera
con un hacha
me ha golpeado el dolor,
pero el sueño
pasó lavando como un agua oscura
piedras ensangrentadas.
Hoy de nuevo estoy vivo.
De nuevo
te levanto,
vida,
sobre mis hombros.
Ni si quiera lo imaginaba, no ingerí cornezuelo de centeno lo juro, pero se puso ahí, lo sentía y es difícil de explicar, algo así como explicar la “nada” a través de la “angustia” como si volviera a estudiar a Martin Heidegger, filosofía de la realidad, reflexión de la muerte, introversión del dolor, reclamo de partida.
Oh vida, copa clara,
de pronto
te llenas
de agua sucia,
de vino muerto,
de agonía, de pérdidas,
de sobrecogedoras telarañas,
y muchos creen
que ese color de infierno
guardarás para siempre.
No es cierto.
El buitre volaba alto, rápido, audaz, cincuenta y un años y ¡mierda! cortamos, se acabo la grabación. ¡Rápido rebobinamos! culpas, reproches, inseguridades, vergüenzas, envidias, cobardías, perdones y tantas cosas más que se empapan de una tristeza angustiosa, de una sorpresa atormentada.
Pasa una noche lenta,
pasa un solo minuto
y todo cambia.
Se llena
de transparencia
la copa de la vida.
El trabajo espacioso
nos espera.
De un solo golpe nacen las palomas.
Se establece la luz sobre la tierra.
Volar, siempre soñamos con volar, y de repente te das cuenta de que llevas la mayor parte de tu vida con las alas inertes, luego, siempre luego, es tarde para volar. Emociones negativas, disgustos cotidianos, círculos cerrados imposibles de abrir, decisiones practicas, saltos al vacío.
Vida, los pobres
poetas
te creyeron amarga,
no salieron contigo
de la cama
con el viento del mundo.
Recibieron los golpes
sin buscarte,
se barrenaron
un agujero negro
y fueron sumergiéndose
en el luto
de un pozo solitario.
Viaje de cómicos de rincón en rincón, buscar, encontrar, seguir, vivir, sobrevivir.
Y de alguna manera volver, conmutar valores, transformar apreciaciones,. trasmutar sentimientos. No sobrevivir y vivir. No dejare de bailar esa canción cada vez que lo quiera, ni de andar por esa calle cuando me apetezca, cogeré más trenes y si no me gusta me bajo, pero subir, subo.
No es verdad, vida,
eres
bella
como la que yo amo
y entre los senos tienes
olor a menta.
Vida,
eres
una máquina plena,
felicidad, sonido
de tormenta, ternura
de aceite delicado.
Muy rápido, resumido y malamente:
“La privación de oxígeno en células vitales se denomina isquemia. Cuando afecta a las arterias coronarias, causa lesiones en los tejidos del corazón.
El episodio de infarto de miocardio puede producirse como resultado de uno o dos efectos de aterosclerosis.”
Y añado, también de ascos constantes: conservar un trabajo, no tener un trabajo, amparar gravámenes, acopiar cumplidos protocolarios, recoger censuras, guardar silencios… llenarte de mierda y creer que todo lo controlas.
Vida,
eres como una viña:
atesoras la luz y la repartes
transformada en racimo.
el que de ti reniega
que espere
un minuto, una noche,
un año corto o largo,
que salga
de su soledad mentirosa,
que indague y luche, junte
sus manos a otras manos,
que no adopte ni halague
a la desdicha,
que la rechace dándole
forma de muro,
como a la piedra los picapedreros,
que corte la desdicha
y se haga con ella
pantalones.
Estar, ser, filología de palabras, necesidad de hablar, ahora ya no buscas, simplemente creas todos lo días, todas las veces, horas minutos y encima descubres mucho más. Luz diurna, sol sobre los ojos, aceite por la piel, placidez del espacio, periodo infinito, primer actor de uno mismo.
Apoteosis de sentimientos, reír, alegría, larga vida, salud, mucha salud.
La vida nos espera
a todos
los que amamos
el salvaje
olor a mar y menta
que tiene entre los senos *.
* Versos de Oda a la vida, de Pablo Neruda.