Lo que viene (Y van tres)
Javier Sáenz Munilla*. LQS. Junio 2020
“Lo que vaya a pasar después del coronavirus
tiene que ver con la correlación de fuerzas” Juan Carlos Monedero
De momento, la correlación de fuerzas es más favorable a los ricos. Los más ricos de España, según la revista Forbes, han aumentado su fortuna en más de 14.000 millones de euros desde Marzo. Es decir, 4 veces y medio el presupuesto del IMV (Ingreso Mínimo Vital).
Amancio Ortega, 8.651 millones más rico. Rafael del Pino (Ferrovial), 40% más. Florentino Pérez (ACS), 41,6%, etc. Y no sólo en España, claro. Según la BBC, Jeff Berros (Amazon) es uno de los más beneficiados por la crisis. El aumento de las ventas online ha disparado el precio de las acciones de la compañía. Y, como suele suceder, cuando unos poco ganan tanto, muchos, muchísimos, pierden mucho.
Y ¿por qué los ricos tienen la correlación de fuerzas a su favor? ¿Y tú me lo preguntas? Pues eso, lo normal. La norma. Lo establecido. ¿Que eso no está bien? ¿Que es injusto? Claro. Evidente. Son lentejas, dirás. Pues sí. O no. Depende.
Las corrientes ultraconservadoras arrecian pre, durante y post pandemia. ¿Qué hacer? Buena pregunta.
Frente a la Plataforma Ultra que teje el ex gurú de Donald Trump, Steve Bannon, que propugna afianzar el presente modelo de capitalismo salvaje y un Estado autoritario, islamófobo, violento, surge la llamada Internacional Progresista, con Noam Chomsky, la ex primera ministra de Islandia Katrim Jakobsdottir, el mexicano Gael Gacía Bernal, Bernie Sanders, Yanis Varufakis o Ada Colau, como algunos de sus mentores conocidos. Propugna un New Deal Verde Global, basado en la adopción de políticas de expansión fiscal coordinadas a escala global para reactivar la economía y acelerar la adaptación a una economía de cero emisiones de CO2. La economista india Jayati Ghosh ha elaborado para la Internacional un plan de estímulo y adaptación al cambio climático, que incluye la inyección de billones de dólares en el Sur global, desde el FMI, así como la condonación de la deuda de los países pobres.
La deuda, no es sólo impagable sino que va a ser cada día menos pagable. Y como los países deudores para seguir recibiendo fondos deben hacer frente a los intereses, se empobrecen por minutos. A finales de año, según el último informe de Save the Children, 672 millones de niños alcanzarán la pobreza.
La Internacional Progresista propugna un plan global, porque sólo actuando globalmente se podrá intentar frenar el desastre que está viniendo, desde el post confinamiento primero -y esperemos que no sean necesarios más- y desde el calentamiento global.
La pandemia no significa el fin de la globalización, aunque sufrirá y está sufriendo un retraimiento. Pero todo indica que el post será un capitalismo aun más despiadado y cruento, por el colapso de miles y miles de empresas, el desempleo para millones de personas, las hambrunas y los inevitables estallidos sociales.
Así es que, quedarse quieto esperándolas venir, no hacer nada, nos llevará, inevitablemente, al colapso. Y, a más largo plazo, a la autodestrucción.
De dónde venimos
Como dijo Jesús Burguera en la ya célebre vídeo conferencia organizada por El Garaje Ediciones al comienzo del confinamiento, España ya era antes de esto un Estado prácticamente fallido. Con un déficit de 35.000 millones de euros, un fraude fiscal de entre el 6 y el 9% del PIB, una deuda de 1,1 billones, un déficit de la Seguridad Social de 33.000 millones y cada año 17.000 millones más, una precarización brutal del trabajo, unos sueldos de miseria y una tasa de pobreza del 26%. Datos que han ido a peor.
El IMV, aprobado por el gobierno de coalición Psoe-UP, está muy bien. Pero es un parche y a medida que empeoren las cosas, eso va a estar más claro. Se impone, quieran o no, la Renta Básica. Va a ser imprescindible. Por mucho que la patronal, y no sólo la patronal, se resista a ella. Y se resistirán con todas sus fuerzas, que son muchas. La correlación de fuerzas otra vez.
No vamos, pues, hacia el final del capitalismo ultraliberal, como dijo también Burguera, sino hacia un sistema capitalista aun más centralizado, además de desigual como es su esencia. El poder cada vez más monopolizado, en manos de pocas corporaciones. Como también ha escrito recientemente Naomi Klein.
En España, los fondos de inversión ya son propietarios del IBEX. “Black Rock es el socio mayoritario del Banco de Santander y del BBVA. Black Rock es el dueño de España, con otros” (Jesús Burguera, autor de Muerte de un Banquero. El Garaje Ediciones). El vaticinio de Burguera es que no se va a nacionalizar la economía, como dicen algunos incautos, se van a privatizar los Estados. La deuda los hará esclavos de los acreedores que, con variar un 1 o un 2% los tipos de interés, caerían en picado.
Y mientras tanto, a seguir haciendo negocio. Si la crisis del 2008 fue una crisis financiera que abrió la espita para que el capitalismo recuperara sus altas tasas de acumulación, reducidas en los decenios anteriores, con la pandemia es más de lo mismo.
Vean a la UE, al BCE, prestando dinero a los bancos hasta a intereses negativos, mediante los llamados PELTRO. Y a los bancos ofreciendo créditos a manos llenas a sus clientes. Y no a TAEs negativos. De nuevo, la UE rescatando a los bancos con el dinero de todos.
En la misma línea que la nueva Internacional, para el Vicepresidente boliviano depuesto por los golpistas, Álvaro García Linera, el post Covid debiera ser enfrentado a base de inversión pública, condonación del pago de la deuda externa, reindustrialización de áreas esenciales, distribución de la riqueza, repatriación de bienes de los paraísos fiscales y, por supuesto, la Renta Básica.
Pero claro, está eso de la correlación de fuerzas.
– Lo que viene. Primera parte
– Lo que viene. Parte II
* Javier Sáenz Munilla, periodista y analista internacional @pepitorias
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