Los sindicatos son parte del pueblo que defiende y salva al pueblo
Por Vicent Maurí*
“Sólo mediante una organización fuerte se puede asegurar una respuesta adecuada tanto en el día a día como en situaciones de adversidad.”
En los últimos días, se ha popularizado la idea de que «el pueblo salva al pueblo». Este pueblo incluye no sólo a personas individuales, sino también a las cientos de asociaciones, ONG, fallas, entidades y plataformas sociales, culturales, deportivas, feministas, juveniles, de mayores, festivas, políticas y de otros ámbitos que, desde el primer minuto , han estado auxiliando y apoyando a las comunidades afectadas por la DANA. Entre ellas, se encuentran también los sindicatos, que agrupan a trabajadoras y trabajadores organizados para defender sus derechos laborales y sociales.
Desde el pasado 29 de octubre, hemos sido testigos de las numerosas noticias sobre los devastadores efectos de la DANA. A esta información se añade el ingente, imprescindible y desinteresado trabajo de miles de personas voluntarias que, de forma individual o colectiva, han acudido a las zonas afectadas para colaborar en las tareas de limpieza y asistencia. Conocemos bien las acciones de estas personas que, sin escatimar esfuerzos, afrontaron las consecuencias del desastre. Hemos visto largas columnas de solidaridad de personas que, desde Valencia u otras localidades, se dirigían hacia los municipios devastados, ya fuese atravesando el Puente de la Solidaridad, por la CV36 u otras vías. Este gesto de cooperación y ayuda mutua ha permitido movilizar a un gran número de personas, recursos materiales y apoyo económico.
Los sindicatos también han estado a la altura de las circunstancias desde el primer momento. Han movilizado a sus miembros y han puesto a disposición sus sedes y recursos para atender y defender a las personas damnificadas. Su labor ha sido discreta, lejos de las cámaras y del protagonismo superficial, pero masiva, solidaria y necesaria. Ha sido realizada con gran profesionalidad por cientos de personas afiliadas, militantes y delegadas de las organizaciones sindicales valencianas. Éstas han actuado dónde y cuándo era necesario, ofreciendo asistencia, asesoramiento, protección y defendiendo los derechos de las personas afectadas, tanto a las empresas como a los pueblos. Aunque muchos de ellos también han sufrido las consecuencias del desastre en sus propias comarcas, han continuado con su labor sindical y social.
Los sindicatos han emprendido diversas acciones, como habilitar sus sedes como centros de recogida de materiales u ofreciendo cuentas por canalizar donaciones económicas destinadas a las personas afectadas, con especial atención a los colectivos más vulnerables. Han distribuido materiales a las zonas afectadas en coordinación con otras entidades, han organizado brigadas de limpieza, desplegado oficinas temporales en municipios especialmente golpeados, y han elaborado guías para ofrecer asesoramiento laboral –contratos, nóminas, despidos, ERTOs, seguridad y salud laboral–, así como orientación en materia de prestaciones sociales, seguros e indemnizaciones. Además, visitaron centros de trabajo para verificar su estado antes de reanudar su actividad y presentaron denuncias ante las autoridades laborales cuando detectaron incumplimientos normativos. También han participado en acciones reivindicativas exigiendo responsabilidades por los errores cometidos el 29 de octubre y los días posteriores, y han estado presentes en las negociaciones para garantizar medidas que protegieran los derechos de las trabajadoras y trabajadores frente al cierre temporal o definitivo de empresas y servicios públicos, así como en su reapertura.
Además, se ha producido una ola de solidaridad internacional del movimiento sindical, con sindicatos de todo el mundo que han enviado comunicados de apoyo, brigadas, materiales o dinero para ayudar a las personas más afectadas. Incluso sindicalistas de regiones en conflicto, como Palestina, Sáhara Occidental, Kurdistán, Líbano, Cuba, Argentina y otros lugares, han expresado su solidaridad con nuestra gente.
El trabajo de los sindicatos, como el de otras organizaciones, ha puesto en evidencia que el pueblo y la clase trabajadora organizada son imprescindibles en el día a día, pero más cuando se sufren desastres como éste. Un desastre provocado por la DANA, pero agravado por un modelo social depredador del medio ambiente, que a menudo ha ignorado los informes medioambientales en favor del enriquecimiento de una minoría. Este hecho se ha visto empeorado por la inacción de una administración valenciana que ha actuado de forma negligente e ineficaz. El movimiento sindical valenciano ha exigido, entre otras cosas, la dimisión del presidente Mazón, así como un cambio político y de políticas que apuestan por una reconstrucción que priorice los intereses, la protección y los derechos del pueblo, respetando el medio ambiente.
Para garantizar esta protección y defensa efectiva de los derechos, es esencial que tanto la sociedad como el mundo laboral estén bien organizados. Sus organizaciones, incluidos los sindicatos, deben ser sólidas, con estructuras robustas y una capacidad de actuación ágil y eficiente. Sólo mediante una organización fuerte se puede asegurar una respuesta adecuada tanto en el día a día como en situaciones de adversidad, protegiendo los derechos fundamentales y promoviendo la justicia social de forma coherente y sostenida.
* Activista social, pensionista, coordinador política sindical Confederación Intersindical.
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