LQSomos con Manuel Blanco Chivite
Recuperamos una entrevista realizada por LQS, en 2009, a Manuel Blanco Chivite, uno de los procesados en los Consejos de Guerra sumarísimos de aquel verano de 1975. La entrevista mantiene intacto todo su valor.
Vale la pena apuntar algún cambio en este tiempo. Uno de los más concretos y con más proyección, es la constitución de La Comuna, asociación de pres@s y represaliad@s por la dictadura, en la que Manuel Blanco Chivite participa.
La labor de esta asociación contra la impunidad del franquismo incluye la denuncia, con nombres y apellidos, de torturadores y cómplices de la dictadura. Ello ha dado pie a un proceso judicial que, impedido en España, ha sido asumido en Argentina, en abril de 2010, y a la constitución de la Red Aqua, red ciudadana de apoyo a la querella argentina contra los crímenes del franquismo, formada por 57 organizaciones.
“En un sistema dictatorial todo el mundo sabe que, llegado el caso, va a ser juzgado con criterios políticos, no jurídicos. Uno está perfectamente mentalizado al respecto ya que su lucha, precisamente, es por eso y contra eso”. (M.B.Ch.)
Hablar con Manuel, siempre es adentrarse en un pasaje dialéctico y seductor, destripar el escenario político siempre es una sorpresa por su capacidad de análisis y la claridad de ideas. Desde la necesaria radicalidad del pensamiento, sabe mantener su fina ironía que no pierde con el paso del tiempo, algo normal en un militante a contracorriente y letrado en novela negra, inmerso entre libros y ediciones (1)
Nacido en Donostia. Condenado a muerte bajo el franquismo en 1975, pena que le fue conmutada por 30 años. Hablamos con él cuando se cumplen 34 años de la última borrachera de sangre del franquismo.
LQSomos.-En los años 70 empiezan a producirse movilizaciones populares de protesta por todo el estado español, desconocidas hasta entonces. ¿Tenía el franquismo sus días contados?
Manuel Blanco Chivite.-Según y cómo. Seguía siendo un régimen sólido, pero con problemas graves de crisis económica, agravada por una situación prolongada de dictadura política ya en fase de desgaste. Necesitaba evolucionar y el conjunto del franquismo lo sabía y lo deseaba; se trataba de perfilar el cómo. La base social de esta evolución estaba creada, las nuevas clases medias profesionales urbanas y sectores de una pujante aristocracia obrera, que aspiraban a su cuota de poder de gestión en un régimen democrático de corte occidental. Al mismo tiempo, durante estos años, surgió con fuerza una nueva izquierda, más o menos revolucionaria, a la izquierda de las siglas tradicionales de la II República, volcada a un activismo y agitación que presionaba hacia cambios democráticos de gran calado.
LQSomos.-A muchos hoy les puede sorprender, pero en el 75 se paseaban banderas republicanas en las movilizaciones. ¿Por qué se frenaron en seco las aspiraciones a la III República en la Transición?
M.B.Ch.-En función de los pactos de esa misma Transición. Pactos laboriosos que venían fraguándose desde mediados de los sesenta y que eclosionaron tras la muerte del dictador. Esos pactos excluían la República y cualquier otro modelo económico que no fuese el capitalismo. En eso coincidieron franquismo renovado y antifranquismo dispuesto a formar parte del club de los vencedores (PSOE, PCE, PNV, CiU…) y a aislar y criminalizar todo lo que se situase a su izquierda y enarbolase las consignas republicanas.
LQSomos.- ¿Qué se siente al haber sido juzgado y acusado sin pruebas, sin garantías de defensa, sin equidad? (2)
M.B.Ch.-En un sistema dictatorial todo el mundo sabe que, llegado el caso, va a ser juzgado con criterios políticos, no jurídicos. Uno está perfectamente mentalizado al respecto ya que su lucha, precisamente, es por eso y contra eso. Todo el sistema judicial de la dictadura era pura corrupción y los jueces la hez de esta corrupción, vulgares delincuentes con toga, con alguna, contadísima, honrada excepción, como el fallecido Joaquín Navarro, por ejemplo, y quizás algún otro…
LQSomos.-En las detenciones, hubo torturas salvajes y malos tratos constantes por parte de la policía. Pero llegó la Transición con la esperada “democracia” y esos “torturadores” siguieron en sus puestos, algunos incluso fueron promocionados. ¿Cómo se entiende esto en una democracia?
M.B.Ch.-En una democracia con raíces históricas y cierta autenticidad eso no sería así, desde luego, pero en el caso español, la democracia llegó con un pacto en el que quienes habían ganado la guerra impusieron sus condiciones, que fueron aceptadas. Nada se tocó, a nadie se le removió la silla y, en efecto, muchos criminales, con uniforme o sin uniforme, con toga o sin ella, fueron premiados y promocionados.
LQSomos.- ¿Qué recuerdos se mantienen de esas últimas horas con los condenados a muerte antes de los fusilamientos?
M.B.Ch.-Podría deciros, para simplificar, que uno se acuerda de todo o, al menos, de casi todo: las horas en la celda del CPB, la oscuridad de la galería y de la propia celda que carecía de luz, las sombras de los funcionarios, la conducción hasta la galería de servicios donde se nos comunicó la conmutación de la pena de muerte a unos y que serían fusilados a otros… Durante los últimos días, ni siquiera pudimos vernos todos los condenados a muerte, encerrados cada uno en su celda y saliendo al patio veinte minutos al día, por separado.
LQSomos.- Por si había alguna duda, los sumarios del 27 de septiembre de 1975 demostraron la naturaleza sangrienta y criminal del franquismo. ¿Por qué se sigue ignorando en 2009?
M.B.Ch.-Aquellos consejos de guerra, para un país que cierra sus heridas sin curarlas y en el que los criminales de Estado siguen recompensados, todavía están muy cercanos; supongo que buena parte de los delincuentes uniformados que los componían viven todavía. Además, y sobre todo, el protagonismo del ejército en los asesinatos del 27 de septiembre de 1975 fue total y ese ejército, mejor pagado y armado y formando parte de la OTAN en misiones de ocupación de países extranjeros, es el mismo de hoy. Para ellos es un mal recuerdo, un recuerdo que les desenmascara. Estamos ante una ignorancia políticamente interesada.
LQSomos.-En junio de este año se ha vuelto a dar “borrón” a aquellos sumarios, con la respuesta de la Comisión de Evaluación de la Ley de la Memoria, ante las peticiones de la familia de José Luis Sánchez-Bravo Solla.En la mayor parte del mundo, ser luchador antifascista es un honor reconocido, ¿no es vergonzoso lo de España?
M.B.Ch.- ¿Qué queréis que os diga? ¿Vergonzoso? Yo lo veo lógico. Unos son los sucesores directos de la dictadura, hoy reconvertida en Monarquía constitucional (de la constitución del 78); otros, los que han pactado con ellos a cambio de gestionar el cotarro con derecho a enriquecerse y a favor de los intereses que sostuvieron la dictadura. De hecho, ya funcionan como un partido único en Euskadi…
LQSomos.-Han pasado 34 años de la muerte en la cama del dictador, todavía no se ha condenado la ilegitimidad del franquismo y sus consecuencias penales, entre otras cosas. ¿Es necesaria una Ley de la Memoria?
M.B.Ch.-A estas alturas, tal ley, por necesaria que sea, no sería demasiado relevante. Pero aun así, no llegará. Los intereses nacional-españoles que encarnan el PP-PSOE no están por la labor. La monarquía está asentada, pero no tanto como para enfrentar una auténtica Ley de la Memoria o una condena pormenorizada de la dictadura… Tirar de ese hilo es demasiado para ellos… Quizás dentro de otros cuarenta años o cincuenta o sesenta… en un seminario de la universidad…
LQSomos.-La democracia que tenemos, guste más o menos, es fruto de aquellas luchas que forzaron un cambio. ¿La concebís como una conquista? ¿O es una derrota?
M.B.Ch.-Ni lo uno, ni lo otro. No me parece adecuada la clasificación binaria de las cosas. Posiblemente, los franquistas cedieron más de lo que hubiesen deseado (eso explica en última instancia el parón que significó el amago golpista del 23 de febrero de 1981) y los sectores más combativos del campo antifascista se sintieron decepcionados. Pero lo que resultó fue un equilibrio más o menos estable entre franquismo y antifranquismo conciliador, en función de intereses políticos y económicos. La perspectiva de tocar poder y dinero resultó muy sugestiva para el PSOE, el PCE y los nacionalismos democrático-burgueses y tal es lo que ofrecía y necesitaba el franquismo reciclado. La reconversión industrial y bancaria con sus tres millones de parados fue cosa del PSOE de González, así como el GAL y la normalización de la tortura como oficialmente inexistente. Las clases medias urbanas, como he dicho antes, y la aristocracia obrera aportó la base social al proyecto de transición. En todo ello, algo se ganó y mucho, quizás demasiado, quedó por ganarse. Ahí hay mucha tarea para las nuevas generaciones; ellas tienen la palabra, la decisión y la acción.
LQSomos.-En ciudades como Madrid, tras el derribo de la cárcel de Carabanchel, ¿no aprecias que están muy interesados en borrar muchas cosas?
M.B.Ch.-Creo que estamos ante lo más de lo mismo. Borremos símbolos que son testigos de una época ya molesta para todos (para todos, es decir, para PP-PSOE) y hagamos negocios con el terrenito…
LQSomos.-Por cierto, de la cárcel de Carabanchel, al final nadie vio las Celdas de Prevención Bajas “CPB” (3), nadie habla de ellas. Por qué existir… ¿existieron?
M.B.Ch.-Como decía cierto autor francés: “Guatemala no existe; lo sé porque yo he estado allí.”
LQSomos.-Lucha directa contra el franquismo, clandestinidad, detenciones, torturas, cárcel… Después de haber vivido todo eso, cuando uno ve la situación actual, dónde se han quedado los compromisos, cómo son las movilizaciones, el “politiqueo”… ¿vale la pena?, ¿hay que seguir?
M.B.Ch.-¿Vale la pena? Hace tiempo una periodista me planteó lo mismo. “Si fuese ministro –le respondí– ¿me harías la misma pregunta?”. Es una cuestión que tiene que ver con la vida que uno ha elegido. El otro día le pregunté lo mismo a un tipo que llevaba cuarenta años en un trabajo que no le gusta demasiado, un tipo que jamás ha arriesgado nada, olvidando que sin riesgo no hay libertad, pagando todos los impuestos y todas las multas y saludando emocionado a cada cámara de videovigilancia… ¿vale la pena?
LQSomos.-Septiembre del 75, septiembre del 2009… ¿queremos República? ¿Qué Republica queremos?
M.B.Ch.-Yo sí. La cuestión es: ¿cuántos somos?, ¿qué riesgos asumimos para ser un poco más libres?, ¿seguiremos manteniendo los dogmas de nuestros abuelos y cada cual seguirá creyéndose el ombligo de la historia destinado a dictar la verdad a los demás?…
Notas:
1.- Desde la cárcel de Córdoba, en 1977 publicó su primer libro “Notas de prisión”. Liberado en noviembre del 77, siguió con su militancia y su profesión de periodista y escritor colaborando en “La gaceta del norte”, en el clausurado “Egin”, en “Interviú” o “Primera plana” donde trabajo con Manuel Vázquez Montalbán… En 1989 publicó “De matar y de morir”; en el 91 “Ciudad sangrienta” y “Operación Mendi”; en 1992 publicó “Manuel Vázquez Montalbán&José Carvalho”, un ensayo que, en su primera parte, es una larga conversación con el biografiado. Después vendría una larga y prolífica lista de publicaciones: “Diario de Etiopía”, “Ciudad sangrienta”, “Los comunicados del Lobo”, “Trío de negras”… y su nueva etapa como editor al frente de ediciones VOSA y, a día de hoy, con El garaje ediciones. Es escritor de diversos géneros como novela policíaca y erótica, libros de viajes, biografías, ensayos literarios, colecciones de aforismos…
2.- “El que suscribe no puede por menos que constatar una vez más que los derechos elementales de la defensa, es decir, el derecho que tiene el acusado a ser juzgado con equidad… han sido menospreciados en España de la manera más grosera. El proceso de los cinco militantes del FRAP ha constituido un simulacro…”. Del informe de Christian Grobet, miembro de la Liga Internacional de los Derechos del Hombre y asistente a los Consejos de Guerra.
3.- Celdas de Prevención Bajas (CPB), Instituciones Penitenciarias no las ha reconocido nunca. Con el derribo de la cárcel de Carabanchel se fue otra “mancha” negra de la represión. Muchos de los detenidos pasaron 40 días y 40 noches incomunicados, en una soledad absoluta, entre cuatro paredes, donde sólo había un agujero en suelo (váter), un grifo y una botella de plástico de leche vacía que servía de cisterna para el váter y de vaso para beber… No se han registrado todavía los nombres de los verdugos y carceleros en la lista de criminales, no se ha limpiado el buen nombre de las víctimas que desde las cárceles lucharon contra el fascismo y tantas murieron por ello. Siguen siendo criminales porque ningún gobierno de la Monarquía parlamentaria se ha atrevido a invalidar, por genocidas, las actuaciones gubernamentales de la dictadura franquista. Muchas y muchos tenemos todavía en nuestro cuerpo grabadas las manifestaciones frente a la cárcel de Carabanchel exigiendo ¡Amnistía y libertad!…
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