Madrid en la encrucijada con su pasado franquista
Redacción*. LQSomos. Febrero 2016
El nuevo Ayuntamiento lucha por quitar a las calles los nombres que recuerden a la dictadura del General Franco (1939-1975)
Imaginemos que de las calles de la capital española se quitaran los nombres de Salvador Dalí (el pintor catalán), Santiago Bernabéu (ex presidente del Real Madrid), Juan Antonio Samaranch (durante dos décadas presidente del Comité Internacional Olímpico) o Manolete (torero legendario, pero dejamos los de generales, altos funcionarios, diplomáticos, periodistas, novelistas, dramaturgos, escultores… de una la lista completa que incluye 256 nombres de calles referidos a personalidades diversas que han tenido participación, orgánica o directa, con el franquismo, régimen dictatorial en España entre los años 1939 y 1975. Es algo que hoy produce escándalo tanto en las redes sociales como en los medios y el espectro político.
En el centro de esta batalla simbólica existe la voluntad, en el nuevo equipo municipal de Madrid elegido en mayo del 2015, de quitar las referencias franquistas en calles, avenidas y plazas de la capital. Una ley, promulgada en 2007 por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, invitaba a todos los municipios del país a suprimir los vestigios de la dictadura, empresa en gran parte concluida hoy en día, aunque con excepciones.
«Pasado injurioso»
Al asumir la alcaldía de Madrid, la ex magistrada pro Podemos Manuela Carmena ha manifestado su deseo de quitar «todos esos nombres que recuerdan un pasado siniestro e injurioso», y ha confiado a un grupo de expertos en historia de la Universidad Complutense el trabajo de investigar esa lista de 256 nombres; se trata en realidad de una pre-selección, aumentada por los grupos de la izquierda radical (que han hecho coalición con Manuela Carmena) con nombres que han sobresaltado a más de uno.
El carácter explosivo de esta lista es, precisamente, su heterogeneidad. Junto a los generales que han activamente participado de la insurrección franquista (Aranda, Cabanillas, Fanjul, Dávila…) figuran importantes personalidades y artistas que se han aprovechado del régimen -a la manera de los intelectuales y artistas en París bajo la dominación nazi- pero de manera indirecta: por convicción ideológica, por comodidad o por evitar ser apartados de la vida pública o expulsados del país. «El gran error de esta iniciativa municipal consiste en mezclar todo -según un editorialista del periódico on line Elconfidencial.com-. Eso ha demorado el proceso.»
Cortando lazos
La alcaldesa Manuela Carmena no ha tardado en darse cuenta y, desde el jueves, su equipo y el grupo de expertos en cuestión han librado una batalla cruzada de acusaciones. Los segundos reprochaban a los primeros de no haber «respetado los tiempos», y de no haber considerado la lista definitiva, más selectiva; los primeros reprueban a los segundos por haberse metido en un «proyecto exhaustivo».
Al final, el intento de quitar los nombres corre el riesgo de quedar en letra muerta; las dos partes cortaron los lazos que los unían. Un patente fracaso que tiene el riesgo de llegar a impedir que se borren de la capital los nombres ligados al franquismo, régimen cuyo legado arquitectónico permanece aún en lugar destacado: basta con contemplar el Arco de la Victoria situado en la plaza de le Moncloa o los gigantescos edificios del barrio de Nuevos Ministerios.
* Publicado en el diario Libération, – Traducido para LQSomos por Arturo Seeber