Maldonado: gendarmes volvieron al lugar del crimen y tiraron su cuerpo con un claro mensaje “caso Carrasco NO”
Javier Llorens*. LQSomos. Octubre 2017
La desaparición forzada de Santiago Maldonado se encaminaba a una solución tipo soldado Omar Carrasco, con la aparición de su cuerpo en algún lugar aguas abajo del río Chubut para que la culpa cayera sobre algunos gendarmes de menor rango, “que lo habrían herido y a su cuerpo se lo habría llevado el río”. Pero sorpresivamente su cadáver apareció aguas arribas del lugar de los hechos, siendo esto ya cierto, al coincidir sus documentos, vestimenta, cabellos, y talla, conforme las crudas imágenes insertas en esta nota. Imágenes que hieren la sensibilidad de su familia, pero que acreditan su muerte y que deben conocerse, ya que junto con su difusión y el lugar donde fue arrojado, son portadoras de un claro mensaje que lindando con lo mafioso podría resumirse así: no fue un gendarme fue la Gendarmería, y en todo caso el mismo Gobierno. Nos salvamos todos o no se salva nadie, por lo que se trata de una cuestión de alta política, que incluso viene involucrada con la tragedia de la muerte de Nisman.
En la nota Maldonado: la desaparición por la Gendarmería, Gobierno, Justicia, y grandes medios, de su desaparición forzada señalábamos que el caso se encaminaba a una solución tipo Carrasco, con la decisión por parte del Gobierno que se sentía acorralado con la cuestión, de arrojar a algún gendarme… no por la ventana, como a la que se negaba en un comienzo la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, sino a la parrilla de la ardiente opinión pública.
Intención que se manifestó crudamente en un video del comunicador oficialista Luis Majul, en su programa La Cornisa del domingo 10 de septiembre. En el cual a guisa de cubrir el operativo en el Pu Lof de Cusahmen, presentó en sociedad al subalférez Emmanuel Echazús en un primer plano volviendo del río, portando una escopeta recortada y una herida en el rostro. Simultáneamente Clarín lo anunció con todas las letras, al publicar una nota con título y copete:
“El nuevo libreto oficial: los gendarmes sí, pero no la Gendarmería. En el oficialismo buscan ser cautelosos. Pero dicen que “si en el peor de los casos” hubo excesos no abarca a la institución. Y que eso derriba la idea de que hubo desaparición forzada” (12/9/17).
El caso tomaba así un notable parecido al de la desaparición del soldado Omar Carrasco, asesinado, o golpeado y atendido con mala praxis en 1994. El cuerpo, que había estado escondido en el cuartel de Zapala en Neuquén, fue encontrado en un campo aledaño. Fueron condenados por ese hecho personal inferior del Ejército, que tras haber cumplido sus condenas, siguen hasta hoy insistiendo en su inocencia.
Finalmente el cuerpo del joven quijote defensor de causas perdidas Santiago Maldonado, apareció setenta y siete días después, el 17 de octubre, flotando en el Río Chubut, tal como la anticipáramos en la nota Caso Maldonado. El juez Otranto ordenó buscar donde la Gendarmería lo va a tirar y ahora huye.
Incluso, como decíamos en ella, lo hizo cerca de un camino que permitiera un fácil acceso al río, como lo es la ruta nacional 40 en su máximo acercamiento al Río Chubut, y por eso se llama Curva del Río. La que coincide con el Pu Lof, y donde antes del ingreso al mismo, como se puede ver en la portada, hay una huella que conduce al lugar donde el cadáver de Santiago Maldonado fue arrojado.
Pero sorpresivamente, este lugar no es aguas abajo del lugar de los hechos, como presumiblemente debería ser para que operara la solución Carrasco. Basada en el supuesto de que algunos gendarmes hirieron a Santiago, o éste se ahogó, y se lo llevó la corriente del río aguas abajo.
Sino, por el contrario, ha sido aguas arriba, a solo 300 metros del lugar de su presunto crimen, como consecuencia de un exceso represivo del personal de la Gendarmería. Fuerza que institucionalmente encubrió el hecho retirando sigilosamente su cuerpo, tal como se expuso en VIDEO EXCLUSIVO: Desaparición de Maldonado, no fue un gendarme fue la Gendarmería.
Lamentablemente es Santiago Maldonado
Que lamentablemente se trata de Santiago no quedan muchas dudas, tal como lo evidencian las siguientes crudas imágenes, que tras su llegada a la morgue fueron inmediatamente puestas en circulación. En ellas coinciden la vestimenta, la talla, y los cabellos trenzados en rasta de Maldonado, a lo que se suma su DNI encontrado en un bolsillo de su pantalón. En un cuerpo que no tiene apariencia de haber estado setenta y siete días bajo el agua, y aún con la enorme injuria de la muerte y la corrupción, trasunta la nobleza que lo inspiraba. Maldonado, Otranto, Patricia Bullrich, Héctor Magnetto, Vidal, Gendarmería, Desaparición, Macri.
Es muy entendible el dolor de la familia Maldonado ante esta horrible tragedia que se cruzó en su vida, agravada por el hecho de haber velado surrealísticamente sus restos para que no fuesen alterados, durante largas hora a la vera de un sinuoso y frío río patagónico. Y por eso es reacia a reconocer que se trata efectivamente de Santiago, diciendo que solo lo hará cuando tenga un 100 % de certeza, como aseguró en conferencia de prensa su hermano Sergio. Pero incluso un análisis de ADN, solo brinda un 99,99 % de ella, y ésta es la enorme angustia y desasosiego que desencadena en sus familiares, la existencia de un desaparecido, alejando para siempre la esperanza de que aparezca vivo.
Tanto la familia y su abogada Verónica Herrera, como los integrantes de la comunidad mapuche y de organismos de Derechos Humanos, sostienen que su cuerpo fue colocado en las últimas horas, asegurando que era la cuarta vez que se rastrillaba ese sector después de haber estado el cuerpo flotando ostensiblemente sobre unas ramas, y siendo visible a distancia, por lo que resultó innecesario el empleo de los perros adiestrados para detectar restos cadavéricos llevados expresamente para ello.
Eso no ha resultado nada difícil de perpetrar nocturnamente, en esas enormes soledades de fríos intensos, en donde al anochecer cesa la vida. Como se puede ver en el mapa de la portada, siguiendo la huella que parte de la ruta 40, donde solo es necesario caminar 400 metros hasta el lugar en que apareció su cuerpo, por lo que pudo ser llevado allí tranquilamente en camilla por dos hombres fornidos.
Por su parte Clarín, que tras la aparición del cuerpo de Maldonado parece haber puesto a full el funcionamiento de la máquina del fango que obscenamente opera el diario, haciéndose cómplice de esta desaparición forzada igual que lo hacía durante la dictadura, con una nota de su corresponsal Claudio Andrade salió a cuestionar eso, en base a un supuesto informe de la Prefectura Naval, que según Andrade afirma que solo se rastrilló río abajo del lugar de los hechos.
Pero Andrade cometió un grave error en su información, al decir que el rastrillaje arrancó “hacia la izquierda en el sentido de la corriente”, cuando en el mapa se puede ver que a la izquierda desde el acceso al río, es a contracorriente. Además el juez Guido Otranto se encargó de dejar bien claro que el intenso rastrillaje que se hizo en toda la zona, en el comunicado del Juzgado Federal de Esquel del 19 de septiembre de 2017, donde expresaba:
“El sector que mantiene ocupado el Pu Lof en Resistencia del Departamento Cushamen tiene una extensión aproximada de 1.300 hectáreas. Ayer fue rastrillada en su totalidad, con personal policial que la cubrió a pie y con perros adiestrados en búsqueda de rastros humanos. Para la tarea se requirió de la intervención de 367 efectivos de la Policía Federal Argentina, Prefectura Naval Argentina y Policía de Seguridad Aeroportuaria. También intervinieron unidades especializadas de la Policía de Santiago del Estero, Policía de la Provincia de Buenos Aires, Policía de San Luis y Policía de Río Negro. El personal fue trasladado en 33 vehículos y 2 helicópteros”.
Fue Gendarmería
Las siguientes imágenes detallan a su vez, la forma en que el cuerpo de Santiago Maldonado fue transferido desde la camioneta Ford Ranger OLW237, con la que fue extraído del Pu Lof, cubierto con una bolsa de óbito mortuoria, a una ambulancia de Gendarmería que lo habría llevado con destino desconocido.
En una primera imagen se ve a la Ranger OLW237 con sus dos conos de carretera y su bulto negro, y una camioneta Amarok perteneciente al escuadrón de El Bolsón, como estando a la espera de otros vehículos, en la bifurcación existente entre la vieja y nueva ruta nacional 40, que conducen a El Mayten y El Bolsón respectivamente, la cual se encuentra a solo 800 metros al norte del Pu Lof, como está indicado en el mapa de la portada, y a solo 550 metros donde apareció el cadáver.
En una segunda imagen se puede ver que se han reunido en el mismo lugar, junto a la Camioneta OLW237 con sus dos conos y bulto negro y la Amarok, un Unimog y una ambulancia blanca.
Y en la tercera imagen se puede ver que la Ranger OLW237, según distintas informaciones conducida por el subalférez Echazú, y la ambulancia de la que se puede ver su cola por debajo de la Amarok, fueron escondidas detrás de esta misma camioneta, el Unimog, y una hilera de gendarmes haciendo de pantalla, ocultando el traspaso del contenido del bulto negro de la Ranger OLW237 a la ambulancia.
Eso supone que más allá de que haya existido un exceso represivo por parte de algún o algunos gendarmes, prueba que orgánicamente fue la Gendarmería la que organizó la desaparición forzada o sustracción del cuerpo de Santiago Maldonado del Pu Lof.
Las muy graves dudas que plantea su aparición
La aparición de Santiago en el Río Chubut hace caer la información de “desaparición forzada”, que pasará a ser “averiguación de causas de su muerte”, y/o lesiones gravísimas seguida de muerte, descomprimiendo así legalmente la situación, al pasar de un delito mucho más grave a otro posiblemente mucho menor.
Pero además su aparición aguas arriba del lugar de los hechos o del crimen, aporta prima facie un sobreseimiento a favor del subalférez Echazú y los restantes gendarmes que había llegado al margen del río. Quienes supuestamente habrían herido a Santiago, y seguidamente a éste se lo llevó el río aguas abajo, ya que aguas arriba es imposible que sea por efecto de la corriente de agua y la ley de gravedad. Quienes finalmente fueron tirados a la parrilla de la ardiente pública por parte del Gobierno, para descomprimir la situación.
En consecuencia, el mensaje que contiene ese lúgubre escenario, con la corta distancia existente río arriba, entre la escena del crimen y el lugar de la aparición del cuerpo de Santiago, es contundente por parte de la tropa de gendarmería y los jefes subalternos que intervinieron en los hechos, y tenían el dominio sobre el cuerpo de Santiago.
Como en la obra teatral Fuenteovejuna de Lope de Vega, donde se investigaba el asesinato de un Comendador por parte de sus pobladores, y estos decían “Fuenteovejuna lo hizo”, el mensaje le está diciendo concretamente a las autoridades de Gendarmería y el Gobierno, que no fueron unos gendarmes, que fue la Gendarmería. Y que no son forros de nadie, y ningún perejil va a cargar con la culpa, como en el caso Carrasco.
Al mismo tiempo le están extendiendo un certificado de inocencia a los mapuches, hacia los que algunos intrépidos comunicadores del Gobierno habían tratado de desviar la culpa, ya que si estos poseían el dominio del cuerpo, para enchastrar a los gendarmes y la Gendarmería, lo lógico es que arrojaran a Santiago aguas abajo del lugar del crimen. Y no aguas arriba del mismo, rompiendo la explicación intentada por el Gobierno, que derivaba la culpa hacia sus subalternos más inferiores.
Algún chusco oficialista, de los que usan teorías conspirativas cuando les conviene y las denostan cuando no les convine, podría aducir que usando una lógica superior, los rústicos mapuches que tratan de vivir como sus ancestros, le dieron una policiaca vuelta de tuerca a la cuestión, para culpar a inocentes gendarmes de haberlo arrojado allí, con el objeto de eludir la acusación de que Santiago Maldonado había sido herido por ellos, y su cuerpo se había ido río abajo. Explicación sofisticada que no se compadece con las abrumadoras evidencias que existen respecto la participación de los gendarmes y la Gendarmería en el hecho.
Objetivamente se ha generado así una triada de intereses contrapuestos, que podría enunciarse primitivamente como Maldonado-Gendarmes-Gendarmería. Pero teniendo en cuenta el espíritu de cuerpo y la audacia de la rebeldía planteada ante la intención declarada por el Gobierno, de echarle la culpa la culpa a algunos gendarmes, la misma parece haber derivado en Maldonado-Gendarmería-Gobierno.
La oportunidad de la aparición de Santiago Maldonado
En cuanto a la oportunidad para enviar este mensaje casi mafioso en vísperas de unas elecciones cruciales para el Gobierno, se abre el interrogante si fue una decisión micro regional, concretada por gendarmes y jefes subalternos, que no pudieron soportar más la presión al sentirse acorralados. Y por ello aprovecharon la oportunidad de un nuevo rastrillaje que comenzaba de nuevo rio arriba, tras abandonar el que se venía realizando río abajo.
En tal sentido, el juez federal Gustavo Lleral emitió un comunicado expresando que accedió a realizar un nuevo rastrillaje en esa zona, a petición del prefecto Leandro Antonio Ruata, jefe de la delegación San Carlos de Bariloche de la Prefectura Naval, que había estado a cargo de los rastrillajes anteriores. Éste manifestó: “creo que debería repasarse el río algunas veces más porque tiene muchas zonas irregulares y ramas. Yo haría un repaso completo de todas las zonas”.
Y casualmente el mismo tuvo un éxito fulminante, dado que al poco tiempo de haber comenzado se encontró el cadáver de Santiago, siendo innecesario destacar la fraternidad que existe entre la Gendarmería y la Prefectura Naval, fuerzas del mismo rango que no compiten entre sí, una centrada en las fronteras terrestres y la otra en las acuáticas.
Por eso la búsqueda bien podría haber estado destinada a encontrar lo que se iba a arrojar aguas arribas del río. Queda el interrogante de conocer si esas gestiones fueron impulsadas desde el mando superior de Gendarmería, con una visión más amplia de la situación, que abarcara incluso el próximo evento electoral.
Maldonado y la política
La existencia de la triada Maldonado-Gendarmería-Gobierno, abre el interrogante aún más grave, si existió una decisión política para ocultar la muerte de Santiago Maldonado, con motivo de la operación llevada a cabo por Gendarmería en el Pu Lof, una semana y pico antes de las elecciones de la PASO, procediendo al secuestro y ocultamiento de su cadáver.
En tal sentido es notable la presencia en la zona durante el operativo de Pablo Noceti, del segundo de la ministra de Seguridad Bullrich, y su incentivación para que la Gendarmería concretara un allanamiento al margen de todos los protocolos y de la ley. Y al respecto sería muy ilustrativo conocer las comunicaciones intercambiadas entre la ministra Bullrich y su segundo Noceti el día de las operaciones, quien tras esos sucesos se decidió a guardar, y no brindó una mínima explicación de su actuación allí. Todo ello contando con una prensa oficialista obsecuente, que canta loas respecto a la transparencia del Gobierno y su disposición a ser interpelado por el periodismo. Pero parece que solo en relación con cuestiones de marketing y propaganda oficial, y no por lo que conmueve a la sociedad o algunos de sus integrantes, como la familia Maldonado.
También sería muy ilustrativo conocer las comunicaciones intercambiadas entre la ministra Bullrich y el presidente de la Nación Macri, para averiguar si es que existió -y la actitud corporativa de la Gendarmería parece evidenciarlo- una orden política superior, que ordenó concretamente el ocultamiento y secuestro del cuerpo de Maldonado, para que ese evento no mellara las oportunidades electorales de Cambiemos. Lo cual además explicaría el pésimo tratamiento dado del tema por parte de la ministra Bullrich, y la absoluta indiferencia frente al problema que manifestó el presidente Macri.
Si Argentina fuera un país serio, y no tuviera una oposición aquejada por las denuncias de corrupción o cooptada por el oficialismo, y una gran prensa obsecuente, hace semanas que funcionaría en el Congreso una comisión investigadora en torno la desaparición forzada de Maldonado, y las responsabilidades políticas que ello pudiera aparejar.
Maldonado y las elecciones
No es necesario recalcar que el ganar las actuales elecciones, supuso para el actual Gobierno -según sus propias confesiones-, en un objetivo estratégico supremo, según la frase de Winston Churchill, con vistas a lograr una hegemonía, o al menos una primera minoría, para llevar adelante profundos cambios macroeconómicos, exigidos por los acreedores e inversores externos, tras el fracaso de la macro devaluación acometida al inicio de su gestión.
Y sobre todo para poder aspirar a un nuevo mandato, con la meta insinuada de llegar a los veinte años en el poder, igual que pretendía el matrimonio Kirchner, e poner en funcionamiento un cambio cultural sobre el que se insiste permanentemente. O sea algo muy parecido al “ir a por todo” del anterior Gobierno, que tantas críticas por parte de los integrantes de éste recibió.
A esto se suma la concreción o no de enormes negocios, como la fusión de Cablevisión y Telecom, a favor del aliado principal e indispensable del Gobierno, el grupo Clarín, conducido por el insaciable Héctor Magnetto. Eso requiere el acondicionamiento de una legislación que hasta ahora está pegada con saliva, al haberse modificado la ley de medios mediante un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) que puede ser echado abajo en cualquier momento.
Estas tremendas ambiciones, de las que ni sueña el hombre común, tiene por delante la necesidad de un triunfo electoral resonante por parte de Cambiemos. Para ello el Gobierno creó una momentánea burbuja de bienestar, mediante la narrativa del INDEC, que suprimió los datos estadísticos anteriores a los de la asunción de la actual administración a fines del 2015, igual que hizo la anterior administración a partir del 2003. Y con ello poder mostrar la existencia de supuestos brotes verdes, donde solo hay caída o estancamiento y disminución de la pobreza, que no es otra que la que había aumentado como resultado de su fracasada macro devaluación.
Y ello apelando además a inundar de créditos a la población, dirigido incluso hacia los sectores más humildes de ella, donde reside el voto opositor. Quienes recibieron estas semanas una cantidad de billetes que nunca antes habían visto juntos, y que serán “pan para hoy y hambre para mañana” al tratarse del anticipo de cuotas alimentarias, que tendrán que devolver con el 24 % de interés anual, empleando para ello los fondos de los bancos oficiales y la ANSES, y también los del Banco Provincia, que lanzó descuentos del 50% para los usuarios de sus tarjetas de crédito.
Al mismo tiempo desarrolló una feroz una campaña basada en el ataque y destrucción del adversario, mediante una conjunción mediática judicial, contando para ello con los mismos jueces que brillaron por su inacción durante el anterior gobierno. La que con un final a toda orquesta, se despachó con el pedido de desafuero y detención del ministro Julio De Vido y procesamiento de otros ministros, múltiples procedimientos y embargos contra la actual candidata a senadora Cristina Fernández de Kirchner y sus hijos, etc., incluido nada menos que el cargo de traición a la patria por el pacto con Irán.
Junto el dictamen paralelo, emitido curiosamente por parte de la misma Gendarmería -que contiene fallas garrafales hasta el punto de haberse planteado su nulidad- diciendo que el fiscal Nisman fue asesinado, pese las notables evidencias que existen en relación a su suicidio. Homicidio que inmediatamente los voceros del Gobierno, comenzando por la inefable Elisa Carrio, lo atribuyeron a la actual candidata a senadora y ex presidenta Fernández de Kirchner, contrincante del primo de la ministra de Seguridad, Esteban Bulrrich.
A este estrecho parentesco entre la ministra de Seguridad y el primer candidato de Cambiemos, se suma el hecho notable de que la ministra Bullrich fue la principal impulsora de la denuncia de Nisman por el Memorándum de Irán, y de la presentación de éste ante el Congreso, que no se concretó por su suicidio. Siendo así una de las responsables del mismo.
Una falsedad acaba de ser acreditada judicialmente con la declaración de Ramón “Allán” Bogado, asegurando que no era un agente secreto de la anterior presidenta, que era la única sustancia que tenía la denuncia de Nisman, sino un subordinado de la SIDE de Jaime Stiusso, con quien a la vez trató de congraciarse, presentando en el juzgado unos más que dudosos papeles de supuesto tráfico de tecnología nuclear con Irán, proporcionados por el mismo Stiusso, que fue quien anteriormente los había hecho públicos. A los efectos de tratar de sostener una causa que se cae por sí sola, y solo se mantiene abierta por la increíble corrupción existente en la justicia federal.
Y todo esto tiene como hecho aún más notable, que la alianza Cambiemos se concretó pocos días después de la muerte de Nisman, como si este súbito deceso fuera su piedra fundacional. Y a partir de allí este trágico deceso, convertido supuestamente en un magnicidio perpetrado por el anterior Gobierno -del que el entonces candidato Macri dijo que iba a ser “una bisagra en la historia argentina”- se convirtió en el obsceno y salvaje caballito de batalla de Cambiemos, que lo llevó a imponerse por muy pocos votos en la segunda vuelta electoral del 2015.
Ahora de repente y en vísperas de esta decisiva elección, todo ese enorme, ilusorio, e incluso macabro escenario electoral, armado trabajosa y costosamente, quedó plasmado con la aparición del cuerpo de Santiago Maldonado en un Pu Lof perdido en la Patagonia profunda, setenta y siete días después de su desaparición forzada en manos de la Gendarmería. Casualmente la misma fuerza encargada de dictaminar respecto el falso asesinato de Nisman, lo que explica la notable cobertura que trató a toda costa de brindarle la ministra Bulrrich.
La aparición de esta nueva trágica muerte, cuyo efecto en las elecciones está por verse el domingo próximo, encarna así una justicia poética, como una Némesis destinada a castigar las exageraciones del Gobierno y la alianza Cambiemos, que sin escrúpulos y sin límite alguno, con una moral de empresarios aviesos de donde provienen, -dispuestos a alcanzar sus objetivos de cualquier manera- emplearon cualquier medio por obsceno y falso que sea, para tratar de ganar las elecciones, explotando hasta las muertes trágicas para ello.
Y lo han hecho presentándose como caballeros ingleses, invocando la República, la división de los poderes, y la independencia de la justicia, cuando pocas veces antes fue usada en forma tan ostensible y degradada como escenario electoral. En este marco de ambiciones desmedidas y sin ningún tipo de escrúpulos, en el camino de ganar una elección de cualquier manera, es entendible que el Gobierno haya sido quién ordenó -en definitiva- el encubrimiento de la muerte de Santiago Maldonado, y el secuestro y ocultamiento de su cadáver.
Además y carente de sabiduría política, parece creer que se puede gobernar polarizando y sembrando el odio hacia el otro hasta niveles demenciales de su descalificación absoluta, por los medios que fuere, conforme las recomendaciones de su gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba y que se puede usar y explotar al otro sin generar reacción alguna, como la que de repente le disparó en la nuca la Gendarmería Nacional.
Jorge Asís: “Fue un delivery represivo encargado por Macri a Bullrich que terminó en mala praxis”
El analista y periodista también dijo que “la Gendarmería vacunó al Gobierno, el cuerpo tenía que aparecer después del 22”, entre tantas otras cosas.
“Si yo tengo que sintetizar el caso Maldonado a los efectos de un análisis político y presentártelo, aquí confluye una desacertada decisión presidencial que tiene que ver con el operativo limpieza de este problema que verdaderamente lo preocupaba. Yo te puedo decir que fue un delivery represivo, es el que se encarga (para que tengamos inversiones) y tenemos que resolver este problema”, expresó Asís en el programa Animales Sueltos.
“Cuando yo te dije que la ministro Bullrich está blindada, está blindada porque ella obedeció instrucciones directamente del presidente Macri. El problema fue que se hizo con “mala praxis” y con un abuso de la posición dominante, de saber que ningún medio de comunicación (por ahora) les va a recriminar o reprochar nada”, sentenció.
* Publicado en el diario “Conclusión”
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