Marruecos: Años de plomo y el asesinato de Ben Barka
Juanjo de J. Sanz. LQS. Noviembre 2020
En este mes de noviembre se cumplen 55 años del atroz asesinato del opositor marroquí Mehdi Ben Barka, activista por la independencia y más tarde ferviente opositor al régimen del sátrapa Hasan II, padre del actual Mohammed VI.
¡Satrapía heredada y garantizada!
Los años 50/60 del siglo XX de represión, censura, torturas y asesinatos por parte de la monarquía alauita son conocidos como Años de plomo. Militantes populares y algunos de sus dirigentes fueron encarcelados o condenados a muerte.
En los 50 un sector del nacionalismo pasó a la lucha armada, formando el Ejército de Liberación de Marruecos, conocido como la Resistencia, que enseguida estableció contactos con el nacionalismo armado de Argelia.
En esta oleada represiva hubo incluso muertos, como Abbas Mesaadi, líder de la Resistencia, o el comunista Abdelkrim ben Abd Allah.
Las protestas estudiantiles que tuvieron lugar el 21 de marzo de 1965 en Casablanca, se convirtieron rápidamente en disturbios generales al día siguiente; su violenta represión causó centenares de muertos. Posteriormente, el 26 de marzo, Hassan II pronunció un discurso que concluyó con:
“No hay mayor peligro para un país que un supuesto intelectual; hubiera sido mejor si todos ustedes hubieran sido analfabetos”
En junio de 1965, Hassan II suspendió la constitución de 1962, disolvió el Parlamento y declaró el estado de emergencia.
En estas dos décadas y en este clima, Ben Barka se hizo rápidamente significar también en círculos nacionalistas. Líder del partido Unión Nacional de Fuerzas Populares UNFP, de tendencia marxista, padeció deportación y exilio.
Ya en Francia, y según la versión oficial, Ben Barka fue secuestrado en plena calle, el 29 de octubre de 1965, en la puerta de la parisina brassèrie Lipp, situada en el número 151 del bulevar Saint-Germain, cuando se dirigía en compañía del estudiante Thami Azemmuri, un compatriota, a una cita con un cineasta francés.
De lo que no se tiene duda alguna es que murió como consecuencia de las salvajes torturas ejercidas sobre su persona. Su cuerpo jamás apareció. Investigaciones posteriores apuntan que fue disuelto en ácido.
En realidad, su sentencia de muerte ya fue dictada por los tribunales marroquíes in abstentia en marzo de 1964.
¿A quién nos recuerda esta misma situación? Pongámonos en contexto.
Un mes y pico antes de su desaparición y en un lujoso hotel de Casablanca, del 13 al 17 de septiembre de 1965, se celebra en sesión secreta la tercera Cumbre del Consejo de Jefes de Estado de la Liga Árabe. En ella se aprobó la tesis del presidente egipcio Gamal Abdel Nasser sobre la preparación militar, antes de lanzarse al ataque contra el estado nazi sionista de Israel y sus temerarias FDI.
A la Cumbre asistieron con pleno derecho numerosas delegaciones, incluyendo una palestina. Otra “delegación” que estuvo presente, pero sin derecho ni permiso de una mayoría de asistentes, fueron los oídos de los servicios de información del Estado de Israel.
Las grabaciones fueron realizadas con la autorización expresa y directa de Hasan II.
Estos hechos fueron confirmados por el propio jefe de información militar de aquellos años, S. Gazit, en una entrevista con el diario israelí, Yedioth Ahronoth, en octubre de 2016. Militar de alta graduación muerto por cierto en octubre de este mismo año, 2020. Este jefe sionista reconoce en unas declaraciones, que la información obtenida en esta Cumbre de 1965 en particular, resultó decisiva para la victoria de Israel en la guerra relámpago de 1967, conocida como “guerra de los Seis Días” contra la RAU Egipto, Jordania, Irak y Siria.
¿Qué obtuvo Marruecos a cambio?
Entre otras cuestiones:
1.- Suministro logístico de Israel al ejército marroquí.
2.- Localización, vigilancia, represión o asesinato de la oposición marroquí. Aquí entra
el cruel asesinato de Ben Barka. Sentencia de muerte ejecutada extrajudicialmente y que interesaba no solo al Estado de Marruecos, también de Francia, cooperador necesario en el crimen con destrucción de pruebas, o EE.UU. entre otros. Su actividad política dentro o fuera de su país, no interesaba a ninguno de ellos.
La monarquía marroquí hoy, según informa la prensa en agosto, parece que sigue los pasos dados por el Estado de los Emiratos Árabes Unidos, otra monarquía, el pleno restablecimiento de las relaciones a corto plazo con el Estado sionista. Algo ya cantado por lo que hemos visto, y que puede traer consecuencias nada buenas para los pueblos de la zona. Sobre todo, ahora, cuando su valedor histórico principal, está en grave crisis. Incluso existencial, según analistas.
Ya se sabe. Y nosotros tenemos sobrada experiencia en dictaduras y monarquías dictatoriales corruptas hasta la medula.
“Una monarquía, pura felonía. Más de dos, una misma porquería”
“Mohammed VI y Felipe VI los dos, a la misma hoguera”
Síguenos en Facebook: LoQueSomos Twitter@LQSomos Telegram: LoQueSomosWeb Instagram: LoQueSomos