¿Mestizaje en los imperios británico y neerlandés?

Por Nònimo Lustre
Entre las muchas majaderías que comparan las distintas Invasiones europeas e ibéricas contra las Yndias, seguramente la más artificiosa es la que dictamina que el mestizaje sólo existió en las Yndias ibéricas. A partir de este dogma de fé, el nacionalismo hispano abre las compuertas para otros dislates no menos patrios -los indios encerrados en campos de concentración (perdón Reservaciones), la Iglesia católica alertando contra los excesos de los conquistadores y las Leyes de Burgos como ejemplo humanitario para todo el planeta, etc. Un hacinamiento de topicazos franquistas centrados en los horrores de la anglofonía, siempre citada como ‘la Pérfida Albión’ pues, quizá por el poder franco-borbónico, se olvidan los excesos (eufemismo por genocidios) de franceses, neerlandeses y europeos en general. Pues bien, en estas notas nos centraremos exclusivamente en un caso de mestizaje anglosajón.
Como todos sabemos, el autodenominado ‘hombre-más-rico-del-mundo’, el vampírico dioscuro de Trump II, es Elon Musk. En artículos anteriores, a este matrimonio, hijo de Hitler y de Ayn Rand, le hemos adjudicado la sigla TM. Sin embargo, hoy sólo hablaremos de Musk -de ahí que usaremos poco esa abreviatura. Pues bien (mal), el sudafricano Musk acaba de exigir que los Africaners, los genocidas que mantuvieron el régimen del apartheid -que, literalmente, son sus parientes-, sean considerados ¡como víctimas! Sobra señalar que es como si a la familia Franco la colmemos de prebendas para compensarla por su inhumano sufrimiento -perdón, es exactamente lo que han hecho todos los gobiernos españoles desde hace 50 años. También huelga añadir que a Trump II le ha faltado tiempo para firmar una Orden Ejecutiva según la cual se permite a los afrikáners emigrar a USA en calidad de ‘refugiados’ y, de paso, se suprime toda ‘ayuda’ a esa Sudáfrica presidida por negros que ha osado llevar a Israel ante el tribunal de La Haya.
Mapa sobre las dos o incluso tres guerras (1880-1902) entre el Imperio Británico y los Boers -o Voortrekkers, ahora heredados como afrikáners.
Para desgracia del sentido común, gracias a sus derrotas en las guerras boers, los africaners idolatran el mito de su bondad natural vencida por las armas británicas. Sin embargo, la comparanza entre las invasiones británicas y neerlandesas enseña que ambas correrías contra los indígenas sudafricanos siguieron exactamente el mismo modelo genocida.
Hoy, el centenario embuste de la maravillosa bondad africaner vuelve a las viejas formas cuando TM exige que cese la supuesta discriminación contra estos orgullosos descendientes de los neerlandeses que invadieron Sudáfrica hace más de tres siglos. La furia de TM se ha desatado contra la Expropiation Act (EA) promulgada por Cyril Ramaphosa, presidente de Sudáfrica. Si creemos la mediática versión occidental, a los africaners no sólo los matan a diario sino que, además, quieren quitarles sus tierras -granjas, farms. El caso no es nuevo puesto que, desde el fin del apartheid en 1994, la aplastante mayoría demográfica de los negros sudafricanos intenta recuperar legalmente las tierras que les fueron expoliadas -el 70% del total, todavía en manos teñidas de sangre pero ‘blancas’. Lo único novedoso es la tergiversación de la EA mediante la palabrería instaurada por los vocingleros TM. Y, ¿en qué se diferencian los discursos de TM de los sempiternos discursos imperialistas?: en poco. Quizá sólo en que el descarado nazismo de TM exterioriza toda su crudeza cuando enarbola el paranoico lema “Todos los que no están conmigo, están contra mí”. En el ejemplo de hoy y puesto que TM considera ‘despreciables indígenas’ a los negros sudafricanos, tanto Trump II como Musk -con mayor conocimiento local-, deberían admitir que, dicho en general, los indígenas no quieren entrar en las ‘peleas de blanquitos’ porque saben que, al final, los contendientes se amigarán entre ellos para, automáticamente, coaligarse contra quienes hayan buscado mantener su neutralidad. Aunque TM parte del zafio error de creer indios a los negros sudafricanos, en la guerra comenzada por Musk, encontramos unos pueblos que no encajan en las categorías habituales en los medios occidentales -nos referimos a los dizque ‘mestizos’ que observaremos más adelante.
Por lo demás, antes de entrar en mayores comentarios, conviene recordar que el censo de Sudáfrica se estructura a través de muchas categorías. Las más generales son: Black, White, Colored e Indian (hindúes) Los blancos ascienden a un 7% de los 62 millones que habitan Sudáfrica. A su vez, los Afrikáners suponen un 4% del total -es decir, pese a perder las guerras Boers, ahora hay más ‘neerlandeses’ que ‘británicos’.
La actualidad mediática: Frente a las acusaciones (mundiales) del genocidio intentado y casi cumplido por los Afrikánres, aderezadas con las más rudas palabras que se les ocurren a los psicópatas (mass killings y land grabs), Roets, portavoz de los (¿ex?) genocidas, en el colmo de su sinceridad, argumenta que: “Hemos hecho mal alguna cosa pero todas las comunidades lo han hecho y no por ello sufren el nivel de segregación y de insulto que padecemos nosotros”. Roets podría añadir que son los sudafricanos anglófonos los que, desde hace un siglo, ridiculizan a los Afrikaners asegurando que son ‘menos sofisticados’ que ellos, quizá porque son ‘obreros’ (blue-collar) lo cual es una fácil caricatura tan antigua como falsa. Es probable que la depresión espiritual que sufren los blancos sudafricanos (4,5 millones sobre un total de 62 millones) se debe a la constatación de que su ‘raza’ disminuye diariamente -desde 1985, antes de Mandela, han emigrado fuera unos 700.000 blancos. Es triste emigrar pero es más triste aniquilar a pueblos enteros. Además, tanto los anglófonos como los afrikáners, ¿por qué no prueban a democratizarse?
Los africaners protestan porque creen que la EA cercenará su derecho a usar su idioma en las aulas pero la EA no menciona esa posibilidad puesto que se limita a legislar sobre la tierra. En este sentido, normativiza las tierras privadas y, en muy limitadas circunstancias incluye alguna compensación a los propietarios. No obstante su tibieza, los africaners han puesto el grito en el cielo. Por ejemplo, B. van Zyl, director de la Transvaal Agricultural Union, sintetizó la filosofía política que argumentan los afrikaners: “El gobierno sostiene que el tema de las tierras es un problema racial cuando es un problema del éxito”. Desde la lejanía geográfica, entendemos que los invasores desde hace más de tres siglos -cronología que torticeramente propagandean-, pretenden desfigurar en una Contrarreforma la tímida reforma agraria esbozada por Pretoria.
Por otra parte, Albert Grundlingh, afrikaner y profesor emérito de Historia en la Stellenbosch University, declaró sobre la preocupación de los afrikáners que: “Proclamar como grupo que están siendo perseguidos y que no tienen futuro, es una exageración”.
En cuanto a las palabras vomitadas por TM, es odioso saber que, en su RRSS X, Musk pregunta a Ramaphosa como si el Presidente fuera su lacayo. Ejemplos: “Why do you have openly racist ownership laws?”, arquetipo del presuntuoso racismo de TM, seguramente consecuencia de cuando el joven Elon esclavizaba a los negros. Pese a que la reciente EA respeta la seguridad jurídica y de que, hasta la fecha, no ha habido ninguna expropiación fuera de la ley, Musk insiste en que los ‘blancos’ están siendo perseguidos, de que hay una “blatantly” discriminación contra los africaners, apoyada por unos “bad actors” personificados por Hamás, Rusia e Irán (cf. Some Afrikaners Cheer as Trump Amplifies Claims of Persecution. An executive order from President Trump on Friday put the weight of U.S. influence behind a hotly disputed claim in South Africa that Afrikaners were the “victims of unjust racial discrimination.” The Guardian, 08 febrero 2025. Y Trump halts US aid to South Africa over alleged discrimination against Afrikaners; indiatodayglobal y Associated Press desde Cape Town-Ciudad del Cabo, 10 II 2025)
Últimas noticias: líderes comunitarios de los africaners, han declarado que “no aprobamos ni queremos aprobar ninguna sanción contra Sudáfrica y, menos aún, las que se propagandean como ayuda a pueblos vulnerables” Huelga añadir que ni remotamente piensan en migrar a los USA en calidad de refugiados (prensa del 08 II 2025)
Unrepresented Nations and Peoples Organization (UNPO)
En la mirilla de sus fusiles, el nazismo de TM tiene otro objetivo: la UNPO, precaria organización oficiosa que fue fundada en 1991 en el Palacio de la Paz (La Haya) con el objetivo de facilitar las voces de las naciones marginadas. Sus miembros son indígenas, minorías y habitantes de territorios ocupados. Representa a 45 pueblos y a sus 300 millones de personas olvidadas.Cuando alguno de sus miembros originales llega a la ONU, suelen dejar UNPO pero son pocos los países que han ascendido a tan empírea tribuna -Timor Leste, Armenia, Georgia, Palau y los tres países bálticos ex soviéticos.
En 2004, se unió a la UNPU el gobierno de Somalilandia (desde 2022, A.A. Ismail, es presidente de su Asamblea multi Nacional), rarísimo caso de todo un Estado dentro de la alianza entre pueblos sin Estado. Y, en 2018, se incorporó la Assemblea Nacional Catalana, ANC -desde 2023, Mercè Monje, de ANC, es la actual secretaria General de UNPO. Como habrán observado, la UNPO está repleta de organizaciones nada favorables al nazismo; de ahí nuestra preocupación ante el hipotético hecho de que las obsesiones genocidas de TM se fijen en los pueblos libérrimos.
Los Griqua y otros pueblos dizque mestizos
Reunión de varios ‘reyes’ de algunas mixed-races. En la foto, Johny Campbell (75), Jefe (Chief) griqua y su esposa Petronella (75), celebrando el 45º aniversario de su boda con sus hijas en atuendo tradicional. Como invitados, asistieron Adam Kok V, chief de los Joisan y su esposa Coreen, herederos de una antigua dinastía. Año 2015, East Lynne, Pretoria.
Según varios autores, el pueblo griqua desciende de los pastores JoiJoi (Khoekhoe), los colonos europeos, los cazadores y recolectores San, los esclavizados granjeros de la Cape Colony y los hablantes del Bantú africano. Desde su punto de vista, los Griqua se consideran la primera nación multicultural de Sudáfrica, descendiente directa de los indígenas sudafricanos y de los colonos neerlandeses pero sin insistir en la veterana africaneidad de los africaners ni, menos aún, en las guerras boers. Dicho de otro modo: esta variedad genética, aunque menos mediáticamente decisiva que la ciudadanía sudafricana, hace difícil etiquetarlo. A veces, son retratados como próximos a los Hotentotes –una confusa marca imposible de actualizar. En todo caso, nunca son confundidos con los bosquimanos – bushmen, casi siempre, pueblos San) Probablemente, aparecen en la historia escrita occidental ca. 1730 con el etnónimo Grigriqua y ya bajo el adjetivo mixed-race.
En los años posteriores al 1.992, tuvimos la oportunidad de asistir en Ginebra a varias reuniones del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indígenas que sesionaba bajo el auspicio de la ONU (onusinos) En dos dellos, intervino The Griqua National Conference of South Africa, entonces todavía sin sede y, obviamente, sin referencias electrónica porque apenas existía internet. Como veremos más abajo en relación a los Boer, los entusiastas portavoces griqua fueron acogidos en aquel Foro indígena con la rechifla general. No sólo por su tez blanca -aún más clara la tienen los Saami y nadie duda de su indigeneidad- sino, mucho más allá, por su opulencia -insultante para los indígenas que subsistían en Ginebra gracias a los alojamientos de sus aliados y a los cócteles oficiales. Pero también contribuyó al general rechazo que, para defender su indigeneidad, los sedicentes mestizos griqua, sólo presentaron dos documentos: una fotocopia de una enciclopedia y una paupérrima monografía titulada The Khoikhoi repartida en un folleto apenas legible. Las organizaciones indígenas presentes, que se habían esmerado en aportar un cerro de pulcros papeles, se sintieron estafadas.
[Para más información, pueden consultarse los siguientes trabajos científicos, todos ellos disponibles en annas-archive.com:
Alan G. Morris (nd) The Griqua and the Khoikhoi: Biology, Ethnicity and the construction of Identity; Universidad de Cape Town
Pearl Linda Waldman (2001) The Griqua conundrum: Political and Sociocultural identity in the northern Cape, South Africa; tesis doctoral, Universidad de Witwatersrand, Johanesburgo)
Michal Lesniewski (2010) Guns and Horses, c 1750 to c 1850: Korana – People or Raiding Hordes? Universidad de Varsovia)
Linda Waldman (2011) Klaar Gesnap As Kleurling: The Attempted Making and Remaking of the Griqua People; https://doi.org/10.1080/00020180601035633
Edward Cavanagh. The Anatomy of a South African Genocide: The Extermination of the Cape San Peoples; tesis doctoral online desde 2013, en https://doi.org/10.1080/17533171.2013.778106
Schweitzer, Erwin (2015) The Making of Griqua, Inc.: Indigenous Struggles for Land and Autonomy in South Africa. Viena, LIT.
J. McDonald (2022) , “Debating San provenance and disappearance: Frontier violence and the assimilationist impulse of humanitarian imperialism”, en Historia 67)]
Migraciones de grupos griqua hacia el más efímero de sus asentamientos.
Uno de los matrimonios griquas: novio mestizo y novia algo menos morena.
Pero los Griqua no son los únicos pueblos del sur de África (Sudáfrica, Namibia y algunos rincones adyacentes) en incorporarse al indigenismo internacional presumiendo de mantener un equilibrio inestable entre una supuesta indigeneidad y una evidente occidentalidad conquistadora. Tampoco queremos insinuar que esos pueblos semi-mestizos (imposible palabro) son más blancos que negros. Para empezar porque su blanquitud es visualmente notoria pero, más allá de los engañosos datos fisiognómicos, porque están inmersos en la cultura occidental. Más o menos cercanos a los Griqua, la lista de estos pueblos es larga y sus porcentajes inter-étnicos varían según los etnógrafos y sociólogos. Pero, por citar sólo a los más presentes en los medios indigenistas onusinos, recordamos a los Korana, Tswana, Free Negro, Klaarwater (evidentes antepasados de los Griqua) y, especialmente, los Rehebot Bastard, popularmente conocidos como los Basters o los Baasters Rehobothers, gentes de color (coloureds) emparentados con los Nama y los Joisan y más frecuentes en Namibia que en Sudáfrica -unos 45.000 según el censo namibio de 2023..
Otrosí, en aquellos años posteriores al 1992, pudimos comprobar personalmente que el indigenismo mundial suscitado desde antes de esa fecha por el Quinto Centenario à la española, tuvo su reverberación más insólita en el escenario onusino de Ginebra. Estábamos preparados para que los auténticos indígenas, esos que a duras penas podían llegar a una de las ciudades más caras del mundo, fueran poco a poco inundados por militantes de pueblos dizque mestizos pero el acabose de la confusión llegó cuando aparecieron ¡los Boers! En efecto, tan delirante acontecimiento fue protagonizado por el Interim Council of the Boer People. A member of the Africa indigenous People’s Council, quien ni siquiera presumió de mestizaje sino de indigeneidad pura y hasta militantemente violenta pues comenzó su discurso constatando una ruidosa evidencia: que “We experienced the most blatant bias and discrimination even before we commenced our address” para, enseguida, pasar al insulto: “these people [los activistas indígenas de medio mundo] are the most intolerant and biased… most bigoted and racist against any white person from South Africa” (25 julio 1995; en nuestro archive obran multitud de documentos aún más racistas y falsamente indígenas)
En definitiva, si tras infinitas polémicas más académico-onusinas que reales, finalmente ha sido aceptado que la autoidentificación es un criterio válido para los pueblos indígenas, podríamos decir que los pueblos meridionales de África son mestizos porque así se definen ellos mismos. Que hayan encontrado un único espacio público en los foros indígenas (e indigenistas y pese a la incomodidad que, como opulentos, sentían frente a la pervivencia de la lucha de clases en los ámbitos indígenas), ha representado una oscura referencia al auge del indigenismo e, indirectamente, del mestizaje europeo que ha pasado desapercibida por medio mundo… menos para los nazis TM. Nunca albergamos esperanzas en que la izquierda reconociera las luchas indígenas pero que hayan sido los nazis quienes hayan reparado en ellas, es harto preocupante.
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