Motín en el mayor corredor de la muerte
Por Nònimo Lustre.
ILUSTRACIÓN DE SUS ANTECEDENTES
Friso superior, esquina derecha: El séquito de Moisés susurra al Patriarca que debe exterminar a los egipcios. Centro: Moisés promulga los Diez Mandamientos o Tablas de la Ley. Tabla del taller de Philippe de Chamaigne, siglo XVII. Friso central: Para conseguir que el Faraón le permita salir de Egipto, Moisés inventa varios tipos de guerra moderna (biológica, ecológica, atmosférica, etc.) que se materializarán en las Diez Plagas que asolarán el Nilo; la décima consiste en el exterminio de todos los mayorazgos de palacio. En este fragmento de un conocido óleo, mientras abraza su cadáver, el Faraón contempla desconsolado la muerte de su primogénito; obra de L. Alma-Tadema, siglo XIX, Galería de Arte, Johannesburgo. Friso inferior: Si creemos que el Éxodo es la parte de la Biblia que describe la huida de los hebreos hacia Canaán -la Tierra Prometida-, hemos de creer que el clan de Moisés partió “de Ramesés a Sucot, unos 600.000 hombres de a pie, sin contar los niños. También fue con ellos una gran multitud de toda clase de gente, y sus ovejas y ganado en gran número” (Éxodo 12: 37, 38) Así pues, los proto-israelitas emigraron desde Egipto en condiciones óptimas pues marchaban provistos de todas sus riquezas a las que iban añadiendo las que robaban a los egipcios por el camino’ -mucho antes de que adoraran al Becerro de Oro, estos ‘exiliados’ ya mostraban el carácter hebreo: saqueadores compulsivos. lustración del combate entre Perseo y Medusa, Jean-Marc Nattier, 1718; museo de Bellas Artes, Tours.
Ahora bien, ¿eran 600.000 adultos? Es una cantidad difícil de creer. Dice el texto veterotestamentario que “El tiempo que los hijos de Israel habitaron en Egipto fue de 430 años” (ibid., 12: 40) Sin embargo, las Ciencias arqueológico-etnohistóricas están demostrando que el Pueblo pre-cananeo (mínimo, disperso, irrelevante) quizá estuvo un par de siglos en el Nilo y -otra vez, quizá-, en el colmo de la credulidad, llegó a contar con unas 70.000 personas: ¿es verosímil que, en 200 años, crecieran hasta las seis centenas de miles? Evidentemente no: ningún crecimiento demográfico llega a tanto. Por ende, la Ciencia sabe que la misma y mera estancia hebrea en Egipto es una quimera identitaria.
Justificación del collage. Por una de las innumerables reificaciones de la Historia a la que están acostumbrados, los sionistas (cf. infra, #NB), creen que la vieja Canaán les pertenece. Ahora -siguen delirando-, los palestinos ocupan el papel opresor de los antiquísimos egipcios (¡) De ahí la Naqba de 1948 y la actual matanza genocida en Gaza.
Sin embargo, ¡ay!, el problema científico de la (supuesta) historicidad del Éxodo se resume en unas evidencias incontestables: el Éxodo sitúa la reputada peripecia hebrea en el siglo XIII ane pero el libro propiamente dicho data del siglo VIII ane. ¿Durante quince siglos, Jehová dudó si caucionar con su Sacra Palabra la preexistencia del Éxodo? Ningún archivo faraónico registra la supuesta estancia en el Nilo de la multitud hebrea pero esta absoluta ausencia de certidumbres no perturba a los comentaristas bíblicos que la solucionan asegurando que, ¡por la humedad!, “los archivos oficiales del s. XIII a.C. procedentes de ciudades situadas en la parte este del delta del Nilo se han perdido, no podemos esperar que contengan menciones de los hebreos o de cualquier otro pueblo” -versión oficial del dicho ‘mi perro se ha comido mis deberes’.
En resumen, las 10 Plagas contra Egipto y el Éxodo a Canaán son mojones fundamentales de la identidad y de la historia del pueblo hebreo. Conviene señalar que ninguno de estos dos hitos se respalda en ningún dato científico. Léase pues, son acontecimientos mítico-literarios sin sustancia documentada.
MOTÍN EN EL MAYOR CORREDOR DE LA MUERTE
NB. 1) Habitualmente, se dice que la Franja de Gaza (360 kms2, habitados por casi 2,5 millones de gazatíes) es ‘la mayor cárcel del mundo’. Pero resulta que tanto las prisiones estatales como las privadas, constan de numerosas dependencias, galerías, cadalsos, pabellones, celdas de aislamiento, etc.… y de corredores de la muerte, capillas en castizo. Gaza carece de todo ello pues está reducida a ser un único y largo corredor de la muerte, milla verde o capilla.
2) Una diferencia notable: estas notas deben leerse contra los sionistas, no contra el pueblo israelí y, menos aún, contra el pueblo judío. Lamentablemente, el sionismo no sólo es la doctrina oficial del establishment de Tel Aviv sino, asimismo, la hipernazi ideología compartida por una enorme porción de sus habitantes.
3) La presente guerra no es “Hamás contra Israel” sino Palestina contra los Aliados: EEUU, Reino Unido y Unión Europea. Por mor de síntesis, siempre que escribamos ‘israel’ hemos de leer que nos referimos a los Aliados.
4) Por razones de espacio y para no dispersarnos, estas notas están centradas en Gaza y no incluyen mención alguna a Cisjordania-West Bank-Ramallah, la otra parte de Palestina, donde las matanzas del Tsahal ascienden diariamente a decenas de asesinados.
5) Glosario mínimo: kibbutzim (plural de kibbutz); kibbutznik (habitante de un kibbutz); Naqba (hecatombe; expulsión del pueblo palestino)
Israel NO es un estado moderno
Israel es un Estado teocrático y militar –añadir racista y genocida sería redundante. Teocrático porque los rabinos tienen tanto poder como -suponemos- tienen los ayatolas en Irán. Que es una teocracia lo demuestra -indirectamente- que, cuánto más fanático es un creyente, más privilegios obtiene. Serán fundamentalistas o integristas y serán fariseos y/o hasidim, pero su oscurantismo siempre será edulcorado por esa propaganda que les etiqueta como simples “ortodoxos”.
Y, además, Israel está tan absolutamente militarizado y, sobre todo, es de natural tan belicista, agresivo y genocida, que no podemos hablar de ciudadanos sino de rangos militares puesto que todos los israelíes tienen algún grado, desde soldados rasos hasta coroneles. Por ende, Israel no es un Estado sino un Cuartel -o, peor aún, una sinagoga/cuartel. Siendo una teocracia militar -perdón por el pleonasmo-, podemos concluir que en la vieja Canaán no hay sociedad civil, ni siquiera personas civiles, ni siquiera civismo. Por ello, los israelíes tienen serias dificultades para reconocer que hay gazatíes que no son de ninguna milicia porque, simplemente, son civiles.
Este diagnóstico no se queda en lo sociológico sino que va mucho más allá, exactamente hasta lo que estamos viendo: Israel no distingue entre palestinos y Hamás -¿los 2,5 millones de gazatíes son todos de Hamás? Incluso diríamos que, amén de sociológico, es de índole psiquiátrica variedad sádica. Puesto que no distingue gradaciones en un proyecto racista que comenzó como campo de concentración ‘laboral’ pero que ahora ha pasado a ser campo de exterminio -en la conferencia de Wansee, sus maestros nazis lo llamaron la “solución final”-, bombardear un hospital como hizo recientemente, no es de nazis inhumanos -que también- sino que, para los israelíes es, simplemente, una táctica de la limpieza étnica.
Antes de que, el 17 octubre, bombardeara el hospital Al Ahli (cumbre mediática de una “gran hazaña bélica” a la que, en los dos días siguientes, añadió el destrozo de otros cinco hospitales), fue cuando, según Hamás, Israel “destruyó 22 ambulancias y mató a más de 25 doctores y sus familias” -infame tarea en la que participan entusiásticamente los colonos que asesinan cotidianamente a los ambulancieros. Aun así, la guerra mediática está en manos gringo-sionistas hasta el punto de que Biden endorsa la inverosímil versión de su pistolero cómplice Netanyahu y acusa de victimarios (Hamás) a las víctimas -los pájaros disparando a la escopeta.
En el colmo de la vesania “aliada” y para demostrar que, para el Tsahal, las ambulancias y los hospitales bombardeados -no sólo el cristiano Al Ahli-, siguen siendo objetivos militares prohibidos a los medios, simultáneamente, las agencia de prensa mainstream nos informaron que: EEUU veta una resolución del Consejo de Seguridad para entregar ayuda humanitaria a Gaza (18.octubre) Item más, la meliflua UE, adicta al vacío de la palabrería humanitaria, demuestra su servil dependencia de USA: La Eurocámara descarta pedir un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Hamás pero solicita una pausa humanitaria. La resolución, aprobada por una amplia mayoría –PPE, socialistas, liberales, verdes y la extrema derecha– reconoce el derecho a la autodefensa de Israel en consonancia con el derecho internacional, pero elude hablar de su incumplimiento” (19.octubre)
Estamos acostumbrados a los bulos de la Brigada Mediática Sionista (BMS) pero, esta vez, queremos aprovechar su cariño a la inverosimilitud para pedirle que no cometa más errores -evidentemente, no nos harán ni caso. Ejemplo: hace pocos días, la BMS propaló que, el ya famoso sábado 07 octubre (fecha del asalto a los kibbutzim que apuntaban con sus armas a sus vecinos gazatíes), Hamás decapitó a 40 bebés kibbutzniks. El espanto mundial duró pocas horas, sólo hasta que los Aliados tuvieron que retractarse pero “calumnia que algo queda”. Ahora, la BMS intenta disipar la convicción del mundo árabe sobre la autoría del bombardeo contra Al Ahli desempolvando un viejo bulo: que Hamás fue creado por Israel para menoscabar a sus rivales de Cisjordania. No dudamos de que, hasta un nivel que ignoramos, Hamás está minado por la ‘inteligencia’ sionista pero el objetivo de este rumor es señalar que los gazatíes radicalizados no saben siquiera organizarse a sí mismos -esta maniobra es similar a otro de los leit motivs de la propaganda sionista: confundir cansinamente antisionismo con antisemitismo.
Por todo ello, jamás volveremos a comentar la avalancha de hablillas sionistas que, en las semanas que vienen, brotarán frondosas como flores del mal. Ejemplo: sabemos qué hay detrás de atribuir a la Yihad Islámica Palestina el bombardeo del hospital Al Ahli. Pero la rationale ad hoc de los genocidas nos merece cero glosas.
¿Qué nuevas armas están empleando los Aliados?
En esta fase del genocidio contra los gazatíes, ¿qué nuevas armas está probando Israel? Pregunta necesaria puesto que todas las invasiones y masacres que Israel viene perpetrando desde hace 75 años tienen un denominador común: ensayar las nuevas armas que, ayer, les proporcionaba el Imperio Británico y que, hoy, les casi regalan los EEUU, R.U. y la UE. Ejemplos sobran: en la invasión del Líbano 2006, el ejército Tsahal –por cínico nombre FDI (o IDF), Fuerza de Defensa de Israel-, ya había empleado armas químicas, uranio empobrecido, fósforo blanco –“humo explosivo” en la jerga mediática-, minas antipersona, buster bombs –obuses de gran penetración-, cluster bombs -bombas de racimo-, bomba de tungsteno DIME –Dense Inert Metal Explosive-… Y un largo etcétera que sigue creciendo sin tino ni camino. A las citadas, podemos añadir las guerras atmosféricas y/o ionosféricas (por ejemplo, el High Frequency Active Auroral Research Program (HAARP), aspirante a cambiar el clima de según qué áreas) y, por supuesto, las geoingenierías y las bacteriológicas. Curiosamente, Israel incluso ensayó la guerra genética contra los palestinos -guerra que fracasó porque los aviesos ‘sabios’ sionistas no consiguieron encontrar suficientes diferencias prácticas entre los genes de los aherrojados y los genes judíos.
[una curiosidad: algunos se preguntarán porqué los asesinos de la infantería sionista cubren su casco con un trapo informe: es el mitznefet. Nació como una simple bolsa donde, a la vez que arrasaban los huertos palestinos, cargaban en él los frutos en sazón. Pero, como su apariencia no era muy marcial, se pasó a otras excusas: que despistaba al francotirador, que protegía del sol, etc.]
Y una fantasía que, hasta ahora, es clandestina: promover un canibalismo entre los gazatíes parecido al de los rusos sitiados en Leningrado duranta la II WW. Tal es la disparatada meta que se han propuesto los más fanáticos sionistas; el bloqueo prolongado y absoluto de Gaza apunta en ese sentido y suponemos que el plan cuenta con la asesoría de algunos judíos rusos inmigrados en los años 90’s, buenos conocedores del caso leningradense. Precursores del proyecto caníbal: en julio 1998, el cuerpo del gazatí Farid Bawadi fue desguazado para revivir a cuatro israelíes; en junio 2001, el farmacéutico Mazen Julani fue asesinado por un colono sionista y sus órganos perduran en cuatro de sus asesinos; en agosto 2003, corrieron igual suerte los restos de Qaher Aoude, de 11 años.
Terrorismos grandes y pequeños
El término terrorismo vuelve a estar en las Noticias -nunca se fue. Hoy se acusa exclusivamente a Hamás pero es obvio que el terrorismo impregna toda la vida social desde el principio de los tiempos y desde el parto -violencia obstétrica. Ahora bien, ¿cómo distinguir el (supuesto) terrorismo de Hamás del terrorismo general?, ¿es más terrorista un desesperado cuchillo en mano que un operador aéreo mientras ordena bombardear un edificio de vecinos? A nuestro juicio, el turbio dilema se aclara si introducimos en el debate el término sacrificio. Entonces, la resolución del problema surge por sí sola: si no hay sacrificio, no es terrorismo -los operadores y pilotos sionistas pueden estar tranquilos… pero sólo con su conciencia. Pero si hay sacrificio, inmediato y letal, entonces tenemos una categoría del terror que le pertenece ex oficio.
En este segundo y último caso, cada acto delictuoso debe estudiarse por separado por si pudiera calificarse bien como acto en defensa propia, bien como producto de una enajenación mental transitoria. De apreciarse estas condiciones, la pena ha de ser menor. Pero, no nos engañemos, como ya dijimos, Israel no sólo no sabe qué carajo es la sociedad civil sino que, además, todos los gazatíes son paisanos genéticamente asesinos.
Se chismea que el suicida de Hamás se sacrifica porque unas huríes le esperan en el Edén -igual que, para el guerrero escandinavo, unas valkirias le esperan en el Valhalla. Paparruchas, la religión es uno de los factores determinantes pero no es el único. Además, todas las religiones hegemónicas preconizan el sacrificio, a veces con premio paradisíaco, a veces con castigo al penar en el valle de la Gehenna, el Infierno para las tres religiones del Libro.
Los kibbutzim
Los kibbutzim constituyen el mayor engaño que los antiguos de los tiempos de la Naqba dizque sionistas-socialistas inventaron para alistar a la juventud contestaria occidental. So pretexto de que iban a hacer “florecer al desierto”, los kibbutzniks acudieron a lo que, creyeron, era un cometido agrícola donde vivirían en comuna, a veces sin propiedad privada y, desde luego, sin derecho a bienhechurías -imposible lograr más voluntariado ad honorem. Pero lo que comenzó en una suerte de falansterios más o menos utópicos, desde los años 1950’s derivó vertiginosamente hacia el abandono del laboreo que fue sustituido por empresas privadas especializadas en la fabricación de componentes armamentísticos. Pero, hasta llegar a tan lamentable oficio, aquella ingenua juventud -por no decir estúpida, ignorante, ciega o protofacha-, partió de unos prejuicios a cual más infame: primero, expulsaron manu militari a los palestinos dizque aduciendo que sus tierras eran “baldías, improductivas”. Desde la más bruta óptica desarrollista, lo eran en alguna (corta) medida pero menos que la agricultura que la sustituyó -una agroindustria subsidiada por los Aliados, atiborrada de agroquímicos, contablemente tramposa pues no contabilizaban los costes de los insumos fósiles y, en definitiva, deficitaria hasta llegar más allá del -3% en el cálculo input-output de las calorías empleadas/obtenidas. En segundo lugar, independientemente de la religión -muchos kibbutzniks eran ateos-, se obstinaron en convertirse al judaísmo ultraortodoxo pasando a creer que los palestinos eran homúnculos vengativos, sucios fanáticos musulmanes, chusma imposible de evangelizar en la Torá o en el Antiguo Testamento. La guerra estaba servida.
Para que se compruebe que no tenemos prejuicios ideológicos, vamos a citar una monografía sobre los kibbutzim que firmarían los primeros kibbutzniks:
< –Breve cronología: año 1870, nace Mikveh Israel, primera escuela agrícola judía en Palestina. 1882, primera aliyá (inmigración) de judíos a Palestina. 1910, fundación de Degania, primera kvutza o comuna permanente. 1941, los kibbutzim se movilizan en los comandos Palmah de la Haganá Organización de defensa judía estatal que formó la base de las Fuerzas armadas sionistas. 1952, los pagos de restitución alemanes a las víctimas de crímenes nazis traen grandes sumas de dinero privado a los kibbutzim. 1960, surgen multitud de industrias en la mayoría de los kibutzim. 1999, el veterano kibutz de Kfar Ruppin asigna acciones a sus kibutznik y se convierte en el primer kibutz ortodoxa y ferozmente capitalista.
El modelo kibutz nació simultáneamente al modelo moshav (aldea cooperativa à la capitalista) donde, desde 1914, los mosahavim vendían su producción, poseían activos inmobiliarios y acciones empresariales. Cuando un tal S. Dayan, kibbutznik de Degania, se mudó a un moshav, muchos le siguieron. La administración sionista les apoyó entendiendo que, para la Conquista del arcaico Canaán, el moshav era un modelo más eficaz (ladrón) que el kibutz. “En la Guerra de Independencia de Israel de 1948, los exkibbutzim jugarían un papel heroico, deteniendo el avance blindado sirio con cócteles molotov caseros.”-apostilla tan heroica como falsa-> (cf. Daniel Gavron. 2000. El kibutz. El despertar de la utopía. Traducción y edición digital: C. Carretero, disponible aquí )
Hoy, los kibbutzim han perdido todo su atractivo. No sólo porque ahora sean fábricas al estilo de los mitificados garajes de Silicon Valley -nosotros preferimos el símil con las cooperativas relojeras del Jura decimonónico-, sino también porque ahora se admiten voluntarios, porque prolifera la mano de obra asiática (cf. infra, #colonos y tailandeses) y, finalmente, porque ya no hay diferencias entre un kibbutz y un moshav. Por ello, hoy sólo quedan menos de 300 kibbutzim habitados por 150.000 kibbutzniks. Sobra decir que las comunas utópicas del siglo XX, hoy diseñadas y mantenidas por Tel Aviv para que vigilen las fronteras con Palestina+Gaza, son meros acantonamientos paramilitares.
Los colonos
Desde el punto de vista de la guerra cotidiana entre Palestina y los Aliados, el papel militar de los primeros kibbutzim ha sido reemplazado por la frenética actividad de los colonos (settlers) Lamentablemente, estos colonos recién llegados a la Tierra Prometida -pocos saben qué representa Canaán-, siendo los rusos, ucranianos y argentinos los más visibles, han logrado el ‘miserable milagro’ de constituirse en la reserva sionista de Israel y, si los observamos desde la ionosfera, son también la reserva espiritual del nazismo occidental.
Puesto que las estadísticas oficiales sionistas son aún menos veraces que las estadísticas en general, desconocemos su número pero no sus Hazañas Bélicas -paramilitares-, puntualmente edulcoradas en los medios y generalmente mortíferas. Al Tsahal le gusta tener un séquito de mamporreros con quien compartir el nazismo, la islamofobia, la aporofobia (aversión al pobre) y, por supuesto, el más extremista de los sionismos. Su ‘héroe fundador’ es el médico neoyorkino Baruch Goldstein quien, armado hasta los dientes, irrumpió en la mezquita Ibrahimi de Hebrón y mató a 29 palestinos (25.II.1994)… hasta que se le acabó la munición y fue linchado por los sobrevivientes –inch Allah! 30 años después de su ‘hazaña’, los colonos actuales todavía le recuerdan con admiración y, lo que es mucho más criminal, todavía planean cómo superar aquella su masacre.
Dada su práctica cotidiana, andan cerca de superar a Goldstein. Para empezar porque, siendo los darlings del Tsahal, cuando delinquen (en Israel, sinónimo de asesinar), son detenidos simbólica y engañosamente pues la proporción ideológica de las redadas suele ser 500 nazis por cada 10 ‘anarquistas’. “Ah!, pero esto demuestra que Israel no comulga con estos fanáticos” -dirán algunos biempensantes, analfabetos para leer la Voz de Yahvé. Pues nada más alejado de la realidad puesto que, sistemáticamente, los nazis son perdonados y encumbrados en loor de multitudes mientras que los ‘anarquistas’… se lo pueden imaginar.
De su odio contra los palestinos hay pruebas diarias. La más reciente: uno de sus fieles en Chicago (USA) delante de su madre, también acribillada, asesinó ¡con 26 puñaladas! a un niño de 6 años (15.octubre) Y hay más: los colonos no sólo asesinan a los ambulancieros (cf. supra; #Israel NO es…) sino que, sistemáticamente, talan los olivos de los palestinos, envenenan con fluocetamida a sus ovejas y, encima, tienen una Unidad Tazpit para acusar a los despojados dueños de no saber pastorear ni cultivar.
Por lo demás, en Israel y en los kibbutzim los peores trabajos son asumidos por 20.000 o 30.000 trabajadores tailandeses -lo mismo que en el Qatar futbolero, mueren como moscas. Dejamos para otra ocasión a los falasha, judíos que ocupan el estrato más bajo de la oportunidad laboral. Pese a que su caucásica dermis es tostada pero no negra, la plebe los ve como negros. Huelga añadir que son tratados y (a veces) pagados como desechos del judaísmo.
¿Fallo de la afamada Seguridad Sionista, SS?
Cuenta van Gennep en un divertimento con sustancia antropológica que una vez apareció en Europa un amarillento individuo que hablaba una lengua extraña. Intrigados los más reputados lingüistas, se afanaron en descubrir a qué familia lingüística pertenecería para, a partir de ese dato, identificarla. Consultaron a los mejores eruditos de los idiomas checo, esquimal [inuit], húngaro, abisinio, algonquino, camboyano, lapón [saami], latín, griego, etrusco, proto-bantú e incluso se remontaron a los arcaicos comienzos del francés, del Linguaggio Preadamico de Trombetti y el italiano así como del Urarisemikhamimongolisch de los teutones.
La cohorte de eruditos siguió recorriendo el mundo hasta que, un dichoso día, llegó a Paramaribo (Guayana holandesa) y allí, el andrajoso vagabundo de ignota lengua, se encontró con un paisano. Comenzaron a hablar la lengua de marras. El paisano les informó: “hablamos la jerga (slang) de los galeotes que penan en los barcos negreros holandesas” (cf. Arnold van Gennep. (1967) 2018. “The semi-scholars”, en HAU: Journal of Ethnographic Theory 8 (3): 715–741; DOI: http://dx.doi.org/10.1086/701010)
Perdón por la siguiente especulación personal pero sospecho que, si la jerga de los galeotes causó tal desconcierto entre la élite lingüística europea, quizá le haya ocurrido lo mismo a los espías sionistas cuando trataban de leer los planes de Hamás. A fin de cuentas, 17 años encerrados en el corredor de la muerte dan tiempo para inventar un argot nuevo ininteligible incluso para el resto de los gazatíes.
Esta hipótesis, nos permite ampliar el abanico de las interpretaciones sobre el Shin Beth -organismo para el espionaje interior y, por ende, principal culpable por no haber detectado la incursión de los comandos (mayormente suicidas) de Hamás. Su Jefe ha asumido esa responsabilidad -mea culpa, mea grandísima culpa- pero, conociendo la multiplicidad del espionaje sionista (cf. infra #Talión) ¿acaso el calamitoso error no pudo deberse a los celos entre los numerosos Jefes de los espionajes? Ello sin tener en cuenta la inmensidad de accidentes, despistes y erróneas lecturas que suceden en ese piélago de la ‘Inteligencia secreta’.
Irán
Como es vieja costumbre geopolítica, Israel achaca a Irán todos males del planeta. Sin embargo, los obuses y los gases tóxicos de los Aliados no insisten en acusar al principal cuartel Aliado que podría atacar Irán: nos referimos al aeropuerto gringo de Diego García (sito en un atolón de 22 kms2 ; océano Índico), no sólo su mayor base fuera de territorio USA sino también una de sus tres principales antenas de geoposicionamiento -y covacha de algunas de sus cárceles secretas.
En el siglo XX, ese monstruoso aeropuerto de casi 4 kms. de longitud, se había construido en lo que los mapas antiguos rotulaban como archipiélago de Chagos, un lugarejo de siniestra historia pues los británicos expulsaron de él a sus indígenas, los chagosianos, para, una vez completada la limpieza étnica con las víctimas ‘habituales’, traspasar las islas a los EEUU. Desde Diego García, los gringos no sólo castigaban a Irak y Afganistán sino que, ahora, tienen Teherán a tiro de bombardero (cf. “Europa es grande pero NO racista”, en Amanadunu blog, 10.VII.2008)
Ojalá El Talión
Desde el primer momento que Tel Aviv supo de la incursión de los comandos de Hamás en los kibbutzim paramilitares que vigilaban la valla con Gaza, su establishment dejó claro que su inminente genocidio estaría espoleado no por la Justicia ni siquiera por la lucha contra el terrorismo sino, por la VENGANZA. Claro y raspao. Pero, ¿venganza hasta dónde?, ¿hasta cumplir con la ley del Talión o más allá? Es fama que Israel calcula el número de sus asesinatos según la regla 100:1 (100 palestinos despanzurrados por cada sionista muerto) pero, si recordamos que Hamás causó más de mil muertos en los kibbutzim, ¿significaría ello que el Tsahal se apresta a causar más de 100.000 asesinatos de gazatíes? No demos ideas pero lo que llevamos observando en estas dos últimas semanas haría ‘creíble’ esa monstruosidad de neo-Nakba.
Sin embargo, aunque sirva de muy poco, estamos obligados a contrastar esa barbaridad con sus antecedentes históricos. Velay: en el año 2006, Hamás ganó holgadamente las elecciones en Gaza. Pero, al igual que lo sucedido en esa década en otros países árabes, los respectivos gobiernos anularon las elecciones mediante golpes de Estado militares. En Gaza, el Poder fue más lejos: no sólo deslegitimó a Hamás sino que, en julio-agosto del 2014, 90.000 soldados invadieron Gaza matando a 2.300 gazatíes y pagando en los cuarteles sionistas el precio de 66 soldados muertos y también de 5 civiles. Hoy, se acercan a 5.000 los cuerpos desmembrados por los bombardeos… y eso que el Tshal todavía no se ha atrevido a entrar por tierra en Gaza -dice que su tardanza se debe a que quiere liberar con cierta tranquilidad a sus más de 2000 rehenes, borrico feliz quien crea a Israel. Sea como fuere, la vesania sionista ha logrado superar en malignidad a sus propios antepasados de manera que el ojo por ojo ya nos parece una medida humanitaria.
Además del gazatí teatro de operaciones, ahora tenemos que observar qué puede ocurrir en otros países. ¿No temen la internacionalización del conflicto? Pues sí, pero la guerra ya está globalizada porque el planeta ya es global. Y así lo demuestran los atentados que hemos conocido en estos días y que, con total seguridad, conoceremos en los próximos meses. Algunos serán obra de lobos solitarios pero otros serán fruto de conspiraciones más elaboradas.
Hace bastantes años, tuvimos una experiencia del terror que despierta la hipotética venganza sionista en muchas aldeas alejadísimas de Palestina. Así lo resumimos en un memorándum que nos dio la satisfacción del deber cumplido… y la enemistad de cuanto franquista nos oyó -bah!, nada nos importó el rebuzno de una patulea que no tiene memoria de cuando era atrozmente anti-semita ni otra ideología que la numismática rumiada. Unos poco párrafos del susodicho memo:
“No creemos necesario que, en un exceso de celo, Vd. envíe copia de ésta al servicio secreto interno, el Sherut Bitachon Klali, SHABAK o Shin Beth. Tampoco creemos que seamos tan importantes como para que Vd. se moleste en informar al servicio de inteligencia militar Agaf Modiin o AMAN y menos a los servicios de inteligencia aéreos y navales. Aún menos tenemos entidad suficiente como para que se ocupe de nosotros el LEKEM u Oficina de Relaciones Científicas. En definitiva, admitimos no sin cierta frustración que esta carta no llegará nunca a la junta coordinadora de todos los innumerables servicios secretos de su transparente país, la Va’adat Rashei Hasherutim o, simplemente, Va’adat. Sin embargo, somos conscientes de que tendrá que pasar copia al Mossad Letafkidim Meouychadim, el universalmente conocido servicio secreto Mossad. ¿A qué sección del Mossad nos encaminará? Por favor, apiádese de nosotros: a cualquiera menos a la División de Operaciones Especiales o Metsada. Tenga Vd. en cuenta que somos pobres familias extremeñas sin vínculo alguno con ejércitos extranjeros o fábricas de uranio enriquecido y que, por el momento, ninguno de nosotros medita profesar la fe musulmana. Por lo tanto, no merecemos las especialísimas erupciones de la Metsada. Resista la tentación de enviarnos una banda o ‘célula’ (misgerot) con aviesas intenciones. Como, por ejemplo, podría ser alguna de Tagar/Betar -esos sionistas franceses teledirigidos por el Tsafririm o sección del Mossad encargada de mantener bandas que, aunque las policías europeas las califican de ‘terroristas’, nosotros, por deferencia hacia Vd., vamos a llamar eufemísticamente radicales.” (cf. VV AA, 2000. Carta abierta al ayuntamiento de V. de A. (España) a propósito de la próxima apertura de la restaurada Sinagoga; dentro de “Dos cartas judías”, disponible en www.memoria.com.mx/142/Perez/ y en www.ajpp.cl/dos_cartas.html )
Tan conocida es la expresión (‘ojo por ojo’) que, despreciando el claro antecedente del Código de Hammurabi y las legislaciones de los otros pueblos de la Antigüedad occidental, tiende erróneamente a creerse que el talión es una ley mosaica. La formulación completa reza así: “Si en riña de hombres […] resultare algún daño, entonces dará vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, cardenal por cardenal” (Éxodo 21; 22-25). Poco después de la promulgación de la Ley, el Pueblo Elegido lapidó por blasfemo al hijo de Salumit -su padre era egipcio-. En tan magna ocasión, Moisés añade una coletilla que, por razones obvias, suele olvidarse en los catecismos mosaicos y/o cristianos: “Una sola ley tendréis para el extranjero, igual que para el indígena” (Levítico 24; 20-22). El talión aparece también en otro pasaje, éste tercero y último anunciado con abrumadora claridad: “No tendrá tu ojo piedad” (Deuteronomio 19; 21). En cuanto a España. el talionismo es una constante en sus leyes que se remonta a compilaciones tan antiguas como el Fuero Juzgo (ley 3ª, tit. 4º, lib. 6º), la Ley 83 de Toro y las Siete Partidas (Partida 4ª, ley 13ª, tit. 9º)
¿Bajo dos banderas?
El 07 octubre, la sevillana Maya Villalobo Sirvany (19) fue capturada ¿y ejecutada? por Hamás mientras se entrenaba en su kibbutz. Posando orgullosa con la bandera sionista como fondo, Maya portaba uniforme del Tsahal y empuñaba armas largas. Tenía la doble nacionalidad hispano-israelí por lo que colegimos y nos preguntamos: nos parece muy bien que crezca la doble nacionalidad -ojalá todos los humanos pudiéramos tener cuantos más pasaportes, mejor- pero empuñar las armas al servicio de una potencia extranjera, Israel, es otra cuestión. Los españolitos/as padecemos una tara internacional: mantenemos a una nube de funcionarios que trabajan para otro Estado (los clérigos que obedecen al Vaticano) y ahora, Maya nos recuerda que también hemos formado -y, seguramente, mantenemos- a una soldadesca que dispara y mata siguiendo las órdenes de otro Estado -el sionista. A nuestro leal saber y entender, en ambos casos estamos ante sendas Altas Traiciones a la Patria.
También nos preguntamos: antes de ser ‘neutralizada’ por Hamás, desde la muralla paramilitar de su fronterizo kibbutz, ¿Maya disparó e incluso ‘abatió’ a sus vecinos gazatíes? Es probable. Sin embargo, a su regreso a Sevilla, los restos de la bisoña recluta Sirvany han sido glorificados. Nadie ha puesto en duda su heroísmo -todo lo más, durante uno de sus funerales, un tío suyo declaró a las cámaras que no entendía por qué había sido destinada a la frontera sin haber completado su entrenamiento militar.
Este familiar pudo decir mucho más. Por ejemplo, que los kibbutzim de la frontera con Gaza se quejaron de la incomprensible tardanza del Tsahal. En efeto, demorarse una hora en llegar al rescate de los asediados es demasiado tiempo en un país donde las distancias son mínimas. No obstante, el susodicho tío carnal no llegó a sospechar que esa dilación pudo ser intencionada ¿Acaso no estaban predestinados a ella la cadena de kibbutzim inmediatos a Gaza? La creación de mártires suele ser muy alambicada.
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