Necesitamos bailar
Iñaki Alonso*. LQSomos. Junio 2015
“Si no puedo bailar,
tu revolución no me interesa”
Emma Goldman
La primavera sigue revuelta, es jueves en un Madriz que amanece con el cierre del “Patio Maravillas”, infinito infierno de tristezas desde una administración castrante y represiva. Las tormentas ponen a la ciudad contra las cuerdas, la mala planificación, el NO respeto al entorno. Es primavera, la ciudad esta triste pero amenaza con empezar a reír.
Sin libertad que me importa la gloria
Que importa el Rey, que me importa morir.
Sobre la mar plantaré mi victoria
Entre sus olas está el porvenir.
Vivir la orgía es hoy mi esperanza.
Es el botín que me empuja a seguir.
Si fue la mar quien dio luz a mi infancia,
Que sea el mar quien me vea morir
A la tarde, la Glorieta de Bilbao vuelve a estar tomada militarmente. El despliegue de lecheras por los alrededores es digno de los estados de excepción (¿dónde estamos?). Una concentración de protesta contra la persecución al “Patio”, a la libertad de expresión, de manifestación, de comunicación se celebra en la Plaza del Dos de Mayo. La concentración se hace marcha, “¡un desalojo, otra okupación!” “¡sí se puede!”. Esta es una imagen repetida en los últimos (largos) años de supervivencia, resistencia, sostener, conquistar, perder, palos, detenciones, multas. Continuará…
Allí en la orilla, dama sencilla,
Tengo tus brazos guardando mi amor.
Placer batallas, ¡Viva la canalla!
Viva la suerte del viento a favor.
Quizá algún día en un barco enemigo
Cuelgue mi cuerpo del palo mayor.
Solo la muerte beberá conmigo
Y brindaremos los dos en su honor.
Bravos esclavos, hermanos sin nada
La vida gira como una espiral.
Si hoy hay fiesta, mañana la espada
Puede poner nuestro punto final.
A la caída de la noche, cerca también del barrio de Maravillas, en una vieja sala de conciertos, de las pocas que ha resistido en estas décadas en la ciudad de las prohibiciones, toca un veterano grupo que ha construido los mejores himnos que puede tener Madriz.
Y allí en la orilla…
Viéndoles, a uno se le despiertan muchas reflexiones de décadas pasadas, pero también la necesidad vital de mirar al futuro. Y es que oír canciones piratas en Madriz es muy aventurado. Llevamos tantos años peleando como piratas, pero sin botín a cambio –piratas de supervivencia–.
Junto a la muerte está la fortuna
Del abordaje a un gran galeón.
Si ella me llama te traeré la luna
Y para ti escribiré otra canción.
Es la canción del que fue un gran pirata
Y hoy vive en tierra a cuerpo de rey,
Bebe la vida en su copa de plata
Y ante sus pies ve arrastrarse la ley.
Treinta y muchos años sin bailar en la plaza pública, apagón de sueños continuado. Antiguos recuerdos como el de cuando conocí a este grupo en la fiesta de inauguración de la Sala del Gayo Vallecano –treinta y muchos años–. Entonces también había esperanza de cambiar, transformar, romper con lo impuesto, bailar y cantar en voz alta.
Ahora sabemos que nadie nos dará nada gratuitamente, pero también sabemos que no nos apagarán la música en medio del baile. ¡Queremos bailar!
Y que los “Maki navaja” anden por las calles, revueltos entre piratas, sin dios, ni amo, mientras cantamos “Ahí, esta, ahí esta, el Soviet de Alcalá…” (Perdón quise decir la Puerta de Alcalá.)
Madriz amanece, tal vez a la puertas de un cambio que elimine olores pútridos, caspas infinitas que vuelan a nuestro alrededor. ¡Necesitamos bailar! Y sin abandonar la calle, sin cesar en nuestras protestas y en nuestras propuestas, que son nuestra construcción.
¡Un saludo Manuela!
Y allí en la orilla…
– En cursiva letra de la “Canción del pirata” de Suburbano
Más artículos del autor
* Miembro de la Asamblea de Redacción de LQSomos
En Twitter: @IkaiAlo