Ni quito ni pongo rey, ni ayudo a ningún señor
Nònimo Lustre. LQS. Febrero 2019
Caracas, 31 enero 2019: a cada minuto, los medios de manipulación nos apabullan con la tremebunda historieta de que la Policía chavista-madurista ha allanado el apartamento del autoproclamado presidente Juan Guaidó mientras éste se encontraba mitineando. Si hemos de creer a los medios, en el apartamento de urbanización Santa Fe –clase media alta- sólo estaba la hijita de Guaidó cuidada por su abuela. Inmediatamente (“de inmediati” en la jerga de Maduro) un alto personaje de los EEUU, Bolton o su clon, ha calificado el incidente como terrorismo contra bebés. Semejante definición debe ser correcta puesto que los gobierneros de EEUU tienen una enorme experiencia en eso de aterrorizar niños -que se lo pregunten a los niños palestinos, en especial a los de Gaza.
Sin embargo, en esa información hay detalles que chirrían. Por ejemplo, los medios dicen que los terroristas uniformados eran FAES, una rama policial que NO está especializada en el allanamiento de personajes ilustres, tarea que está a cargo del servicio de información o SEBIN. Dicho de otra forma, el FAES se encarga de vigilancia estática especial y, en tal condición, es probable que rondara los alrededores del apartamento de Guaidó, como lo hace con los domicilios de muchos caraqueños, del gobierno, de la oposición o, simplemente, individuos prominentes –es decir, posibles objetivos de secuestradores y malandros en general. Además, si el FAES allanó el apartamento, ¿por qué lo abandonó antes del regreso de Guaidó?
Por su parte, el jefe de la Policía ha declarado enfáticamente que ningún cuerpo policial estuvo en ese apartamento. ¿A quién creer? ¿a la Policía o al ciudadano, llámese Guaidó o Fulanito de Tal? En tan angustiosa tesitura me encontraba cuando recordé un incidente protagonizado hace muchos años por Leopoldo López, jefe de Voluntad Popular, el partido al que pertenece Guaidó. ¿Qué ocurrió hace diez años en Maiquetía, el aeropuerto de Caracas?
En junio del 2008, el entonces alcalde de Chacao llegó a Maiquetía, salió un momento a saludar a sus seguidores, regresó al aeropuerto y, cuando volvió a salir a la calle, denunció ante las cámaras que había sido agredido físicamente por cinco aduaneros. Como prueba, adujo el bolsillo roto de su camisa azulada. Excuso decirles cómo se pusieron los medios internacionales…
Pero, López había olvidado que todos los aeropuertos del mundo están plagados de cámaras de vigilancia y, un visionado rápido de ellas, demostró que fue el propio López quien se descosió el bolsillo. López no perpetró una imprudencia adobada con ignorancia sino algo peor: simuló un ataque contra la integridad física y eso es, simplemente, un delito (todo ello puede comprobarse en varios youtubes; escogemos uno que es ilustrativo aunque de pésima calidad:
A la vista de esa prueba, ¿qué hicieron los medios que tanto habían insistido en la agresión a López?, ¿emitieron la grabación de las cámaras de Maiquetía?, ¿se retractaron? Pues no, se olvidaron de la noticia sin la más mínima rectificación. Y ello nos lleva al presente: ¿habrá Guaidó heredado la picaresca de su jefe local?, ¿le habrá regañado, por copión, su verdadero Jefe, Donaldo Trump? No lo creo porque esta vez Guaidó cuenta con un dato a su favor: es imposible demostrar que no hubo tal allanamiento igual que, en general, es imposible demostrar algo que nunca sucedió.
Conclusión: por los antecedentes de su partido, no creo a Guaidó y, por deformación profesional, tampoco creo a la Policía. Ergo sólo me queda archivar la noticia de ayer en la carpeta “Bulos, contrabulos y demás miserias de los medios”.
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