No es necesaria la reina
Arturo del Villar*. LQS. Junio 2021
Ha quedado demostrado este domingo 30 de mayo de 2021 que su majestad la reina católica Letizia nuestra señora es innecesaria. Cobra un salario anual de 139.610 euros para cumplir las funciones reales, consistentes en presidir actos, leer los discursos que le entrega el escriba real, y recibir audiencias. Es decir, se espera que haga exactamente la misma ímproba tarea que su marido, aunque el rey además tiene que firmar los reales decretos que le presenta el Gobierno, pero ella ni eso siquiera quiere hacer.
Este 30 de mayo se esperaba a la consorte en el estadio de Butarque, para presidir la final de la Copa de la Reina, disputada entre el Fútbol Club Barcelona Femenino y el Levante Unión Deportiva Femenino, y entregársela al equipo vencedor. Es lo mismo que hace su marido con la Copa del Rey, acto que cuando se celebra con público en el estadio sirve para que deba escuchar una solemne pitada cuando aparece en la tribuna, prolongada mientras suena el himno borbónico mal titulado Marcha real, porque éstos no se marchan, hay que echarlos, como ya se hizo en 1868 y en 1931.
Venció el Barça Femenino por 4 a 2, y con ello hizo historia, consiguió el triplete de victorias en la temporada, al ganar la Liga, la Copa y la Champions League, un palmarés que solamente poseían hasta ahora cuatro equipos europeos: Frankfurt, Wolfsburg, Arsenal y Olympique. De manera que el triunfo en ese partido final marcó un hito en el fútbol femenino español, merecedor de ser celebrado con júbilo por las aficionadas.
Pero a la Leticia no le dio la real gana de presentarse en Butarque, sin dar explicaciones, porque para eso es la reina nuestra señora y hace su real voluntad, sin preocuparse por la opinión de los vasallos, en este caso principalmente vasallas. Con su ausencia en un acto de presencia obligada, hizo un real insulto al equipo tricampeón y a sus seguidoras, precisamente en su momento de mayor gloria, y cometió una falta a su obligación monarcal, muy sencilla de cumplir.
Quizá le aburre el fútbol, o tal vez temiera que su presencia fuese pitada, o es posible que crea haber cumplido su papel con la procreación de una heredera del trono y una suplente, sin aceptar asumir otras obligaciones presenciales inherentes al cargo tan bien remunerado. Además, ya había comentado alguna vez anteriormente que los domingos son días de descanso, y a ella le gusta pasarlos con sus compis yoguis.
A las jugadoras no les molestó la ausencia de su reina en el partido final de su Copa. Con la alegría proporcionada por la victoria, organizaron una real parodia en la que fue proclamada reina en funciones Andrea Pereira, dorsal número 17, quien entregó la Copa a la capitana, mientras las restantes jugadoras le hacían reverencias y daban vivas a la reina, a la presente, por supuesto, que de la ausente nadie se acordaba.
De modo que las jugadoras del Barça Femenino han demostrado urbi et orbi que la reina de España no es necesaria, y la vida borbónica nazional puede continuarse perfectamente sin ella, incluso en el desarrollo de actividades de su competencia. Por lo tanto, está comprobado que podemos y debemos ahorrarnos su sueldo, que buena falta nos hace en estos momentos de ruina absoluta. Por algo se empieza, o por alguien.
* Presidente del Colectivo Republicano Tercer Milenio
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