‘Nothing Compares’: su protagonista a la luz de la retrospectiva
Por Mariano Muniesa. LQSomos.
El tiempo es importante cuando se dicen cosas que la gente quizá no esté lista para escuchar y ‘Nothing Compares’ enmarca la historia de su protagonista a la luz de la retrospectiva, mientras captura la intensidad emocional de O’Connor en esos primeros años de su carrera
La lágrima valiente de toda una luchadora
A los 23 años, Sinéad O’Connor era una superestrella internacional que encabezaba las listas de éxitos gracias a un hit-single adaptado de una composición de Prince que da título al interesante e instructivo documental presentado en la edición 2022 del Festival de Sundance sobre la cantante que escandalizó al mundo más conservador cuando rompió una foto del Papa Juan Pablo II en un programa de televisión. Cuando cumplió 26 años, era pasto de las más mordaces bromas y feroces críticas. No fue la primera y no sería la última artista pop femenina en ser ridiculizada por salirse de lo establecido, pero como nos recuerda este nuevo documental, Sinéad O’Connor no fue vilipendiada simplemente por ser errática o inclasificable, aunque eso seguramente no ayudó.
La osadía juvenil alimentó esa indignación, pero sus raíces estaban en las heridas de una infancia difícil. Quiso arrojar una mirada creativa pero muy crítica sobre las cosas que creía injustas, algunas de ellos horrores que conocía de primera mano. Pero las protestas de la cantautora irlandesa contra la Guerra del Golfo, el racismo y el abuso de mujeres y niños por parte de la Iglesia Católica enfurecieron a mucha gente, desde “patriotas” que ondeaban banderas de indignación incontenida hasta un Frank Sinatra irritado que escupió sobre ella un manifiesto e hiriente desprecio.
“Todo el mundo sintió que estaba bien pisotearme”, recuerda O’Connor en una entrevista sobre el estreno de ‘Nothing Compares’. “Lamento haber estado tan triste por eso”, agrega su voz cristalina marcada por los años y las duras experiencias vividas. Las consecuencias de lo que soportó, su retirada del centro de atención y los subsiguientes conflictos se mencionan pero no se exploran aquí en profundidad; el enfoque del primer largometraje de Kathryn Ferguson es básicamente el valor de la cantante para hablar sobre sí misma con sinceridad y su indignación por la forma en la que se la atacó.
El tiempo es importante cuando se dicen cosas que la gente quizá no esté lista para escuchar y ‘Nothing Compares’ enmarca la historia de su protagonista a la luz de la retrospectiva, mientras captura la intensidad emocional de O’Connor en esos primeros años de su carrera. La cuestión del momento también le da una terrible capa de resonancia a los titulares del documental: ‘Nothing Compares’ se estrenó en Sundance solo un par de semanas después del suicidio del hijo adolescente de O’Connor y la posterior hospitalización de la cantante. La devastación de su reciente pérdida resuena en el documento, especialmente en los pasajes relacionados con la maternidad.
O’Connor, quien fue objeto de violencia física y emocional a manos de su madre, agradeció su propia oportunidad de ser madre. Era joven y su carrera apenas estaba despegando cuando quedó embarazada, y ella y el músico y productor John Reynolds aceptaron la perspectiva de la paternidad -él es uno de los entrevistados de la película y tiene el crédito de productor ejecutivo-. Sin embargo, su compañía discográfica vio las cosas de manera diferente y la envió a un médico que la alentó a abortar el embarazo para que pudiera concentrarse en su trabajo.
Ferguson ofrece evidencia emocionante del poder flexible de la voz incluso cuando O’Connor aún era adolescente. Hay imágenes granulosas de su actuación en un pequeño club londinense en 1985 y una grabación casera de ella cantando en la boda de Jeannette Byrne, la querida profesora de música que reconoció y alentó su don. Una idea especialmente inteligente que ofrece el documental es la inclusión de extractos del documental de 1967 ‘Rocky Road to Dublin’, que evoca la Irlanda de los años de formación de O’Connor, película de gran prestigio de Peter Lennon, crítica con una sociedad represiva dominada por la Iglesia y que estuvo virtualmente prohibida en el país durante muchos años.
Ella rompió el hielo
Más allá de los traumas que enfrentó en casa, O’Connor pasó un tiempo en un centro de formación residencial que estaba conectado a una de las infames lavanderías de la Magdalena ¬–¿recuerdan la película que se hizo sobre aquella institución?– donde vio de primera mano la forma en que las mujeres “caídas” eran maltratadas. “Toda Irlanda habla de estas damas”, dice O’Connor. “Pero yo las conocí”.
También se extraen videos de O’Connor, incluido el de su adaptación de gran éxito de “Nothing Compares 2 U” dirigido por John Maybury. La canción en sí no se escucha, el permiso para su uso fue denegado por los herederos de Prince, autor original de la canción, pero las imágenes del video, especialmente el primer plano lloroso de O’Connor, son tan indelebles que la canción, o su memoria, llega de todos modos.
Como la mayoría de los artistas de vanguardia, ella pagó el precio de atreverse a romper las reglas. Hablando de su efecto en “toda una década o dos décadas de artistas”, Chuck D lo dice sucintamente: “Ella rompió el hielo”.
La “ficha”
Titulo: Nothing compares / Directora: Kathryn Ferguson / Guionistas: Eleanor Emptage, Kathryn Ferguson, Michael Mallie /
Coproducción Reino Unido-Irlanda / Duración: 1 hora 36 minutos.
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