Oda a algo realmente simple

Oda a algo realmente simple

Por Redes nuestras*

Imagínate que existiera una manera de recibir un aviso cada vez que tus personas favoritas publican algo en internet. Una app a la que solo te lleguen esos avisos y donde puedas mirar sus publicaciones, o guardarlas para luego. Sin arriesgarte a cruzarte con trols o gente pesada por el camino, sin anuncios, sin que ningún algoritmo te ponga por delante trampas para captar tu atención, sin más distracción que lo que realmente has decidido que te interesa.

Una propuesta low tech contra el ruido

Pues resulta que existe. Desde hace casi 25 años. Se trata del RSS, siglas que significan Really Simple Syndication. Básicamente, es un formato de datos que permite que los sitios web envíen una alerta cada vez que se actualizan. Mediante un lector o agregador RSS —son dos nombres para lo mismo—, puedes suscribirte y recibir estos contenidos al momento (o, bueno, quizá tarde unos minutos desde la publicación, pero pocos). Y ya está.

Es realmente así de simple y significa que no te van a monitorizar: como no entras en la web donde se publica el contenido, no rastrean de dónde vienes o cuánto tiempo pasas ahí, ni ninguna de esas muchas estadísticas que se suelen recopilar. Otra cosa guay de los lectores RSS es que suelen tener opciones para que decidas como visualizas los contenidos. Puedes elegir el tamaño de letra, los colores y alguna otra configuración, mientras por supuesto te ahorras los anuncios, pop-ups y demás elementos molestos que algunas webs añaden alrededor de lo que quieres ver.

Quizá esto no sea ninguna novedad para ti. Hace un par de décadas, cuando comenzaron a hacerse populares los blogs, para quienes pasábamos muchas horas en internet y teníamos FOMO —miedo a perdernos cualquier cosa interesante—, era una herramienta común. Si tú todavía sigues usando RSS, enhorabuena, se te da muy bien conservar lo mejor de la vida. Quizá este texto te pueda servir para compartirlo con otras personas y explicarles por qué te gusta tanto.

Hubo una época en que la lectura de RSS era tan popular que Google tenía un lector entre sus servicios (Google Reader), pero en 2013 decidió cerrarlo. Por aquel entonces hubo hasta recogidas de firmas en las que cientos de miles de personas le pidieron que lo mantuviera, pero alegó que no tenía demanda suficiente y lo cerró. Fue el principio de la decadencia. Dejamos de ver el icono de RSS (el circulito con ondas) en la mayoría de la webs y cayó en el olvido.

No hay que ser muy lince para darse cuenta de que esta omisión va en la dirección en la que las grandes plataformas de internet nos están empujando desde hace más de una década: acabar con nuestra capacidad de decidir qué queremos ver en internet, cuándo y cómo, y encerrarnos en plataformas diseñadas para captar nuestra atención y nuestros datos. Pasar de la internet descentralizada a la internet-televisión.

Cory Doctorow

No obstante, hay muchos sitios que siguen conservando su RSS, aunque poca gente los use. Lo tienen muchos diarios digitales, todo lo que se parezca a un blog y se actualice, webs como WordPress, Substack, Medium, Mastodon, Bluesky… Aunque las grandes plataformas lo eviten, hay un truco para extraer RSS de cualquier canal de YouTube y otro truco para hacerlo con cuentas de X. Hay una web que convierte newsletters en fuentes de RSS. En fin, que hay que currárselo un poco pero, una vez que te pones a ello, la diversión apenas tiene límites.

Tenía este texto guardado como borrador, pendiente de envío, y hace una semana Cory Doctorow me lo recordó porque escribió algo parecido. Él siempre recuerda que necesitamos soluciones sistémicas para arreglar los desastres de internet, que no vale con decisiones individuales, pero reconoce que pasarse al RSS nos acerca mucho a nuestros mejores deseos: «Usar RSS es una oportunidad de visitar un futuro utópico en el que las plataformas no tienen poder, y donde todo el poder está en manos de quienes crean, que deciden qué publicar, y de quienes leen, que tienen control total sobre qué y cómo leen, sin ceder datos personales».

Quizá no te haya convencido yo con mis explicaciones, pero no me digas que ese párrafo de Doctorow no es convincente para hacerse fan del RSS.

Algunos lectores RSS

Si quieres ponerte a ello, aquí van algunas pistas.

• Yo uso una aplicación para el móvil llamada Feeder. Es software libre y no implica darle datos con nadie. La consulto en mi propio móvil y ya está. Tiene opción de guardar contenidos para luego o compartirlos a través de otras aplicaciones.
• Existen lectores RSS que mantienen tus suscripciones en la «nube», de manera que puedes sincronizar tus listados de contenidos. Es decir, puedes mirarlas desde distintos dispositivos, en el móvil o en el ordenador, y cada vez que las abras verás un listado actualizado, y lo que ya hayas leído no te aparecerá de nuevo. Dos que funcionan bien: Newsblur y Feedly. Ambas tienen una versión gratuita bastante decente, y si quieres extras te tienes que pasar a la de pago.
• Existe una extensión de Firefox que te permite suscribirte a RSS y sincronizar con Firefox en tu móvil. Esta otra de Chrome te avisa de cuando estás viendo una web con RSS, para que puedas ir a guardarla a tu lector favorito.
• Hay clientes de correo, como Thunderbird, que también leen RSS.
• Hay algunas webs en las que no se ve el RSS a la primera, pero sí que está… por ejemplo, SoundCloud y las plataformas de podcasts de Apple y Google. En GetRSSFedd te ayudan a extraerlo (gracias por la pista, @danicotillas).
• Existe una forma de leer cualquier canal de Telegram desde un lector RSS. Basta con usar esta url para suscribirse, poniendo al final el nombre del canal: https://rsshub.app/telegram/channel/NOMBRE_DEL_CANAL (por ejemplo, este es el RSS del canal de Laintersección: https://rsshub.app/telegram/channel/lainterseccion).

Si vas a empezar ahora, no te agobies por elegir el lector perfecto, que se puede cambiar: puedes exportar tu lista de suscripciones (en un archivo llamado OPML) e importarlo a un nuevo sistema.

Si ya tienes experiencia en RSS, puede que conozcas más opciones y trucos. Cuéntame, que estaré encantada de añadirlo a esta lista.

Por cierto, esta newsletter se puede seguir, además de por correo o desde el fediverso, por RSS, claro.

Bola extra: YouTube sin toxicidad

FreeTube no es exactamente un lector de RSS, pero la idea es parecida. Se trata de un cliente de YouTube, o sea, un software desde el que puedes ver vídeos alojados en esa plataforma, pero librándote de sus peores características. Puedes suscribirte a los canales que quieras y disfrutarlos sin anuncios y sin que YouTube rastree tus datos. Además, permite configurar la interfaz de manera que te puedes quitar los vídeos recomendados, las cajas de comentarios, las estadísticas y otros elementos que pueden resultar molestos.

Podrás ver, por ejemplo, videoensayos de @mozoyefimovich@mastodon.social que duran varias horas sin distracción alguna. Pura fantasía, si me preguntan.

* Redes nuestras

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