Para que no me olvides
Iñaki Alonso. LQSomos. Abril 2013
A los chavales que no están y a los que sobreviven,
sin cuyas historias no hubiera sido posible
mantener nuestra forma de lucha.
Y a todos los que nos han ayudado
a que este relato vea la luz.
Esta es la dedicatoria con la que arranca este libro, que pretende y es, una narración rápida y real de la historia de una lucha de más de 20 años de “Madres contra la Droga”.
Corría el final de los años 70 y apareció, casi como de repente, una epidemia de esa “extraña substancia” que estaba por todos los lados y a la que con el tiempo conocimos por muchos nombres; sí, y así, de repente, se apoderó de todas nuestras calles, de nuestros rincones y de nuestros barrios, camuflada en un papel que llamaban “papelina”, aquellos polvos de rojo-marrón que a un@s cautivaba y a otr@s daba desconfianza. Aparecían tantas cosas nuevas, desconocidas, tantas cosas por descubrir, tantas cosas por probar, por oler, por sentir, y todo en medio de sueños de libertad.
Y empezamos a ver como algunos de nuestros mejores amigos y camaradas se quedaban en el camino, se perdían en una historia de triste final, y aquel viaje que emprendían no era más que la entrada a un túnel sin luz.
Los “camellos” empezaron a cambiar la venta de hierba por las papelinas. De la noche a la mañana, sin saber mucho más de las consecuencias que tenía ese nuevo consumo, una generación que hoy estaría entre los 45 y los 55 años, inicio un viaje sin retorno que se llevó a toda una generación de jóvenes de los barrios obreros de las grandes ciudades, en zonas industriales… Qué extraña relación entre jóvenes destinados a luchar y los polvos de la muerte.
En este libro se hace un trabajo de recopilación de la gran lucha de las “Madres”, una lucha que nunca se consideró “políticamente correcta”, como todas las luchas donde los protagonistas son los desheredados, los perdedores, una lucha donde los personajes no dan votos, ni réditos electorales.
Un relato doloroso de leer, donde los recuerdos de aquellos años se agolpan en las ausencias de todos aquellos que nos faltan, graciosas anécdotas y un paseo por unos años que han marcado como nunca nuestro presente, pues de aquellos lodos son hoy muchos polvos.
Viene bien recordar el origen, la “Ley Corcuera” y la patada en la puerta, las primeras acampadas en vías públicas en el centro de Madrid, el invento de los “Ficheros de Internos de Especial Seguimiento” (FIES), el encierro en la Almudena “¡Rompamos el silencio! Siete días de lucha social”, uno de los primeros laboratorios de resistencia y contestación del que, a día de hoy, se puede decir que fue semillero de la lucha social que hoy tenemos… Viene bien recordar esto, para saber dónde estamos ahora.
Ahí donde se las necesitó siempre estuvieron las “Madres”, en primera línea, donde su conciencia y carácter las marcó estando junto a otros movimientos sociales y unos escasos movimientos políticos que no tocaban el parlamento, luchas, reivindicaciones que vendrían a dar un poco de luz a una ciudadanía de Madrid que sólo bostezaba. Desobedecían las ordenes del poder para luchar contra el crimen de Estado que significaba abandonar a los toxicómanos en la calle y dejar que continuara el exterminio silencioso de la cárcel.
Pero ¡ojo!, las “Madres” siguen ahí, en la brecha. Más mayores, pero más expertas, más sabias, más fuertes. Siguen ahí siendo el antagonismo de todo lo que conocemos por ONG, no necesitan presupuestos, ni burocracia, ni falsas loas. Su fuerza es la acción directa, atacar las raíces del problema y actuar, la constancia… ¡Son MADRES y nunca te dejan tirado!
Sólo hace falta verlas u oírlas como en la presentación que hicieron el pasado mes de marzo en la librería Muga de Vallecas, para saber que detrás de cada una de ellas hay una declaración inquebrantable de principios y, a pesar del paso de los años, mantienen una fuerza arrolladora que provoca respeto y admiración, y más que nunca en estos tiempos de sinvergüenzas y corruptos, las “Madres” son la honradez y la ética que tanto necesitamos tod@s.
Leer el libro es un sano ejercicio de análisis sobre el genocidio de una generación (pendiente aún de evaluar sus consecuencias) y una insustituible reflexión sobre la necesidad de ser solidari@s para el “Sí se puede”.
Las “Madres” siguen, seguirán y, si te animas, puedes combatir a su lado. Ellas son las constructoras de un mundo mejor y ahí continuan en la calle, en la lucha, todos los días.
A Atxel que dejo el goiherri
cuando el sol estaba en lo más alto.
“Para que no me olvides”.
Editorial Popular.
ISBN 978.84.7884.5347
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