¿Piratería contra los beduinos del Néguev?
Por Nònimo Lustre
Saquear los conocimientos de los pueblos indígenas es una constante universal. Gracias a este botín, la Big Pharma (grandes empresas farmacéuticas) ha ‘descubierto’ la mayor parte de sus activos -esos cuya aspiración no es curar sino recetar una medicina que dure hasta agotar el bolsillo del paciente. Hoy, nos centraremos en cómo Bayer popularizó la aspirina a partir de un saber beduino que tradicionalmente se remonta hasta la Antigüedad sumeria, egipcia y grecorromana. Esta saber se topó con su hallazgo definitivo cuando una de las muchas ‘misiones’ (término medio proselitista medio militar) de exploración teuto-etnobotánica confirmó la gran utilidad de la corteza del sauce (willow bark) que, poco después, derivó en la popularísima aspirina tras fabricarse industrialmente los compuestos del ácido acetilsalicílico -de salix, sauce; uno de los muchos salicilatos, o también del mirto y/o de otras plantas propias de los desiertos con propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias.
Las enciclopedias habituales y los manuales al uso inoculan al público lector que ese salicilato fue sintetizado por varios peritos de la química orgánica. Bueno, todos lo han leído y han comulgado con esta mercancía académica. Pero no es completamente cierta. Por ende, hemos de protestar por una sencilla razón: porque, desde hace más de un siglo, idolatrar a esos eruditos teutones nos oculta la petite histoire de la aspirina. A saber: Bayer necesitaba comprobar que esa pastilla era efectivamente milagrosa -léase, rentable- para lo cual la madre nutricia de la Big Pharma (ahora, dueña de Monsanto, la ogresa de la biodiversidad) exigía experimentarla en humanos. Y, ¿qué mejor método que probarla con los Beduinos que eran famosos porque utilizaban de antiguo varios de sus compuestos?
NB.– Beduinos es un etnónimo generalista que engloba a los indígenas pre-islámicos que habitaban y habitan el enorme arco que discurre entre Mesopotamia y las Islas Canarias. En esta nota, nos referiremos exclusivamente a los Beduinos (en adelante, BE) del Néguev (Naqab, en árabe) Antes de la Primera Nakba (1948), ese desierto estaba poblado por unos 100.000 BE. Pero, los sionistas los deportaron hacia Gaza, Egipto, Cisjordania y Jordania. Hoy, ascienden a unos 300.000 dispersos por varios países. En Israel, sobreviven hostigados en cuatro tipos de aldeas más o menos reconocidas y/o vigiladas por el Tsahal mientras son asesinados por los colonos y los ultraortodoxos de Israel (cf. IWGIA. Abril 2023. El Mundo Indígena 2023. 37ª edición. Sobre los BE del Néguev/Naqab, cf. pp. 489-503, con 63 utilísimas notas a pie de página; en castellano, disponible en https://www.iwgia.org/es/recursos/mundo-indigena.html )
Etnobotánica de los Beduinos
Para no alejarnos del campo terapéutico de la aspirina, observamos que los BE curaban el dolor de cabeza (cefalea, headaches, waja’ ras en beduino) con infusiones de menta, salvia, hisopo (Hyssopus officinalis), Pituranthos tortuosus (zagguh) o Achillea fragrantissima (gisum). En el submundo popular, utilizaban también las semillas de habbah sawda’, samra’ (= semilla negra) y/o Nigella sativa L. (una Ranunculacea) Esta pócima mixta es motejada como la aspirina del desierto, y es usada por los BE y por los pueblerinos circundantes para combatir una gran variedad de dolencias que abarcan desde la congestión nasal hasta el estreñimiento e incluso, mezclada con otros remedios, como reconstituyente tras el parto.
Entre los cientos de trabajos científicos sobre el conocimiento terapéutico de los BE que hemos consultado, hoy sólo queremos citar un paper sobre la etnofarmacología de los BE exiliados en la árida comarca de Badia, en Jordania. Comenzado en 2010, tuvo a los pastores como su primer colectivo a estudiar. Además de las habituales búsquedas de plantas medicinales utilizadas tradicionalmente, también se calculó el Informant Consensus Factor (ICF) para cada categoría de desorden mórbido, y también el Fidelity Level y el Use Value de las plantas sabidas por los BE. Fueron entrevistados 80 participantes -21% mujeres. Se certificaron 47 especies de plantas usadas por los BE locales -ejemplos, Artemisia judaica, Citrullus colocynthis, Ecballium elaterium y Rheum palaestinum. La prevalencia del dolor de muelas seguido de los achaques gastrointestinales y de la ictericia, indicó que los servicios de salud pública o no existían o eran deplorables.
(cf. Oraib Nawash, Mustafa Shudiefat, Raed Al-Tabini, Khalid Al-Khalidi. 2013. “Ethnobotanical study of medicinal plants commonly used by local bedouins in the Badia region of Jordan”; en Journal of Ethnopharmacology; Vol. 148: 3, Pp.921-925; https://doi.org/10.1016/j.jep.2013.05.044)
Ahmed Saleh, BE del Sinaí egipcio, cuida un huerto medicinal con más de 472 plantas, 19 dellas endémicas en el convento de Santa Catalina y 42 que están en grave peligro de extinción.
El Néguev bíblico
Los Amalekitas y los Aorreos (Amorites), ¿proto-beduinos? Paseando alrededor de la Media Edad del Bronce (aprox. 2000-1750 ane), reza el Viejo Testamento que, tras la Conquista de Israel, los israelitas encontraron gran resistencia entre los Amorreos de Judea. En la campaña contra la ciudad de Gabaón (Gibeon), “Josué se enfrentó a una coalición de cinco reyes Amorreos (los de Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Lachish y Eglon) que se aliaron y subieron con todos sus ejércitos. Acamparon frente a Gabaón y combatieron contra ella… Entonces los habitantes de Gabaón mandaron a decir a Josué, al campamento en Gilgal: “No abandones a tus siervos. Sube rápidamente a nosotros para protegernos y ayudarnos, porque todos los reyes de los Amorreos que habitan en la región montañosa se han agrupado contra nosotros… Josué subió de Gilgal con toda la gente de guerra y todos los hombres valientes y Jehovah dijo a Josué: –No tengas temor de ellos, porque yo los he entregado en tu mano. Ninguno de ellos podrá resistir delante de ti…. Después de subir toda la noche desde Gilgal, Josué cayó sobre ellos de repente… Jehovah los turbó delante de Israel y los hirió con gran mortandad en Gabaón. Los persiguió por el camino que sube a Bet-Jorón y los hirió hasta Azeca y Maqueda… Y sucedió que, cuando iban huyendo de los israelitas por la bajada de Bet-Jorón, Jehovah arrojó desde el cielo grandes piedras sobre ellos, hasta Azeca; y murieron. Fueron muchos más los que murieron a causa de las piedras del granizo que aquellos a quienes los hijos de Israel mataron a espada…Entonces Josué habló a Jehovah el día en que Jehovah entregó a los Amorreos ante los hijos de Israel, y dijo en presencia de los israelitas: “¡Sol, detente sobre Gabaón; y tú, Luna, sobre el valle de Ajalón!” (Josué 10: 5-12) Es decir, que esa recurrente obsesión bíblica sobre detener los astros comenzó la matanza de los Amorreos.
Lapidando a los Amorreos; por Gustavo Dore (1832-1883)
Sin embargo, resulta que una veterana académica como Kathleen Kenyon sugiere que, pese a que su origen geográfico estuvo en allende el río Jordán (cf. infra, mapa), los Amorreos habitaban el Néguev. Ergo, migraron hacia el Sur posiblemente para escapar de las hazañas astronómicas de Josué y de sus aliados.Palestina durante la primera invasión de los feligreses de Moisés. Mapa en Kenyon: 4. “The Amalekites dwell in the land of Negeb (sic); the Hittites, the Jebusites and the Amorites dwell in the hill country; and the Canaanites dwell by the sea, and along the Jordan” (Introducción, en Kenyon: 1; cf. Kathleen Kenyon. 1963-1966. Amorites and Canaanites. Oxford Univ. Press)
Otra opinión fundamentada: “Aunque rastrear en el palimpsesto veterotestamentario nunca ha sido fácil ni concluyente, esta dificultad ha llevado a que el uso bíblico de cannabis, derivados y similares haya sido debatido ardorosamente. Pero, al cabo de infinitas polémicas, la evidencia física del cannabis medicinal ha sido recientemente comprendida gracias al hallazgo en una tumba en Beit Shemesh (entre Jerusalén y Tel Aviv), entre monedas de bronce del cuarto siglo ane, del esqueleto de una niña de 14 años. En su abdomen fue identificado un material carbonizado que certificó la inconfundible presencia del De-THC (D-tetrahidrocannabinol) Se supuso entonces que el cannabis fue quemado en un fracasado intento de extraer el feto de una pelvis demasiado estrecha, una maniobra quizá similar al uso que se le daba en el Antiguo Egipto” (cf. Ethan B. Russo. 2007. “History of Cannabis and Its Preparations in Saga, Science, and Sobriquet”; en Chemistry & Biodiversity, Vol. 4)
EL Néguev/Naqab, un desierto con central nuclear y empresas de biotecnología
Un desierto perforado por extrañas construcciones secretas -ayer nucleares, hoy biotecnológicas.
En otras ocasiones, hemos denunciado la tenebrosa realidad del desierto del Néguev: no sólo alberga la central nuclear de Dimona cuya mera existencia fue demostrada por el héroe judío Mordecai Vanunu (en una enésima reedición del ‘método Eichmann’, Vanunu fue secuestrado en Europa y acarreado clandestinamente a Israel donde fue condenado a vegetar muchos años en la cárcel), sino que, además, en su día también denunciamos el apartheid sufrido por sus indígenas -los BE (Sobre Dimona, Vanunun y, sobre todo, los BE, cf. A.P. 1992.”De la cabra asesina al neutrón clandestino: Los Beduinos del Néguev y el modelo de desarrollo israelí”; en Nación Árabe, nos. 16-17, pp. 37-44; Madrid)
Igual que ocurrió con los kibbutzim que asediaban Gaza (de supuestas colonias agrícolas igualitarias se habían transformado en fábricas dirigidas por el Tsahal), sobre el Néguev hemos de añadir que el desierto se ha convertido en el epicentro de una peculiar rama de la biotecnología sionista: la especializada en derivados de la Cannabis. Y ello seguramente por una razón etnofarmacológica: porque dispone a su alrededor de unos pocos sobrevivientes de la etnia que lleva siglos experimentado, entre otras, con una rara variedad de este género botánico, la C. ruderalis.
Además de la citada niña de Beit Shemesh (cf. supra), en el Néguev los arqueólogos están continuamente encontrando rastros fiables de la plurisecular domesticación y consumo de Cannabis -lo cual sólo tiene de particular que se hallen en un desierto puesto que la Cannabis es una de las plantas más antiguas y más extendidas por todo el Globo. Esta rareza -sólo rara para los prejuiciados- es ahora carnaza para los medios proclives al tremendismo.
Así, para la agencia AFP de febrero 2022, “El descubrimiento [de Cannabis en el desierto] despertó desde hace unos días la atención de los medios de comunicación y el interés en las redes sociales en Israel, donde la policía se jacta cada semana de confiscar plantas de cannabis y detener traficantes. Sin embargo, el uso terapéutico de esta planta está permitido en el país.” Una vez abiertas las compuertas del espectáculo cannábico, las preguntas brotaron en una absurda competición entre lo religioso y lo arqueológico. Ejemplo de una extrapolación asaz prejuiciosa: “¿Los antiguos israelitas fumaban cannabis para acercarse a Dios? Muy probablemente, creen los investigadores israelíes que han descubierto recientemente rastros de esa sustancia en un altar de un antiguo sitio religioso del reino de Judá.” Comprendemos que, prosperando dentro de un Estado teocrático, los arqueólogos sionistas opten por las exégesis sacras -también caen en este prejuicio místico otros profesionales que trabajan en algunos países laicos-, pero, en todo caso, los proto-judíos “¿fumaban cannabis para acercarse a Dios?” ¿A un dios cuyo nombre bailaba al son de los cautiverios en Egipto o en Mesopotamia y cuya referencia escrita en las Sagradas Escrituras era borrada y vuelta a reescribir puesto que todo lo veterotestamentario es paradigma de palimpsesto milenario?
La difusión a nivel mundial de los descubrimientos de Cannabis en el Néguev adquirió carta de naturaleza cuando, en el año 2020, pasó de despachos de agencias a ser entronizado por el NGM (National Geographic Magazine) quien se apresuró a vulgarizar el éxito científico del yacimiento de Tel Arad. Llevado por su entusiasmo (¿sionista o descubridor?) tan famosa revista se responde a sí misma: “Según un estudio publicado por la Universidad de Tel Aviv (cf. infra, referencia) este amor por la marihuana no es algo nuevo, sino que viene de la Edad de Bronce… Parece probable que el cannabis se haya utilizado deliberadamente en Tel Arad como un agente psicoactivo para estimular el éxtasis en ceremonias religiosas” -y dale con los ritos sacramentados, y vuelta la burra al trigo…
Según las mercuriales y resbaladizas fuentes bíblicas, el reino de Judá (o Judea), subsistió, entre 921 y 586 ane, sobre un territorio que, hoy, se superpone en parte con Cisjordania -la corte de Judea fue eliminada por Nabucodonosor II, rey de Babilonia. El caso es que los arqueólogos excavaron el yacimiento de Tel Arad, en el desierto de Négev donde descubrieron rastros de incienso y cannabis. En este lugar, utilizado como lugar de peregrinación en el siglo VIII AC, los especialistas se interesaron en dos altares: “El descubrimiento de cannabis en el más pequeño de los altares resultó una sorpresa. Tel Arad permite establecer la prueba del consumo de cannabis en el antiguo Oriente Medio», señala un artículo publicado en la revista arqueológica de la Universidad de Tel Aviv por el equipo de investigadores… dirigido por Eran Arié.” El uso “de sustancias alucinógenas era conocido en muchas otras culturas vecinas. Sin embargo, es la primera prueba conocida de una sustancia alucinógena en el reino de Judá… La presencia de cannabis en Tel Arad demuestra el uso de sustancias que alteran las percepciones de la mente en los rituales de culto en este reino judío” (cf. “Hallan cannabis en el altar de un antiguo sitio religioso en Israel”, en NGM, 02 junio 2020)
El NGM reproduce el paper cit. supra pero, de ese reportaje, queremos insistir en un detalle étnico: entre las tres variedades básicas del género Cannabis (sativa, indica y ruderalis), los BE del Néguev domesticaron la Sinai Ruderalis, una variedad de la C. ruderalis Jan. (morfológicamente chaparrita y sin ramas) quizá originaria de Egipto o, quizá de Rusia y/o Asia Central, que contiene escaso THC -cf. supra, el principio activo tetrahidrocannabinol.Evidentes diferencias morfológicas entre las tres variedades -quizá, especies-, del género Cannabis (cf. Eran Arie, Baruch Rosen y Dvory Namdar. 2020. “Cannabis and Frankincense at the Judahite Shrine of Arad”. En Journal of the Institute of Archaeology of Tel Aviv, 47:1, pp. 5-28, DOI: 10.1080/03344355.2020.1732046)
Yeruham
Esta pequeña ciudad en medio del Néguev aspira a convertirse en el centro de la investigación agroindustrial disfrazada de tecnología punta biotecnológica (cf. Una ciudad del desierto en Israel quiere convertirse en la “capital” del cannabis médico; 06 febrero 2022, Ynet)
De hecho, es pregonado como una gran avance social-tecnológico y fármaco-industrial que el incubador CanNéguev (fundado por Ziv Bet Or) se haya erigido en un ultramoderno edificio sito en la calle principal de Yeruham. Es probable que, en su preeminencia empresarial, haya influido la domesticación beduina de la citada C. ruderalis: “One cannabis strain, or variety, called Sinai Ruderalis is an Egyptian landrace strain cultivated in the Sinai Peninsula by the local Bedouins. However, Ruderalis contains very low amounts of cannabinoid” (cf. supra, Russo)
Es plausible suponer que, en su búsqueda del promisorio cannabis medicinal, los magnates de CanNéguev (entendida como empresa representativa del vertiginoso ascenso de Yeruham) hayan seguido la magia simpática en su variante de lógica homeopática: si el THC (cf. supra) es tóxico, como la ruderalis produce poco, trabajándolo tendremos más cerca transitar hacia lo saludable. De nada serviría ripostarles que la magia simpática es sólo es un método convencional y que combatir la morbilidad con dosis mínimas del tósigo (proceder homeopático, lo similar cura lo similar) sólo es una vieja metodología eurocéntrica popularizada desde 1796 por Samuel Hahnemann y, hoy, rotundamente descalificada. Sea como sea, optar por un bajo contenido en THC es alterar vulgarmente los efectos de las otras dos variedades de Cannabis; en términos hispanos, es como volver manso (buey o vaca suiza) a un toro de lidia cuya proverbial fiereza ha necesitado varios siglos de cuidadosa hibridación.En el ‘florecido vergel’ del desierto de Néguev, una israelí trabaja en las plantas de marihuana (terapéutica) del invernadero de Tikun Olam (Safed, 01.XI.2012) Obsérvese el esmero con el que esta foto esconde a medias la bandera gringa. CanNegev technological innovation incubator in Yeruham – the home for startups and entrepreneurs in the Negev, cf. https://cannegev.com/ y, asimismo, ver https://www.cannabismagazine.net/tag/israel/
Dagas y palabras
Para cruzar el nahal [regato] y para trepar por las empinadas rocas, la esposa beduina es guiada por sus cabras”: pie de foto redactado por la empresa CanNeguev. La beduina no pastorea a su rebaño sino al revés… el menosprecio racista de los sionistas se manifiesta hasta en los más mínimos detalles. ¿Huelga añadir que la Green Patrol del Tsahal lleva años exterminando a las cabras que los Beduinos han hibridado durante milenios para adaptarlas al desierto?
“Aquel que busca trabajo y sudor, hijos míos / déjenlo que encuentre el camino hacia el campo de trabajo”. Abril 1950, beduinos trabajando al sur del Néguev en la construcción de la carretera de Berseba a Eilat. Foto y pie de foto publicados torticeramente por el gobierno de Israel -como si los Beduinos soñaran con trabajar al servicio del ejército invasor (en Peled: 168).
Pero incluso la propaganda sionista tiene sus grietas. Espigando entre la promocionada a bombo y platillo (académico), hemos observado que, entre los poemas de resistencia redactados después de la Primera Nakba, hay muchos que revelan la magnitud del genocidio que afectó al pueblo palestino… y también al pueblo beduino que se mantenía en el Néguev. Veamos unos cuantos en inglés -si abrimos el libro de Peled e ignoramos olímpicamente la censura sionista, en las páginas citadas de cada poema, podremos leerlos en el árabe original.
Esperanza en el regreso: Sooner or later you’ll regret it, you who have rejected us / I held you dear, but you sold us cheap / Sooner or later you’ll regret it, and return to us (Peled, 136)
Invasión armada: Rise, oh Sheikh Slīmān and ram the infidels, / Like a Bren machine gun, like breaking bones (ibid, 140)
Un poco de humor doméstico: We have no lands to sell to the foreigners / That’s why we stopped smoking fine tobacco (ibid, 140)
Tristeza en el hogar: The guys ran away and the fellahin got the shit / Their dogs inside their homes – you hear them bark (ibid, 143)
La locura inducida: The troubles of time turned my hair white, / Most nights are nothing but disaster and anxiety (ibid, 154)
Familias perdidas: The son no longer recognizes his own father, / The mother will not remember her newborn (ibid, 156)
El Estado eternamente abusivo: Do not rejoice in thought of profits and gains, / It is a strong state, its abuse will last long (ibid, 144)
(cf. Peled, Kobi, 2022. Words like daggers: the political poetry of the Negev Bedouin. Brill, Boston. ISSN 2214-6563)
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