Politizar las TICs: Tecnoneoliberalismo y salud
Alfredo Moreno*. LQS. Diciembre 2018
“Ya hicimos un mapa del mundo. Ahora, hagamos un mapa de la salud humana”
Alphabet Inc
En el sector Salud existen numerosas fuentes de datos heterogéneas que arrojan una gran cantidad de información relacionada con los pacientes, las enfermedades y los centros sanitarios.
El mercado de la Salud esta medido por el capitalismo financiero mediante la inserción de las Tecnologías de Informática y Comunicaciones; bajo la concepción de extraer máximas ganancias mayor concentración en los servicios para capitalización de los datos como nuevo valor de la minería promueven la racionalidad del modelo emprendedor
Se pueden obtener datos sobre salud de historias clínicas electrónicas, dispositivos de telemedicina, pruebas clínicas y los dispositivos catalogados como wearables. Esto últimos, hacen referencia a un conjunto de aparatos y dispositivos electrónicos que se incorporan en alguna parte de nuestro cuerpo interactuando de forma continua con la persona, y con otros dispositivos, con la finalidad de realizar alguna función de captura de datos.
Relojes inteligentes o smartwatchs, zapatillas de deportes con GPS incorporado y pulseras que controlan nuestro estado de salud son algunos de los dispositivos TICs que se halla poco a poco más presente en los entornos de Salud. Aportan el valor agregado de registrar, almacenar y transmitir los datos epidemiológicos, los nutricionales y los genómicos, más relacionados con lo que se conoce como Real World Data (RWD) y ser un asistente para la medicina personalizada.
Analizar esa información es tarea de las plataformas de ciencia de datos para los gestores de los centros sanitarios y las políticas públicas en Salud.
La aplicación de técnicas de Big Data permite inferir una capa de inteligencia, en la que resulta de especial relevancia la aplicación de modelos predictivos que ayuden a anticiparse a las necesidades sanitarias y que ofrezcan una atención médica más oportuna en la gestión clínica para predecir cómo utilizar los recursos sanitarios de forma optimizada: frecuencia de asistencia a consultas médicas, ingresos en el hospital, etc. como el tratamiento y la atención al paciente como soporte en la función de medicina personalizada.
La analítica de datos promovida por los tecnocientistas del Sillicon Valley (SV), como Ciencia de Datos, está sostenida por la base conceptual de la matemática operativa cuyos modelos predictivos, cualitativos y cuantitativos datan de 1950-1960 cuando los Estadísticos manipulaban conjuntos discretos de datos para aplicar estos algoritmos.
¿Entonces, que es lo nuevo? presentado como Big Data; es la capacidad de inyectar grandes volúmenes de datos por todos los canales de la red Internet, la enorme capacidad de almacenamiento medida en Petabytes (unidad de almacenamiento de información equivalente a 1015 bytes = 1 000 000 000 000 000 de bytes) y la velocidad desarrollada por los microprocesadores que reducen el tiempo de espera de resultados a la inmediatez. Finalmente, la ciencia de datos realiza el tratamiento mediante la aplicación de los modelos predictivos mencionados.
Un solo objetivo: los datos personales de salud
Los GAFAM (Google/Alphabet, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft) conocidos como “Los dueños de Internet” también se perfilan como los dueños del Big Data para el sector de Salud.
El modelo de negocios, como siempre, es acelerar el proceso de modernización de esta industria mediante la digitalización de sus procesos y servicios, posibilitando la aplicación de ciencia de datos orientada a mercantilizar los servicios y la gestión de la Salud. Modelo Sillicon Valey.
El análisis de los datos, cada vez más sofisticado y caudaloso, requiere de herramientas basadas en software para trabajar el Big Data de Salud.
Corporaciones como Alphabet, Microsoft o Amazon disponen de varios tableros y territorios digitales que les permiten concentrar y analizar conjuntos de datos por especialidad médica de modo de construir una cartografía digital humana.
Tanto Alphabet (Google) como Microsoft cuentan con una infraestructura de almacenamiento y una capacidad analítica global para los servicios del Big Data sanitario. Vetily es la organización de investigación de Alphabet Inc. dedicada al estudio de las ciencias de la vida. Está desarrollando investigaciones en sistemas de biología, nanotecnología e ingeniería de sistemas biomédicos, con aplicaciones potenciales para inmuno-oncología y otras áreas. Integran capacidades experimentales con la biología computacional para respaldar la generación y el análisis de datos en nuestros programas clínicos. Microsoft, por su parte, ha pretendido acercar su Surface a los profesionales de la salud.
Apple también juega en la misma dirección. Sus dispositivos cuentan con múltiples posibilidades, ya sea mediante aplicaciones o complementos, para obtener datos relevantes para el monitoreo de la salud personal. Amazon tiene un importante arsenal de herramientas de analítica de datos, su prioridad es Alexa. El asistente de inteligencia artificial para profesional y pacientes hospitales. Además, la multinacional con su plataforma de comercio y distribución comienza a operar cadenas de productos y bienes médicos.
El proyecto Baseline de la división científica de Alphabet, analizará la genética, el estilo de vida y otros factores que influyen en la salud. Con el apoyo de las universidades de Stanford y Duke trabajaran y de un conjunto de voluntarios de 10 mil personas para producir mediante ciencia de datos, un catálogo de las enfermedades con el tarifario correspondiente a los tratamientos.
La captura de datos se realiza mediante dispositivos y análisis clínicos. Los primeros, los integran el reloj pulsera que supervisa factores como el ritmo cardíaco y el nivel de actividad en forma pasiva. Un sensor que supervisa los hábitos de sueño en forma pasiva. Se suma un pequeño dispositivo central que sirve para cargar los otros dispositivos y enviar sus datos de manera confidencial a una base de datos segura y encriptada propiedad de Alphabet.
El médico del mes…
La economía de plataformas y las redes sociales son uno de los motores de los cambios de las relaciones laborales de los profesionales de la salud y las nuevas relaciones médico paciente. En línea 7 días por 24 hs. disponibles para la consulta vía chat de WhatsApp, para el diagnóstico por imagen por el mismo canal de red, plenario de la comunidad donde sus integrantes califican a profesionales y pacientes. Similar a Uber, Airbnb; las plataformas digitales del sector Salud como Top Doctors con una App para celular permite utilizar los servicios profesionales ofrecidos.
Unos de los impactos fuertes es que los consumidores/ciudadanos de la comunidad califican, al estrilo Mercado Libre, a los profesionales para el Top Doctor Awards 2018. “Sin un sistema que haga de intermediario, tanto los correos electrónicos como la mensajería se llenan de información que la gente comparte sin pudor pero que pueden ser usados por fuentes anónimas con distintos fines”. Los CEOs de estas empresas de salud están convencidos de que su plataforma sirve para “dar poder al paciente; que tenga toda la información necesaria para poder elegir al médico que mejor sepa de sus síntomas y entre en conexión con él de forma segura. Estamos viviendo la revolución digital de la medicina, el paciente 4.0 gestiona o quiere gestionar su salud de forma activa”.
Doctoralia, la plataforma en Argentina con 108.000 profesionales, 11.000 centros de atención y más de 2 millones de usuario/ciudadanos en red da una muestra de un servicio tipo global en más de 19 países con una comunidad que asciende a 3,5 millones de centros médicos y profesionales y 120 millones de usuarios. La competencia de estas plataformas es quedar como única en el mercado para el sector salud; el modelo Uber o Airbnb.
El mercado de la Salud esta medido por el capitalismo financiero mediante la inserción de las Tecnologías de Informática y Comunicaciones; bajo la concepción de extraer máximas ganancias mayor concentración en los servicios para capitalización de los datos como nuevo valor de la minería promueven la racionalidad del modelo emprendedor. La celeridad del desarrollo tecnológico científico estimulado por esta concepción, está reconfigurando ámbitos de práctica profesional y supuesto empoderamiento de los usuarios/ciudadanos accediendo a información de dudosa interpretación. Más temprano que tarde, deberíamos preguntarnos el rol del Estado.
En las últimas décadas, se ha visto que la salud es un área donde el capitalismo obtiene cada vez más beneficios, que hoy igualan o superan a sectores tradicionales como la energía. Puede fecharse esta nueva tendencia en el documento del Banco Mundial “Invertir en Salud” (1993), que parte de la premisa de que el máximo beneficio económico capitalista, coexistiendo con un Estado que lo regule lo menos posible, es automáticamente compatible con la máxima eficiencia sanitaria.
En Argentina, el modelo neoliberal del gobierno de Cambiemos ha creado las condiciones de colonización de los servicios en Salud en todo su contexto y territorio. El aspecto simbólico que representa la eliminación del Ministerio de Salud, así como el de Trabajo y el de Ciencia y Tecnología desnuda el valor que el gobierno actual asigna a estas áreas, reconocidas en la Constitución Nacional como Derechos Humanos. Esta medida, presentada como una política de austeridad aniquila el poder y las capacidades de decisión del órgano rector de la política sanitaria nacional y lo subordina a las recomendaciones del FMI quienes promueven el modelo GAFAM para el sector de Salud.
La elección de políticas de austeridad tiene un trasfondo profundamente ideológico. No hay ningún tipo de evidencia empírica que demuestre la efectividad de estas medidas, menos aún en función de los costos que los pueblos deben pagar durante su implementación. La idea de supremacía del mercado y de los mecanismos meritocráticos, que justifican las desigualdades, no dialogan en ninguna instancia con la de derechos humanos, democracia, solidaridad y justicia social. O sea, no hay políticas de ajuste con reales intenciones de beneficiar a las mayorías, sino una eterna promesa que nunca se cumple efectivamente. La Imposibilidad de que la salud sea un derecho, de que el Estado pueda ser el principal promotor de la salud en el país, de que los trabajadores tengan una referencia para su labor cotidiana, de que haya un actor con fuerza suficiente para imponer controles al mercado evitando la estricta mercantilización de la salud.
La mayoría de los usuarios/ciudadanos internautas estamos sujetos al poder de algoritmos como el PageRank de Google (que clasifica los resultados de nuestras búsquedas) o el EdgeRank de Facebook (que automáticamente decide en qué orden recibimos las novedades en nuestro muro de noticias), Appinions software para medir opiniones, gustos y alimentar el marketing digital, entre otros algoritmos que modulan nuestra relación con los datos y con los dispositivos digitales.
El filósofo italiano, Franco “Bifo” Berardi en su libro Fenomenología del fin, sensibilidad y mutación conectiva sostiene: “La red global de automatismos algorítmicos que ha penetrado en la esfera del capitalismo financiero es un intento por cartografiar y someter el general intellect. Puede que este intento tenga éxito, en la medida en que aquel pueda ser reducido a un sistema de funciones operativas, implicaciones lógicas e interacciones tecnológicas. Por el contrario, puede que no tenga éxito, ya que el general intellect posee un cuerpo, que es el cuerpo de incontables trabajadores cognitivos que viven bajo condiciones de precariedad salarial, competencia estresante, explotación e hiperestimulación nerviosa. Aquí reside el punto débil de la matrix, aquí se halla la única salida del proceso de dominación total del cerebro social, del neurototalitarismo que se percibe hoy en día como una fatal e inminente posibilidad”.
Los ciudadanos somos la “inteligencia colectiva”, somos el motor de producción de conocimiento y sensibilidad condiciones enajenables para poner en cuestión el modelo por ahora triunfador del tecno capitalismo; cuidar nuestra Salud es ocuparnos de no ser sometidos a la “anestesia total”.
– En agradecimiento a Mirta Zelcer licenciada en Sicología por haberme presentado a “Bifo”.
* Computador Científico. Delegado FOETRA ARSAT. Profesor TICs UNM
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