Prontuario gazatí
Por Nònimo Lustre
La revista científica Nature cuenta un caso espeluznante: Michael Eisen, genetista de la Universidad de California en Berkeley y editor jefe de la prestigiosa revista eLife, fue despedido el 23.octubre por los amos de eLife acusado de haber retuiteado una corta gacetilla satírica que parecía retratar el desdén con el que un Occidente cómplice observaba el actual genocidio de Palestina. Así decía la gacetilla de marras: “En la ciudad de Gaza, un palestino moribundo pedía auxilio en lugar de etiquetar a Hamás como una organización terrorista mientras que otro colgaba un video que demostraba el salvajismo de un cadáver palestino que se negaba a descalificar a Hamás incluso cuando sus huesos estaban siendo pateados” (The Onion, Dying Gazans Criticized For Not Using Last Words To Condemn Hamas, 13.X.2023) Eisen es judío y tiene familia en Israel pero, precisamente por estas circunstancias personales, defendió su postura en X (antes Twitter) manifestando que el artículo de The Onion tenía más “coraje, perspicacia y claridad moral” que los líderes de todas las instituciones académicas juntas.
Que un científico sea despedido por haber retuiteado una ironía sobre la actual matanza de gazatíes, revela muchas enseñanzas y ninguna buena. Obviamente, indica que el sionismo furibundamente islamófobo domina la difusión de la Ciencia, los medios de comunicación occidentales y, con igual contundencia, indica que la Naqba 2023 se desarrolla ante la criminal complicidad de un Occidente moralmente hemipléjico que, pese a disponer de agencias que informan sobre Gaza desde otros puntos de vista, no consulta otras fuentes que las sionistas -igual que ocurre con la guerra/invasión de Ucrania, cuya información para la plebe europea es escandalosamente rusófoba.
Un Estado castista
Como escribimos al comienzo de esta Segunda Naqba (*) Israel es un estado teocrático, patriarcal y militar –“añadir racista y genocida sería redundante”, decíamos entonces- que completa un largo etcétera. Hoy, vista su manipulación de la Ciencia, debemos añadir que también es un Estado irracional, esotérico y misógino. Pero, sobre todo, es un seudo-Estado subalterno a EEUU y UE que, para colmo, no es siquiera un constructo clasista -todos los Estados lo son- sino, más aún, está ‘articulado’ por castas bastante impermeables entre sí. Así pues, es también un Estado castista, como India y la Europa anterior a la Revolución Francesa. Está regido por unas pocas castas dominantes unidas por el judaísmo a cuyo servicio están otras castas inferiores jerarquizadas en sus privilegios que se subdividen en: a) una infinidad de subcastas -sefardí, mizrahim, Sabra, etc.-, todas ellas esclavizadas por la casta ashkenazi. b) unas castas intermedias: drusos, los llamados “árabes israelíes”, los cristianos, etc. 2ª) una rama de parias intocables compuesta por palestinos, beduinos, gitanos… y activistas de los Derechos Humanos -éstos últimos, siempre denigrados por ‘antisemitas’, concepto pasado de moda que sólo se mantiene para oscurecer la rampante islamofobia. Naturalmente, un Estado así sólo podía optar por implantar un régimen de apartheid. Ejemplos a su exterior: Israel fue el mejor amigo del régimen racista de Sudáfrica, de la peor África en su conjunto, de los mercenarios que han hundido en la agonía a Mozambique y Sudán y, por extraño que parezca, hasta de los talibanes afganos.
Siglo XIX: ¿sabra, fedayín, filisteo, árabe o palestino?
Los judíos nacidos en Israel, los Sabra, son un caso liminar de la grotesca y hasta perogrullesca manipulación de la identidad étnica que Tel Aviv vomita desde hace décadas. Aunque durante los primeros años del Estado de Israel los Sabra estuvieron segregados como casta inferior, supone el Gran Poder israelí que son más indígenas que los palestinos, los árabes e incluso llegan al disparate de considerarlos más israelíes que los Beduinos, perseguidos inmisericordemente por el pertinaz Tsahal.
Como, si los hubo a principios del siglo XIX serían poquísimos, digamos que fueron los hebreo-hablantes nacidos antes de la invención del actual Israel (1948) Eran los hijos de los inmigrantes (olim) de la primera aliyá que salió de Rumania en 1881, se autodenominaron etrogim y se asentaron en aldeas financiadas por el magnate Edmond James de Rothschild -al que, no sólo por sus cartas con lord Balfour, bien podríamos considerar el Primer Padre de Israel. Sin embargo, su perfil ciudadano cambió radicalmente cuando sabra pasó a denominar cualquier persona nacida en Israel. Desde 1948, han nacido literalmente millones de manera que hoy suponen el 80% de la población. Por favor, conozcamos su historia y no la confusa etnohistoria pregonada desde Tel Aviv. No los confundamos con los escasos miles de olim que in illo tempore llegaron de Rumania. Y no confundamos el modelo de mezcolanza del que presume EEUU -su melting pot– con el rígido modelo teocrático-militar que preconiza Israel.
Otrosí, además de la confusión sabra, otra medida de la artificiosidad de la identidad nacional israelí, mucho más utilitariamente político-militar que genealógica o étnica, un curioso proyecto nunca finalizado, demuestra que Israel está geográficamente donde está -vigilando a los restos del Imperio Otomano desde su portaaviones de piedra-, por motivos que no tienen nada que ver ni con el Holocausto ni con una elusiva identidad aborigen de la que sólo podrían presumir los Beduinos y los Palestinos. Nos referiremos brevemente al intento decimonónico de encontrar una patria física para el pueblo errante. Como es relativamente conocido, por casualidades varias no están en Madagascar ni en otras geografías exóticas. A saber, según girara la veleta de especuladores ávidos de inversiones exóticas como los banqueros Rotshchild & Co., podrían estar en países tan judíos como un oblast ruso, la Uganda británica, la gringa Ararat City, la Etiopía conquistada por Mussolini e incluso en Japón -al menos, así lo propalaron en 1979 unos pocos arbitristas que, seguramente, no hablaban japonés, yidish ni el judezno sefardí. Sea como fuere, una última demostración de la falsedad del mito de que Israel se originó en el Holocausto se visualiza en un dato: durante el auge del nazismo, entre 1933 y 1939, cuando ya era notorio que Hitler quería exterminar a los judíos, sólo emigraron a Israel unos 60.000 judíos que habitaban en el III Reich.
Seguramente, en la raíz de la (artificiosa) creación de la antes mencionada variedad de castas, está la heterogeneidad de la población dizque ‘judía’ que ahora habita en Israel. Los ashkenazi ascienden al 70% del total pero genéticamente hablando, tienen muy poco parentesco con sus dizque ‘parientes’ del Oriente Próximo puesto que, según Nature Communications, la susodicha casta hegemónica nació en la Europa prehistórica, no en Levante -de ello se desprenden muchas confusiones y muchas apropiaciones indebidas del imaginario hebreo; por ejemplo, no es ‘judía’ la máxima regla del Talión (ojo por ojo, etc) sino que, hacia 1750 ane, se materializó en el Código de Hammurabi.
Un estado terrorista de nacimiento
Cada facción sionista arrimará el ascua a su sardina pero aquí sostenemos que el moderno Israel nació gracias al terrorismo de algunos inmigrantes judíos. Entre ellos, además de los LEJI (cf. infra, en este mismo parágrafo), los confabulados en el Irgún -abreviatura de HaIrgun HaTzva’i HaLe’umi BeEretz Yisra’el. Al principio de la Segunda Guerra Mundial, el Irgún se unió a las tropas británicas peleando a su lado como Brigada Judía. Pero, al finalizar la IIWW, comenzaron a exigir más. Todavía no sabían que el Imperio Británico es más de predicar que de dar trigo. Pero lo aprendieron pronto y, al percatarse, su prepotente vesania llegó a la cúspide de la entonces flamante ONU: Folke Bernadotte, conde de Wisborg (1895-Jerusalén 1948), Secretario General de la ONU, fue asesinado por un comando de cuatro terroristas judíos porque no les daba el oro y el moro -literalmente. Y no satisfechos con acribillarle en una carretera, también asesinaron a Sérot, su delegado para la Mandatory Palestine. Pero ni con eso se conformó Israel: 13 años después, alguien asesinó al siguiente Sec. Gral., Dag Hammarskjöld (1905-1961) quien no estaba en Palestina sino intentando ‘mediar’ en Katanga-Congo. Ahora bien, el accidente aéreo que le mató ocurrió en ‘extrañas circunstancias’ y, naturalmente, las sospechas cayeron de lleno en los comandos israelíes. Con semejantes antecedentes, pocos se extrañaron de que Netanyahu haya roto relaciones con la ONU. Por nuestra parte, recomendaríamos al actual Sec. Gral, António Guterres, que tenga la mejor escolta.
La lectura de los Libros Sagrados (Torá, Viejo Testamento, Corán, Constituciones, los BOE, boletines oficiales de los Estados), es muy peligrosa para la salud mental. En nuestro primer ensayito sobre Gaza (cf. infra (*), especulamos que los sionistas creen ahora que los palestinos son herederos de los egipcios, de ahí que les asesinen con las Diez Plagas. De ahí que sostengan que sólo sobrevivirán mediante el uso del terrorismo militar. Ejemplo de que hoy no especulamos sino que aportamos datos: hace bastantes años, escribimos una Carta Abierta al embajador de Israel en España. Le decíamos: “En 1940, en pleno Holocausto, los sionistas fundaron el Leji, una banda de ‘patriotas’ criminales -todas lo son- que preconizaba la fundación de un Israel del Nilo al Eúfrates y que mantuvo alianzas con el Eje nazi-fascista. En cuanto a la hipotética excepcionalidad de las alianzas nazi-sionistas del Leji, ¿qué nos dice, señor embajador, de Rudolf Kastner? ¿Es cierto que Kastner, vicepresidente del sionismo, negoció con el mismísimo Eichmann que 1.685 sionistas de élite marcharían a Palestina a cambio de que 470.000 judíos de la masa húngara marcharan dócilmente a los campos de exterminio? Pero si aquél trato fue a la desesperada, tratando de salvar al menos a unos cuantos cientos de judíos, entonces ¿cómo nos explica que, años después, la Corte Suprema de Israel santificara la memoria de Kastner con el argumento de que “los judíos húngaros eran una rama muerta”?
En tal caso, olvidando el decisivo papel del Irgún & Co., ¿cuándo debemos ubicar el nacimiento de Israel? Respuesta sintética y urgente: a finales del siglo XIX, cuando la primera Aliyá, mucho antes del Holocausto. Por cierto, hemos de repetir la situación actual de los sobrevivientes de la Shoah y lo hacemos in extenso para ajustar a su verdadera dimensión el principal embuste que sustenta las crueldades de Israel: “Una sugerencia: los colonos, mejor gastarían sus energías no en asesinar a palestinos -su principal actividad hasta la fecha- sino en atender a los casi 150.000 sobrevivientes, 60% mujeres, del Holocausto/Shoah. El más joven tiene 76 años y el 21% (31.000) tienen 90 o 100 años. Pese a la desaforada utilización de estos ancianos por parte de la propaganda sionista, uno de cada tres vive debajo del nivel de la pobreza” (cf. infra, Tras el genocidio, Gaza muta en cubil de víboras)
En cualquier caso demográfico-migratorio, genuinamente étnico o impostadamente sionista, consultemos las dos clases de demografías al uso: Datos demográficos generales: en la década de los 1880’s, Su primera inmigración al viejo Canaán/moderna Tierra Prometida, su Aliá o Aliyot, se había producido en 1882-1903; la segunda en 1904-1914; la tercera, en 1919-1923, la cuarta entre 1924-1928 y la quinta entre 1929 y 1939. En resumen: al caer el Imperio Otomano tras su derrota en la Primera Guerra Mundial, los judíos asentados en Palestina sólo llegaban al 10% de la población total.
Datos demográficos oficiales de los sionistas: si nos perdonamos por mor de nuestra innata credulidad, la población de Palestina en el siglo I, era de ¡2,5 millones de almas! (¿), de 400.000 dizque judíos en el siglo VII y de 7.000 a principios del siglo XIX. En 1936, salta a 400.000. y, finalmente, entre 1947 y 1949, ya ascendía a más de un millón -¿contando sólo a los judíos?, ¿negando la existencia de las castas inferiores? Obviamente, la escurridiza demografía sionista no cuenta el millón que asesinó o expulsó durante la primera Naqba.
Hamás es un gobierno autonómico
El principal propósito de estas notas es subrayar con mayúsculas que Hamás es un partido político que ganó abrumadoramente las últimas elecciones que pudieron hacer los gazatíes. Por tanto, como corresponde a la ortodoxia política occidental, domina el Congreso de Gaza y, por ende, la Franja entera. Le guste o disguste a quien quiera, Hamás es Gaza -leí que “distinguir a Hamás entre los gazatíes es como buscar una aguja en un mar de alfileres”. Comprendemos que es un argumento débil porque los gazatíes, masacrados a toda hora, no están para responder a los periodistas pero, durante el mes largo que los media (des)informan sobre la Naqba 2023, ¿hemos visto a algún gazatí arremeter contra su gobierno de Hamás? No, grave despiste de los media que mañana se percatarán de que están desaprovechando un activo propagandístico -lo cual no significa que todos los gazatíes militaran ayer o militen hoy en Hamás.
Mientras nos arrepentimos de regalar ideas a Pedro Botero, remachemos por enésima vez que la Naqba 2023 no es sólo el genocidio más canalla de este siglo XXI (mayor que otras matanzas, léase como la sufrida por los Rohingya de Myanmar/Bangladesh), sino, peor todavía, significa la destrucción premeditada del ensayo por imitar la ortodoxia dizque democrática à la occidental llevado a cabo en heroicas condiciones por un pueblo infinitamente más semita que sus genocidas, los semitas judaicos. Sabemos que es inútil remarcar que los canallescos media jamás reconocerán este hecho y no nos preocupa porque semitismo y antisemitismo son vocablos de escasísimo sentido en este siglo XXI -es mejor olvidar el uso fisiognómico-genético-histórico de una etiqueta que sólo sirve al fascismo contra-científico.
La venganza de Israel según Aníbal
Poco sabemos del desarrollo del ataque de los comandos de Hamás a los micro-cuarteles (nombre oficial: kibbutzim) que sitiaban a la Franja. A toda hora, el IDF (fuerzas israelíes de defensa) nos bombardea con su propaganda pero el Tsahal -como cualquier otro ejército-, sería la última fuente de información a la que recurriríamos. De hecho, sólo sabemos que la Batalla de los Kibbutzim (sábado 07.X.2023) duró más de 6 horas y sólo terminó cuando los tanques merkava rescataron a sus habitantes. Demasiado tiempo para los conspiranoicos -gremio que rara vez tiene pruebas incontestables- que ven la garra de Netanyahu en la insólita tardanza en auxiliar a los kibbutzniks -armados hasta los dientes como corresponde a su condición como centinelas en la primera trinchera.
Antecedentes: Según contaba en Counterpunch Jonathan Cook -republicado por loquesomos.org-, “Israel tiene una política de larga data de tratar de evitar que los soldados israelíes sean tomados cautivos – principalmente, debido al alto precio que la sociedad israelí insiste en pagar para garantizar que los soldados sean devueltos. Durante décadas, el Tsahal se rige por la llamada Directiva Aníbal que, desde 1986, ordena a sus soldaditos que maten a sus compañeros antes que permitir que los tomen cautivos. Por la misma razón, Hamás gasta una gran cantidad de energía en tratar de encontrar formas innovadoras de apoderarse de soldados.” Esta Directiva (huelga añadir secreta y negada ante los medios) surgió tras el Acuerdo de Jibril, por el que Israel intercambió 1.150 prisioneros palestinos por tres soldados israelíes.
Para evitar tener que implementar la Directiva Aníbal, el 07-Octubre, los mandos israelíes ordenaron disparar contra su propios cuarteles desbordadas a los helicópteros de ataque. Y, en efeto, los disciplinados helicópteros dispararon indiscriminadamente, a pesar del riesgo que suponía para los soldados israelíes que seguían con vida en las bases. La de Israel fue una política de tierra quemada para impedir que Hamás lograra sus objetivos. Eso puede explicar, en parte, la gran proporción de soldados israelíes entre los 1.300 muertos de aquel día.
Item más, un Informe publicado en Haaretz señalaba que el ejército israelí se vio “obligado a solicitar un ataque aéreo” contra su propia base en el cruce de Erez hacia Gaza “para repeler a los terroristas” que habían tomado el control. En ese momento, la base estaba llena de funcionarios y soldados de la Administración Civil israelí.
Asimismo, Yasmin Porat, judía presente en el festival de música Nova, huyó al kibbutz Be’eri y confirmó “sin duda alguna” que el ejército mató en esa ocasión a muchos judíos “no combatientes. Eliminaron a todos, incluidos los rehenes”. Porat fue hecha prisionera pero, de su breve cautiverio, declara que “No abusaron de nosotros. Nos trataron con mucha humanidad… Nadie nos trató con violencia. El objetivo era secuestrarnos para llevarnos a Gaza, no asesinarnos”. Y no solamente les bombardearon desde los helicópteros Apache sino también dispararon los merkava contra casas donde vivían los kibbutzniks. En el mismo Be’eri, “las típicas casas pequeñas [habían sido] bombardeadas o destruidas… y los jardines bien cuidados [estaban] destrozados por las orugas de los vehículos blindados” (según el medio i24) Léase, la Directiva Aníbal no distinguió entre soldados del IDF y reservistas en los kibbutzim. Incluso buena parte de los que escapaban en coches del festival fueron destruidos por el Tshal. Hasta se sabe por infinidad de videos israelíes cómo los soldados “profanaban los cadáveres de los milicianos de Hamás: los desnudaban, orinaban sobre ellos y mutilaban sus cuerpos”. Arrojar sus cuerpos a un contenedor es parte de su política de facto de maltrato a los cadáveres.
Todo ello y más era de prever y así está reflejado en los viejos y nuevos Informes de Max Blumenthal, periodista gringo-bueno y editor de The GrayZone (cf. Alter Net y M.B., 02.IX. 2014) Leyéndolos, nos preguntamos, ¿cómo se conjugan estas anibalidades con el derecho internacional humanitario?
Imposible dirán. Pero no para Asa Kasher, co-autor de la sangrienta Directiva, académico de pro y consultor del Tsahal en materia de derechos humanos (¡) Es decir, que los soldados y aviadores y tanquistas matan pero la extraña Academia de Tel Aviv, los perdona. ¿Será porque mueren bendecidos por fuego amigo, FA? FA es un fenómeno frecuente en cualquier guerra pero sólo Israel se atreve a ignorarlo y hasta llega a racionalizarlo (sobre FA, cf. Antonio Pérez. 2014. “La teoría del enjambre: Un caso de hiper-modernismo militar”, en Estudios nº 4, pp. 84-96. ISSN 2254-4577)Atardecer boreal del 13.XI.2023: el afamado batallón Golani del Tsahal, despliega su pendón (amarillo y verde, a la izqda. de la imagen) en el Parlamento de Gaza humillando, de paso, la sede de la soberanía popular del pueblo gazatí. Esta foto sido poco reproducida, seguramente porque es un manifiesto gráfico manifiestamente golpista.
Los golanis son la punta de lanza del Tshal cuando toca asesinar e invadir -en 2020, el diario israelí Haaretz (poco sionista) finalmente pudo informar que los golanis habían torturado en Nablus a muchos palestinos inermes, crimen que escondieron sus mandos y que el citado diario no pudo publicar hasta dos años después de la matanza.
Mismos soldados golanis presumiendo de haber conquistado el cuartel general de la de la policía gazatí. Sin embargo, aunque tenían tanques y orugas acorazadas (APCs), fueron vapuleados por Hamás en su razzia del 07 octubre puesto que sufrieron 72 bajas mortales -muchos en su cuartel general de Nathal Oz- y un número indeterminado fueron hechos prisioneros y ahora son rehenes. Si somos tan cándidos como para creer al Tsahal, creyeron los gloriosos golani que Hamás atacaría un solo kibutz fronterizo… pero fueron 29 los kibbutzim atacados desde toyotas, motos y hasta parapentes
Sin datos (neo)armamentísticos
Ya dijimos en los ensayitos anteriores (cf. infra, final) que los Aliados (USA+UE) utilizan las guerras sionistas para ensayar nuevas armas. Por ello, estamos algo perplejos maliciando que, en esta segunda Naqba, Israel no parece estar usando bombas de racimo -esas cluster bombs que, en contra de la legislación internacional, Joe Biden ha enviado a su faldero Zelensky. De ser así, se reforzaría la sospecha de que, como han declarado varios ministros de Netanyahu, ya están adjudicando lotes de tierra gazatí a sus futuros ‘propietarios’, los colonos y los ultraortodoxos -los colectivos más dañinos para la Humanidad. En el diseño de su Restauración, las previsiones para aquella tierra -seguramente inspiradas en el caso de Irak- dispararían su presupuesto si tuvieran que limpiarlas de las bombitas enracimadas.
Para nosotros, el uso contra la Franja del fósforo blanco es otro caso peliagudo. Lo usa el Tsahal pero no masivamente. ¿Será porque sabe que su futura eliminación sería bastante costosa? Aunque los encargados de limpiarlo serían los esclavos gazatíes que Tel Aviv enrole, una cosa es recolectar las bolas de rodamientos -letales pero inertes- que dejan sembradas las cluster y otra muy diferente, limpiar una contaminación químico-fosfórica que, dependiendo de los vientos, podría llegar a todo Israel.
Item más, si sabemos poco de las armas genocidas -de su hardware-, menos sabemos del ritmo y método que están usando los genocidas para intensificar su venganza -su software. Por ejemplo, ¿están bombardeando la Franja en alfombra o siguen un orden de prioridades individuales preestablecidas? Dicho en plata, cuando un piloto aéreo ve unas ambulancias, ¿sabe por su protocolo secreto que debe bombardearlas o sus altos mandos han dejado este minúsculo detalle al arbitrio de cada asesino munido con paracaídas?
Nunca lo podremos probar pero es posible que la continua declaración de Biden exigiendo a Tel Aviv que “no ocupe toda la Franja”, esté detrás de estas peculiaridades de la otrora sempiterna experimentación con nuevas armas, hoy gran negocio de los fabricantes de la muerte, especialmente las fabricadas por BAE Systems y por los submarinos nucleares que General Dynamics ensaya en Connecticut.
Coda asiática
Uno de los apólogos más ingeniosos y más conocidos en Asia es la fábula de los ciegos que tocan a un elefante y deciden a qué se parece. Según sus innumerables versiones, unas veces los ciegos son tres y en otras, son seis. Resumiendo ésta última variante, cualquier enciclopedia nos informa que: “El ciego que tocó la pata dijo que el elefante era como un pilar; el que tocó su cola dijo que el elefante era una cuerda; el que tocó su trompa dijo que era como la rama de un árbol; el que tocó la oreja dijo que era como un abanico; el que tocó su panza dijo que era como una pared; y el que tocó el colmillo dijo que el elefante era como un cañón sólido”
Pues bien, a nuestro parescer, Tel Aviv cree que los palestinos son un elefante salvaje que debe ser exterminado. Mientras, su Amo (los EEUU) cree que sólo son una rama a podar; a su vez, los chupatintas y mercaderes de Bruselas temen que sea simplemente una pared parecida a esas que paga con humanitarios fondos europeos para que Israel las bombardee a placer. Y España musita que son una cuerda o quizá un abanico, ya lo decidirá su sector numismático-textil cuando le llegue la consigna de Washington.
Ahora bien, por mucho que Occidente sea repulsivamente disneyano, no todos los elefantes son el ‘adorable Dumbo’. También son mano de obra esclavizada y, por ende, sujeta a la legislación laboral -léase, al ahorcamiento en directo o en diferido. Ejemplo con foto: Mary, una elefanta que trabajaba desde hacía años en un circo, mató a un empleado del circo y por ese crimen ¿laboral? fue ahorcada con la ayuda de una grúa. Según un diario local, Mary “golpeó con su trompa sobre el cuerpo de Eldrige [el ayudante de su domador], elevándolo 10 pies en el aire… Y con la fuerza de su furia animal hundió su gigante colmillo enteramente a través de su cuerpo.” Crónica asaz tremebunda pero, ¿gigante colmillo? Precisemos: si Mary era de origen africano, el plumilla debería saber que las hembras de esa subespecie tienen unos colmillos muy pequeños. Y, si era asiática, entonces lisamente carecía de colmillos.
Todo ello, a los sionistas les trae sin cuidiao. Ellos sólo entienden de genocidios por lo que sólo conocen un final para la fábula: el ahorcamiento de Mary –“mujer tenía que ser”. Ya lo está ejecutando en Gaza y lo ejecutará mañana en Cisjordania, no artesanalmente como hoy con sólo centenas de asesinados, sino industrialmente, como en Badajoz o en Birkenau.
Ejecución de Mary, la elefanta asesina
(13.IX.1916, Unicoi County, Tennessee, USA)
(*) Este es nuestro cuarto micro-ensayo sobre el actual genocidio de los gazatíes (unas 4.000 palabras) Los tres anteriores pueden consultarse en loquesomos.org:
• Motín en el mayor corredor de la muerte (2.700 palabras)
• Tras el genocidio, Gaza muta en cubil de víboras (2.200 palabras que podrían haber sido subtituladas con los conocidos versos de A. Machado: “Viví, dormí, soñé y hasta he creado / -pensó Martín, ya turbia la pupila- / un hombre que vigila el sueño, / algo mejor que lo soñado”).
• Souvenires de la antigua Gaza (1.800 palabras)
– Fotografía de portada: El 07 octubre, algún golani que protegía los kibbutzim de la valla contra Gaza, se quedó sin su juguete preferido… Tres familias de los -golani o sin pedigree- que fueron derrotados ese día, han urgido a los médicos que agilicen un procedimiento para conservar sus respectivas espermas. Esas tres familias ‘pioneras’, han sido seguidas por un número que la censura sólo nos deja decir que es “indeterminado”.
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Mucho me temo que el fin de palestina está llegando. Occidente y la mayoría de países árabes o apuestan por ello o se lavan las manos con su inmovilismo ante el genocidio y desplazamiento forzoso de l@s gazaties( luego les tocará a Cisjordania, o bien irse o ser ciudadan@s sin derechos de Israel). Ahora se ve nítido lo que ya era antes claro. Israel está forzando a la población gazati a morir de hambre o asesinada o a irse de Gaza. Y es algo que nadie va a evitar. Ni siquiera los más aliados de ell@s como hezbola o irán ya que se exponen a una masacre solar( ya dijo el psicópata de ministro de defensa israelí: ” lo que estamos haciendo en Gaza lo podemos hacer en Beirut” . Y est@s genocidas son capaces de usar armas nucleares contra quien se revele a sus macabras intenciones( ya usan bombas de fósforo y de uranio empobrecido…. Con total impunidad). Hay que luchar hasta el final, ya sabes, ” prefiero morir de pie que vivir de rodillas” . Suerte palestina , con vosotr@s hasta el final, que sea la victoria.