¿Quién es Abdullah Öcalan? intercambio entre internacionalistas
Por C.I.R.*. LQSomos.
Ayer, 15 de febrero, se cumplieron 24 años de la detención de Abdullah Öcalan, con la complicidad de multitud de países occidentales, hemos querido compartir entre los internacionalistas algunas reflexiones sobre él
Al igual que muchos internacionalistas que luchan junto al movimiento revolucionario en el Kurdistán, hemos tenido y seguimos teniendo diferentes posturas respecto a Abdullah Öcalan, el líder encarcelado del PKK. La mayoría de nosotros descubrimos a Serok Apo en manifestaciones o en el salón de una familia kurda sin entender quién es ni qué representa.
Para los no kurdos, esto se ha traducido a menudo en un rechazo de lo que representa el retrato de un hombre con bigote sobre una bandera. Nuestras reacciones se derivan de las experiencias históricas de Occidente y de nuestra formación ideológica liberal y profundamente contra-revolucionaria, lo que nos provoca una especie de reflejo ideológico. Vacilamos entre la arrogancia de la izquierda occidental y el dogma antiautoritario del tipo: “Hay que estar muy atrasado para necesitar un líder y dedicarle un culto a la personalidad”. El tipo de reflexiones que nos hemos cuidado de no expresar verbalmente para preservar nuestra imagen de militantes “buenos en todos los sentidos”. Resulta incomprensible para los izquierdistas occidentales entender el papel, la función o incluso la utilidad de este hombre. Y a algunos de nosotros nos llevó mucho tiempo reconsiderar finalmente el papel de Abdullah Öcalan bajo una luz diferente.
Cuando uno está implicado en la lucha por el Kurdistán y/o en el movimiento revolucionario del Kurdistán, al cabo de un tiempo es imposible negar la importancia de Serokati. E incluso si en algunos países está simplemente prohibido hablar de él o mostrar su foto (como por ejemplo en Turquía o Alemania), la realidad de su contribución a la revolución es innegable. El lugar que ocupa en el corazón de los kurdos y de los revolucionarios del Kurdistán impone respeto e incluso despierta cierta curiosidad. Más allá de aceptar simplemente la realidad del papel unificador que desempeña como líder del pueblo kurdo, hemos querido hablar juntos de lo que Abdullah Öcalan ha aportado a los movimientos revolucionarios y a la humanidad en su conjunto.
La organización del movimiento revolucionario kurdo, (que lleva más de 40 años resistiendo a la OTAN y a los poderes dictatoriales de Oriente Medio) es un ejemplo para todos los movimientos, partidos y guerrillas del mundo. Un ejemplo necesario tras el hundimiento de las grandes utopías del siglo XX. Un ejemplo que demuestra que todavía es posible resistir al capitalismo globalizado, mantener en jaque a las grandes potencias imperialistas, e incluso que es posible derrotar al Leviatán, para construir un mundo mejor.
Pero también, y esto se olvida a menudo, en definir y poner en práctica lo que es una vida justa, digna y democrática. Sus esfuerzos de toda la vida por educarse y librarse de la mentalidad liberal, patriarcal, etc. son hoy uno de los únicos ejemplos concretos de lo que es una vida justa y libre. Ha formado a miles de personas y ha dado las herramientas a miles más para vivir libres. Su redefinición de la vanguardia revolucionaria y la aplicación de su energía revolucionaria dan resultados que pueden parecer imposibles para los activistas occidentales acostumbrados al derrotismo crónico de la izquierda revolucionaria. Al insistir en la personalidad revolucionaria, ha permitido el surgimiento de toda una generación de activistas que pueden vivir de acuerdo con sus principios al tiempo que son capaces de superar los obstáculos de la lucha. Como mencionó un camarada en la discusión previa a la redacción de este texto: “Hoy, gracias a Öcalan, los objetivos personales de mi vida están en consonancia con el bien de mi pueblo (los kurdos), los objetivos de nuestro movimiento y, por extensión, el progreso de nuestro mundo”.
Öcalan nos reconcilió con la idea de amar nuestra tierra, amar nuestras culturas y, en definitiva, amar la vida. Y ésta es la razón por la que imperialistas, explotadores y fascistas se han conjurado para acallar la voz de la esperanza. Kurdistán está hoy en el centro del juego imperialista, luchar por la libertad en Kurdistán es luchar por la libertad de la humanidad. La liberación física de Abdullah Öcalan es la libertad de la humanidad. Porque a través de su historia representa la realidad del pueblo kurdo pero también de todos los pueblos colonizados. Porque representa a todos los que han luchado, luchan y lucharán. Para todos los que estamos hoy en Rojava, es necesario mirar seriamente la vida de Abdullah Ocalan para empezar a entender quién es y qué simboliza.
E incluso si algunos de nosotros no vemos su liberación como algo posible, sigue siendo necesario asumir nuestras responsabilidades. Conocer a Reber Apo en sus éxitos y fracasos, estudiar su pensamiento e inspirarnos en su práctica es sin duda el mejor homenaje que podemos rendirle. También es nuestra responsabilidad establecer la conexión entre el mundo y el Medio Oriente, crear puentes entre el Kurdistán y todos los futuros revolucionarios. Nos corresponde criticar nuestras prácticas políticas en Occidente y redefinir nuestro enfoque de la lucha y los sacrificios que implica la construcción de un mundo mejor y una vida digna.
Nos corresponde afirmar al mundo que la revolución en Rojavâ y Kurdistán no puede separarse del liderazgo de Abdullah Öcalan y el PKK. Depende de nosotros decir: “Abdullah Öcalan es un líder revolucionario para toda la humanidad”.
Es responsabilidad de todos nosotros luchar por la libertad de Abdullah Öcalan, desde Rojavâ, desde Asia, desde Abya Yala, desde Europa y desde todo el mundo: ¡Exigimos su liberación ya!
* Comuna Internacionalista de Rojava
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