Quiero ser griego
Iñaki Alrui. LQSomos. Julio 2015
“Ante este ultimátum y chantaje,
os convoco para que decidáis de forma soberana”
Alexis Tsipras
Los informativos disparan desde la caja tonta y rezuman el miedo impuesto: personas desesperadas porque no venden, porque no compran, porque no pueden sacar al día más de 60 euros. El sistema funciona, todos los engranajes de la dictadura europea se han puesto en marcha: ¡nosotros o el caos!
Y yo voy y ahora mismo me da por ser griego, quiero nacionalizarme heleno, quiero vivir la oportunidad por una vez en mi vida de que me consulten, de poder opinar. Porque en el país en el que vivo cambian en 48 horas la Constitución para no consultarme, y lo que es peor para robarme dignidad, soberanía y vida.
Yo quiero soñar, pensar con otra lógica, otro lenguaje y otros intereses, defender la utopía, vivir y ser partícipe de otro mundo posible. Aunque suene a pijo-progre, lo quiero. Y preferiría el caos, si fuese la única alternativa, lo escogería antes que esta inmensa prisión en la que la única democracia que practico es la de elegir a mis carceleros, la democracia del capitalismo, la dictadura feroz e implacable de la codicia y el dinero.
Grecia, cuna de la democracia, patria de la filosofía, fundadora del Mediterráneo como espacio de civilización… Quiero ser griego. El último referéndum que tuvieron fue para decidir entre monarquía y república. El último que yo recuerdo aquí fue para aceptar o rechazar la entrada en la OTAN… y nos comimos el truco del Felipe-trilero.
Sarcásticamente, cada rescate ha hecho más imposible pagar la deuda. Su efecto ha sido aumentarla, no disminuirla, hasta llegar al actual 175% del PIB. Los rescates (cuyo primer interés radica en calmar la voracidad de los acreedores), acompañados de las medidas de austeridad, tienen un resultado claro: en estos años los trabajador@s grieg@s han visto la disminución a la mitad de sus salarios y pensiones, más de 350.000 empresas han cerrado, el paro juvenil supera el 60%, el PIB se ha reducido al 25%, y, como en otros países cuyo nombre no quiero mentar, están sometidos a una constante emigración masiva de jóvenes. Otro dato que nunca menciona la Comisión Europea y que para los ministros de finanzas es indiferente: 3.000 suicidios documentados, seguramente sean muchísimos más.
Apago los (des)informativos y estoy convencido de que existen griegos valientes, dignos, que no admiten que su destino lo marquen desde despachos a miles de kilómetros de su país. Hay griegos que quieren defender su patria, su futuro, su vida.
Escucho que es delito jubilarse con 62 años, o con 52, que es delito tener un IVA bajo, es delito una pensión digna… y lo oigo de la voz de los organismos que nos están ahogando, de personajes que hablan de austeridad, como la señora Lagarde, con un salario anual neto de 324.000 euros. (Cualquier comisario de la Comisión Europea tiene unos ingreso al mes de más de 20.600 euros.) ¡Qué fácil es hablar de austeridad desde sus sueldos indecentes y su vida de despilfarro!
Menos del 10% del dinero del supuesto “rescate” llegó al gobierno griego para cubrir gastos. El resto fue para los buitres, las corporaciones financieras. ¿Cómo lo llamamos timo, estafa? Todo es ingeniería financiera o, mejor dicho, capitalismo salvaje. (Lo de salvaje no es una circunstancia eventual, sino un rasgo esencial. O es salvaje o no es.)
Un compañero me dice que ojalá pudiera sacar del banco 60 euros todos los días, otro me muestra el miedo económico a la jubilación, otros trabajan sólo unas míseras horas, o por días, otros no trabajan… Esa es la España donde vivo, la “europea”, la del desarrollo económico, la de la “única política posible”. No la quiero. Y no quiero recuperar los 559 euros que dicen que nos tiene que dar Grecia a cada ciudadano de a pie del reino de Españistán. Nunca los vería ni de una manera, ni de otra. Lo que me encantaría recuperar son los 1.800 euros que nos debe Bankia a cada uno…
Insisto: quiero ser griego, y ahora mismo me autoproclamo griego para mandaros a la mierda al Fondo Monetario Internacional, al Banco Central Europeo, a la Comisión y a todos los “patriotas” españoles con sede económica en Suiza, que cada día me roban pensamiento, dignidad y soberanía.
Llegan horas de realidad, no de la palabrería. La Grecia actual es fruto del saqueo neoliberal, con la sumisión necesaria, cómplice e interesada del socialdemócrata PASOK y de los amigos de Rajoy de Nueva Democracia, guardando sus turnos alternantes. Es decir, lo mismo que tenemos en la Marca España: una temporada de PSOE, otra de PP, pero la realidad política y económica es la misma gobierne quien gobierne, las diferencias son detalles de decoración, no de arquitectura.
Yo quiero pretender, soñar, defender la utopía, vivir y ser participe de otro mundo posible. Grecia esta marcando otro camino, una ruta en la que entramos los pueblos. Y para la que hace falta valor.
Soy griego, voy con Grecia.
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* Miembro de la Asamblea de Redacción de LQSomos
En Twitter: @IkaiAlo
– Una Post Data: Un momento especial para recordar la letra de No és aixó de Lluís Llach, del año 78 en el disco “El meu amic el mar”
Companys, no és això
No era això, companys, no era això
pel que varen morir tantes flors,
pel que vàrem plorar tants anhels.
Potser cal ser valents altre cop
i dir no, amics meus, no és això.
No és això, companys, no és això,
ni paraules de pau amb garrots,
ni el comerç que es fa amb els nostres drets,
drets que són, que no fan ni desfan
nous barrots sota forma de lleis.
No és això, companys, no és això;
ens diran que ara cal esperar.
I esperem, ben segur que esperem.
És l’espera dels que no ens aturarem
fins que no calgui dir: no és això.
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Compañeros, no es esto
No es esto compañeros, no es esto
por lo que murieron tantas flores,
por lo que lloramos tantos anhelos.
Quizás debamos ser valientes de nuevo
y decir no, amigos, no es esto.
No es esto compañeros, no es esto,
ni palabras de paz con barrotes
ni el comercio que se hace con nuestros derechos,
derechos que son, que no hacen ni deshacen
nuevos barrotes bajo forma de leyes.
No es esto, compañeros, no es esto;
nos dirán que hace falta esperar.
Y esperamos, bien es cierto que esperamos.
Es la espera de los que no nos detendremos
hasta que no sea preciso decir no es esto.
El voto del MIEDO, el que nunca falla…
http://www.publico.es/internacional/mantiene-ligera-ventaja-no-referendum.html