Quimeras híbridas y mecánicas

Quimeras híbridas y mecánicas

Por Nònimo Lustre. LQSomos.

Para D.F.M.

Hace pocos días, leí una entrevista al neurólogo R.Y. y ingeniero D.G. que me interesó desde el título: Tener un sensor en la cabeza será de rigor en 10 años, igual que ahora todo el mundo tiene un teléfono inteligente. Me intrigó qué querrían decir los entrevistados y el periodista con la expresión “de rigor”, ¿quizá que el sensor será obligatorio o solamente aconsejable? Me apresté a elucidar tan peliaguda cuestión y lo que encontré fue un tema viejuno tratado con el desaforado optimismo de todos los vendedores profesionales. En los párrafos subsiguientes intentaré distinguir si vendían humo –lacrimógeno o perfumado- o si sólo vendían su particular sondeo del futuro.

El pensamiento compartimentado

Si respetamos aunque no estrictamente el orden expositivo de la entrevista a RY+DG, encontraremos enseguida uno de sus términos clave: la excesiva importancia atribuida a lo auto –cf. infra, passim. Dicen los entrevistados que su concepto del control externo de la mente, sirve para autocompletar la imaginación… [mediante unas] interfaces [que] serán posiblemente no invasivas y serán distribuidas de manera masiva a toda la población. Y esto trasladará una parte cada vez mayor de nuestro procesamiento mental al exterior [en adelante, sus expresiones irán en cursiva] Nos preguntaríamos qué entienden como posiblemente no invasivas pero si pormenorizamos no acabaremos nunca.

Item más, gracias al adelanto (¿) electrónico, el individuo tendrá acceso a todo lo que ha hecho durante su vida [por lo que]… Imagina una computadora cuántica ayudándote a decidir dónde tienes que invertir o qué carrera tienes que escoger. Prefiero no imaginarlo porque sería superfluo. Sería un déjà vu, una maquinita fingiendo ser un agente de bolsa o un Jefe de la Familia. Preferiría que primero se percaten los ‘cuánticos’ de que el lexema “mecánica cuántica” es antediluviano y harto oscuro pues el término mecánica nos remite a la imagen de una suerte de tornillo láser perforando la Trascendencia o sujetándola –un hartazgo de religión escondido tras el Transhumanismo que veremos más adelante.

En Occidente, rudimentaria trepanación con sílex

Asoma la distopía más cruda: Habrá gente que estará aumentada y gente que no lo estará. Y eso cambiará la especie humana. Jerarquización pura, dura… y existente. Puesto que no hay datos paleontológicos suficientes, no sabemos muy bien cómo eran los remotos antepasados del Homo sapiens. Pero sabemos de sobra que la actual especie humana está dividida entre Poderosos –aumentados– e Incapacitados –desposeídos injustamente del aumento. Por ende, no hay cambio alguno sino justificación electrónica de la desigualdad.

Y prosiguen: cuando poseemos una hiperaceleración de la capacidad de computación y la conectas de manera muy simbiótica con el ser humano, es una explosión cámbrica. Caray, ¿por qué introducen el término simbiótico cuando también puede ser parasitario? Item más, el Cámbrico del período Arqueozoico ocurrió hace 500 millones de años. Desde entonces, ¿no ha habido una explosión igualable? Desde luego, a RY+DG no les han faltado hipérboles en la propaganda de sus proyectos.

En Oriente, dos tipos chinos de trépano

Lamentablemente, perderás también el control de los datos mentales… La privacidad de tus pensamientos puede que esté en cuestión y puede que haya oportunidades de manipulación. Pero no nos preocupemos porque La ciencia y la tecnología son las mejores herramientas que tiene la humanidad para solucionar cualquier problema… hemos acabado en una situación mucho mejor que antes [gracias a que] Hay alianzas comerciales o militares entre países. A mí no me cabe ninguna duda de que la siguiente generación de alianzas va a ser científico-tecnológica.

Tal avalancha distópica exige que RY+DG la atenúen con lo políticamente correcto. De ahí que tan espectaculares progresos beneficien a las personas con discapacidad, paralíticos, aunque también debemos pagar el desgraciado caso de los interrogatorios en países sin ninguna protección de derechos. Y, en último extremo, los progresistas neurológicos les caben las jaculatorias elevadas al Progreso: Es el progreso [tantas veces profesan su fe en el progreso, que el periodista debería haber escrito Progreso] y será para bien, en general [puesto que] La convergencia de tecnologías multiplica el progreso. Llegados aquí, no podía faltar el condimento de la sinofobia; por ello, como si la manipulación genética fuera exclusiva de los chinos, incrustan el terrible caso de las niñas modificadas genéticamente con la técnica CRISPR en China.

Un tercer trépano chino, definitivo y nada terapéutico

Para ir finalizando, tampoco podía faltar el toque humano que siempre dan las anécdotas personales. Por ello, RY+DG nos cuentan que, alternando en Washington con una maquinita que les fue ‘presentada’ por un ejecutivo de una multinacional cibernética, Fue como una conversación con una persona inteligente y, además, cultísima, porque tiene acceso a toda la información del mundo. Lo que no nos dicen es cómo seleccionar, priorizar y descartar a ese cultísimo super google.

Por nuestra parte, sólo nos resta agradecer las enseñanzas de RY+DG ayudándoles humildemente a resolver un aprieto que parece preocuparles. Se trata del dilema de Collingridge: cuando sale una tecnología nueva no sabes bien para qué se va a utilizar, pero es muy fácil regularla. Pues bien, la más elemental de las Historias nos enseña que las nuevas tecnologías no se dejan regular fácilmente. Pero respondamos al dubitativo Collingridge: es de cajón que, en primer lugar, la tecnología es aprovechada por quien tiene poder para financiarla, presupuestarla, exonerarla de gabelas e introducirla en sociedad –llámese el Sistema, el Estado o etcétera. En segundo lugar, la mentada Entelequia decide qué porciones de esas tecnologías tienen su permiso para llegar a la ciudadanía –serán siempre pocas e híbridas en el sentido de industriales, efímeras y estériles porque su obsolescencia programada obliga a comprarlas asiduamente a la transnacional de turno.

Reloj chino de venta online con imágenes del Hombre Mecánico –¿dónde se esconde?

En resumen: como pronostica DFM, ‘en 10 años todos con diadema o con casco y, en 20 años, todos con chips implantados en el cerebro’. Para ampliar mi opinión, debo antes fundamentarla en el análisis de los conceptos de cerebro, hibridación, control externo y, de propina, el caso intermedio de las prótesis para finalizar con la actualidad y la aparente victoria del mecanicismo newtoniano.

El cerebro

Durante la susodicha entrevista, RY+DG aseguran que “el pensamiento está generado por el cerebro.” En efecto, así lo conceptualizamos y verbalizamos en el actual Occidente pero es solamente una manera de hablar que, ni es universal ni siquiera fue la utilizada por el antiguo Occidente mediterráneo, pues no olvidemos que, en las antiguas Grecia y en Roma, decían que el pensamiento radicaba en el corazón. De hecho, todavía usamos remanentes de esa visión puesto que la base del sentido es recordar –pasar la mente por el cordis (corazón), como se transparenta en el campo semántico que incluye concordia, acordar e incluso el desdichado concordato.

La bárbara deformación craneal entre los indígenas de Ucayali, Amazonia peruana

Durante el Bachillerato, los alumnos del Instituto San Isidro nos colábamos en el acristalado anfiteatro que dos hospitales de Madrid ofrecían sobre sendos quirófanos. Las trepanaciones de cerebro eran muy solicitadas. Los chavales creíamos que el cráneo era rígido e intocable –el programa no había incluido al viejo Egipto- pero vimos cómo, al perforarlo con el trépano, el cráneo adquiría forma de pera –ergo era accesible y flexible. Pero seguíamos sin oír hablar de la ya entonces caduca Frenología y, en un sentido más amplio, del concepto de Hombre Mecánico. Aquella seudo-ciencia no acaba de morir mientras que, al contrario, el Homo mecchanicus nunca ha fallecido.

En el fondo, la Frenología, ciencia de moda intermitente desde principios del siglo XIX, era la última y extrema manifestación del mecanicismo en su sempiterna lucha con su antagónico, el organicismo. Para simplificarlo, eran Newton contra Platón, el reloj universal contra el geranio de la Naturaleza –ver infra, último parágrafo.

Antes de que aparecieran las modernas técnicas de la exploración cerebral, la trepanación era la única manera de acceder a las meninges y más allá. Veamos unas ilustraciones de cómo -absteniéndonos de viajar al pedagógicamente ubicuo viejo Egipto-, se practicó en remotísimas edades de Occidente pero también en Oriente y cómo la deformación craneal se practica todavía:

La Híbridación

Humanzee, supuesto híbrido de humano/a y chimpanzee

Aunque la mona se vista con bytes, mona se queda. El proyecto de RY+DG es una distopía mecanicista inspirada en el vetusto método de la Hibridación. Ésta puede dividirse en a) hibridación entre seres vivos y b) hibridación entre seres vivos y sujetos inanimados.

En el primer caso, entre seres vivos, suele efectuarse entre especies distintas pero próximas y del mismo género. La descendencia –si la hay-, es estéril, sea trigo sarraceno sembrado con semillas industriales, sea carísima mula montada por obispo. O esas ahora llamadas Quimeras aparentemente imposibles que pueden oscilar desde ligres –cruce de león y tigresa- y tigones –leona+tigre– hasta, por ejemplo, un humanzee –humano+simio-, desiderátum de los genios cretinizados por su ideología. Contra éstos, sólo nos cabe citar el humanismo y la defensa de la unidad de la etnia que escribió un clásico: “Si nos pinchan, ¿acaso no sangramos? Si nos hacen cosquillas, ¿acaso no reímos? Si nos envenenan, ¿acaso no morimos? Y si nos agravian, ¿no debemos vengarnos?” (Shylock, en El mercader de Venecia, Shakespeare)

Incluso el matrimonio entre humanos puede considerarse un caso de hibridación. Lástima que esté contaminado por un infamante sexismo. Veámoslo con sorna: el chisme se ha repetido mil veces y adjudicado a mil parejas heteras donde la hembra es siempre la bella pero tonta y el varón, el feo pero listo. Posiblemente, la adjudicación más conocida sucedió hace un siglo: la Bella bailarina le propone casorio al Feo porque “con mi belleza y su inteligencia, nuestros hijos saldrán perfectos”. A lo que el sabio dramaturgo contesta: “muy bien pero, ¿y si ocurre al revés?”. Creo que es una de las maldades apócrifas que más ha perdurado seguramente porque es delirantemente sexista. Menos mal que la salsa tropical puso estas iniquidades en su sitio:

Dicen que los gorrinos comparten el ADN humano hasta un tropecientos por cien. The Young Family, obra de la escultora australiana Patricia Piccinini, 2018

Isadora formó la liberación,
Isadora Duncan,
Leyenda que no murió
(Fania All-Stars, 1979)

Hoy nos ocupamos principalmente del segundo caso, a saber, hibridación entre vivos e inanimados. Concretamente, en la unión física entre Homo y bytes que se consigue gracias a la manipulación –clásica y/o nanotecnológica- de las cadenas de carbono. Puesto que la nanotecnología es un campo promisorio pero bastante ignoto para el vulgo en el que me incluyo, los resultados de esta arriesgada operación están todavía por ver pero el arte ya se ha pronunciado:

El Control Externo

Dejando aparte los hoy omnipresentes drones y sus innumerables antecesores, el control externo de las cosas es viejísimo. Ejemplo aeronáutico: poco después de finalizada la II Guerra Mundial, se ensayaron con éxito vuelos regulares EEUU-Europa sin tripulación. Técnicamente fue sencillo pero los pasajeros no se sentían seguros así que se abandonaron los tanteos comerciales.

Pavlovianismo extremo. Córdoba (España), 1963

Como ocurre a menudo, el exilio de los republicanos españoles jugó en el control externo de la vida un papel tan esencial como prohibido, concretamente el jugado por el neurocientífico José Manuel Rodríguez Delgado (JMRD, 1915-2011), capitán médico en el Ejército de la República y exiliado en EE UU donde inventó el Stimociver, un ingenio estimulativo ad hoc. JMRD colaboró en el Proyecto Pandora que llegó a ensayarse para vigilar los desajustes de los soldados. Fue acusado injustamente por algunos senadores gringos de ser el gran apologista del totalitarismo tecnológico. Sea como fuere, uno de sus experimentos se hizo famoso, al menos en España: implantó unos electrodos en el cerebro de un toro bravo y saltó al ruedo para comprobar su efectividad. El cornúpeta se arrancó con la furia característica de su raza pero, cuando estaba a punto de atropellar al neurólogo, éste accionó su aparatejo de control remoto y el toro se frenó en seco.

Con una edad de 2.200 años, es la prótesis para vivos más antigua que se conserva. Hallada en una tumba en Turpan (China)

Las prótesis

Las ortopedias pueden entenderse como una forma primaria de hibridación. Antes, se fabricaban prótesis para sustituir a los miembros amputados de los heridos pero ahora han llegado a utilizarse neurocientíficamente con y contra personas sanas –incompletas en la jerga de la entrevista de marras. La extensión artificial y externa de algunos miembros corporales es tan cotidiana como para no merecer mayor comentario. Quizá, sólo subrayaré que es el primer –y dudoso- escalón hacia el hipotético predominio del Hombre Mecánico.

¿Victoria del reloj?

En 1965, el cofundador de Intel G.E. Moore, formuló la ley de Moore sobre el vertiginoso crecimiento de la potencia informática según la cual cada dos años se duplicaba el número de transistores en un microprocesador -¿necesariamente Intel?. En el siglo XXI, se ha quedado obsoleta pero su optimismo se mantiene detrás del hoy rampante Transhumanismo (TH) Estos trans o post humanistas, se apoyan en la categorización diseñada por Max Tegmark quien divide el desarrollo de la vida en tres fases: la fase biológica, cuyo hardware y software son frutos evolutivos; la fase cultural cuyo hardware también es fruto de la evolución pero cuyo software es parcialmente humano; y la fase tecnológica que será capaz de diseñar tanto su hardware como su software. Esta tipología nos descubre tres creencias o factores claves: conceptualizar el ser vivo como un dispositivo, la superación tecnológica del Homo sapiens y su autodeterminación –ya vimos que lo auto era la palabra fetiche de la entrevista a RY+DG y también los es del TH.

De la humilde prótesis al TH median infinidad de obstáculos… pero los TH circulan por atajos imposibles

Nos instruye uno de sus feligreses: “El transhumanismo es un movimiento intelectual que propone superar los límites naturales de la humanidad mediante el mejoramiento tecnológico y, después, la separación de la mente del cuerpo humano [¡ozú!]. Si bien ha sido históricamente marginal y sectario, sus planteos de medicina mejorativa, su materialismo radical, incluso sus controvertidas ideas de eugenesia, inmortalidad y singularidad adquieren creciente interés en un momento en el cual la tecnología amenaza con avanzar sobre esferas de la vida humana hasta ahora en apariencia intocables.”

El Homo TH. Esta secta se cree original pero no le sobraría una pizca de buen gusto o, al menos, que rechazaran las más obsoletas convenciones artísticas.

Dicho con otras palabras, la Naturaleza no es sagrada; al revés, hemos de liberarnos de ella mediante lo que conceptúan como un Movimiento de Liberación (sic) Y, vista la plétora de ciborgs, frikis, multioperados quirúrgicamente y monstruitos que se alistan en sus clubs, vaya si se liberan. Pese a estas extravagancias ultramodernas, como hemos visto en varios párrafos anteriores, en realidad no salimos de la antiquísima polémica entre dos visiones del mundo. En este caso, volvemos al eterno regreso de la metáfora platónica del Mundo como criatura viviente –el geranio- y de la metáfora newtoniana del Mundo como mecanismo –el reloj. La moderna hipótesis Gaia es la continuación del mito platónico del mundo como Prosopopeya –i.e., organismo de larvado panteísmo- mientras que el TH lo es del mecanicismo newtoniano. En castizo ruralizado, la burra vuelve por enésima vez al trigo.

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