Recuerda
He visto una vez más la injusticia, y he reconocido su cara mugrienta. No antigua sino vieja, no madura sino corroída, salpicada por la bilis que muestra el esfuerzo que cuesta ser malvad@. Grito en silencio casi todos los días, y repaso la muda sociedad en la que vivo y de la que vivo; recuerdo su flaqueza, la tristeza de no ser capaz de rebelarse, de morir a fuego lento en un alarde de falta de estima; recuerdo que no es esto lo que quiero, ni para mí, ni para nadie. Y con ese grito, también recuerdo que cada día, y cada pedacito de día, hay que hacer algo por detener a esta bestia, y que vale la pena desangrarse consiguiéndolo, porque un Mundo mejor es posible… y no quiero conformarme con menos.
Ante el espejo, cada noche, repaso mi dentadura, prestando especial atención a mis incisivos. Me aseguro, que no pierdan su agudeza, porque su mordacidad voy a seguir necesitándola por mucho tiempo.
– Ilustración de J. Kalvellido