Reflexiones cortas
Patxi Ibarrondo*. LQSomos. Mayo 2016
Los PesPuntes de Cosidó
Ignacio Cosidó, es director general de la Policía. Su misión, por tanto,es atrapar delincuentes para ponerlos ante los jueces. Sin embargo y en España, un director general de la policía se cree con derecho a opinar sobre los asuntos de la política de Estado, suplantando a su jefe, el ministro del Interior, quien nombró para el cargo y le considera su brazo derecho.
Cosidó se ha atrevido a decir en el canal meapilas 13TV, que “Podemos”· defiende el proyecto que ha representado ETA y es una formación peligrosa para la democracia”. Hay que suponer que este policía sabe de democracia como aplicador de la Ley Mordaza; y que ejerce de demócrata, con suficiente entusiasmo laboral. En cualquier caso, nadie en el gobierno le ha llamado al orden; empezando por el presidente Rajoy y el propio ministro Los PesPuntes de Cosidó Fernández, que son quienes más directamente se deberían dar por aludidos y suplantados por el pasma lenguaraz.
No es la primera vez que el “pelotari” Cosidó “se va de la lengua” como un descosido, en su afán de significarse en público. Pero esta arremetida contra un partido legal y que ha condenado repetidamente la violencia, es puro partidismo PP. Es una manifestación lo bastante grave como para amordazarlo un rato.
Sánchez no fue Sánchez
Tras meses de tira-afloja, nos vemos otra vez con cara de idiotas en el punto de partida. Despilfarro de oportunidades y dispendio económico en tiempo de vacas flacas. El bla-bla-blá, el océano de palabrerría narcisista, nos impidió descubrir enseguida Sánchez nunca fue Sánchez, sino un bluff de rancio pastel teledirigido por la vieja, obsesiva y repulsiva política de Estado de don Felipe González de la Cal y compañía.
El error
De todos los animales del mundo, tan solo el ser humano está capacitado para dar marcha atrás a voluntad y rectificar su trayectoria. Sin embargo, esa mecánica posibilidad no se utiliza casi nunca. Está demostrado que el ser humano prefiere instalarse firmemente en el error. Eso le tranquiliza. Así no elige el riesgo de ser distinto y posiblemente rechazado.