Reforma financiera… y algo más

Nos dicen que el “rescate” de Bankia no va a costar ni un euro a los ciudadanos. Por lo pronto, lo ya prestado (4.500 millones de euros, en obligaciones convertibles al 8%) ha sido “convertido” en acciones. Ya somos, usted y yo, y todos los españoles, accionistas de Bankia, accionistas de un agujero negro. Y esto es sólo el principio. Va a hacer falta mucho más (¿15 mil millones, o serán 30 mil?).

Pero Bankia es sólo la punta del iceberg. ¿Que los bancos y cajas habían acordado 310.000 millones a los promotores y ya han reconocido que 188 mil son incobrables?… Bien, se trata ahora de “gestionar” el reconocimiento del total del pufo. Así que, para empezar, hay que sumar 122 mil millones.

¿Le parece poco? Pues hay más. Como el país está en bancarrota, los bancos tienen que poner de lado (“provisionar”) un 30%  (un 7% hasta este viernes) de los “créditos normales”, es decir de los que no están todavía “oficialmente” en peligro. Esas sumas las tendrán que deducir de los beneficios. Los bancos que no puedan (porque no tengan beneficios) recibirán préstamos del Estado (al 10%). Si no los pueden devolver, es decir si siguen quebrados, esos “préstamos” se convertiran en acciones… Usted y yo y todos seremos los accionistas. Accionistas de más agujeros negros porque nadie sabe lo que está escondido en los balances de los bancos. A eso le llaman “Reforma Financiera” (la cuarta en seis años por cierto, y no será la última). Para partirse de risa, si nos quedasen ganas de reír.

No les voy a aburrir con más cifras. Las pueden encontrar en muchos artículos. Además, ya da igual. Lo que hagan a partir de ahora da igual, es una cuestión “técnica”, de “técnica bancaria”; de todas formas vamos a pagar la factura. Lo grave es lo que han hecho hasta ahora. Ya verán cómo de eso no hablan.

Se acaba el negocio

Lo que están haciendo es cerrar la tienda, este negocio se ha acabado. Vamos a pagar la factura ahora, sí, pero el “negocio” lo han hecho antes.

Veamos, en los años 80 quebraron 52  bancos. A partir de entonces, que es como decir a partir de la transición, se ha levantado un sistema de corrupción generalizada que, entre otras muchas cosas, ha pasado por la toma de poder en las Cajas de Ahorro. Como las Cajas eran de los ciudadanos (es decir, no eran de nadie), la casta política representada en sus Consejos de Administración (con la complicidad de los vocales sindicales), se ha dedicado a:

Primero, cobrar enormes sumas en dietas, sueldos, etc. (por ejemplo, las 7 cajas que constituían, incluyendo Bankia, la BFA, sumaban 139 consejeros, cobrando una media de 300 mil euros por año)… y hay muchas Cajas. Pero eso no es nada, lo importante es lo segundo.

Lo segundo son los cientos de  miles de millones de euros en “préstamos” incobrables otorgados a “promotores”, “empresarios”, “amigos” de uno u otro partido (pongan las siglas que quieran según en la Comunidad Autónoma en la que se encuentren).

Esa es la magnitud del expolio. El dinero que ahora vamos a poner ha sido ya repartido (por adelantado, por eso hay un agujero) en beneficio de esa clase social corrupta, improductiva, parásita, chulesca… formada al amparo de la transición y de la “alternancia” política.

Estado canalla. Migajas

¿Clase social?… Eso suena a lucha de clases. Pues sí,  es exactamente eso lo que ha ocurrido: una enorme transferencia de cientos de miles de millones de euros de los trabajadores, de los ciudadanos en general, hacía los privilegiados: los de antes, claro, los de siempre, a los que se les ha añadido una clase política que ha acabado de arruinar al país. Así han conseguido que nos hayamos convertido en lo que la economista Loretta Napoleoni llama “Estado canalla”. El papel de los bancos y cajas ha sido el de intermediarios (a cambio de enormes sueldos, jubilaciones, etc., de sus directivos) en el proceso.

Es la misma historia de siempre. Las ayudas llegadas de Europa (más de un billón de euros) y las enormes cantidades de créditos bancarios no se han empleado en invertir en educación, en mejorar la productividad, en preparar el futuro. No; se han empleado en lo mismo en lo que se empleó el oro y la plata de América: en financiar los lujos y el derroche de las clases improductivas (y casposas, todo hay que decirlo) que siempre han dominado España.

Ha habido migajas. Es cierto. Han sido tales las cantidades de dinero que algunas cosas, como la sanidad, han mejorado (la educación no; la educación nunca nos ha hecho falta).

Y como les hemos votado porque nos hemos conformado con las migajas, siguen, unos y otros, disponiendo de mayorías. Ahora estamos indignados porque nos quitan aquellas migajas. Pero la hora de la verdad ha llegado.  Aquello que obtuvimos (o que nos otorgaron) no va a volver, así que tendremos que ver qué hacemos. Ellos lo tiene muy claro, están cerrando el negocio y lo van a hacer sin piedad, sacando hasta el último euro a los trabajadores y  arruinando a las clases medias. Luego, esperarán tiempos mejores.

Les ha funcionado durante estas décadas. El pacto era tóxico desde el principio: repartirse el pastel, dejar que los nacionalistas “gestionasen” sus territorios a cambio de que aceptasen la “unidad” de España, es decir, el expolio sistemático de sus habitantes. Para ello han creado un monstruo que ya no se sostiene: 17 autonomías con sus “parlamentos”, sus consejeros, sus  televisiones…; más de 4.000 “empresas” públicas, 40.000 coches oficiales, más aeropuertos que provincias, AVES por todos lados. Comisiones, sueldos, dietas, negocios, maletines, dinero negro, facturas infladas… No es que haya corrupción en el sistema, es que la corrupción es el sistema. Pero la cosa ya no da más de sí.

Las próximas elecciones “autonómicas” en Euskadi van a mostrar por dónde va a comenzar a concretarse la ruptura del Estado. Catalunya seguirá. Ya me dirán lo que va a pintar la Monarquía con ese panorama. Como anécdota les recordaré que desde Fernando VII (el rey felón), muerto el 29 de septiembre de 1833, sólo Alfonso XII ha muerto reinando en España. Todos los demás (y ya han pasado casi 180 años) murieron en el exilio. No me digan que no es curioso.

Francia-Alemania. Nueva etapa

Mientras nosotros seguimos sin poder quitarnos de encima lo que tenemos encima, Francia y Alemania se preparan para la nueva etapa que viene. Hollande no va a resolver los problemas de los franceses, pero ha comprendido que, entre tanto palo, hace falta alguna zanahoria. Se lo va a explicar a Merkel, se van a poner de acuerdo, van a hacer frente a los Estados Unidos, se va a salir de Afganistán (y Francia posiblemente de la estructura militar de la OTAN en la que le metió el proamericano Sarkozy), van a tratar directamente como bloque europeo con los países emergentes (especialmente con Brasil) y van a hacer todo lo posible para que el euro arrincone al dólar como moneda de reserva. Todo ello se verá ya en la cumbre del G20 que se celebrará el primer semestre de 2013 en Moscú. Ese es el sentido del triunfo de Hollande y del cambio en Francia.

Nosotros, una vez más, perderemos ese tren, y tendremos que hacer frente, solos como siempre, a la próxima crisis que se avecina. Sólos y mal vistos. La guinda de la “reforma” es que, por imposición alemana, las cuentas de todos bancos, uno por uno, serán auditadas por empresas independientes “no españolas”. Nadie en Europa se fía de los poderes en plaza en España.

Hemos vivido las crisis fiscales de Grecia y otros países europeos y estamos viviendo la nuestra, a la que se va a unir una inevitable crisis política. Multipliquen los efectos de todo ello por 10.000 cuando estalle la crisis fiscal de los Estados Unidos, que, como se sabe, están también en bancarrota aunque sigan empeñados en gastar indefinidamente 2.500 millones de dólares (por día) más de lo que ingresan.

Esa lucha por la hegemonía, en la que también participa China, nos promete  grandes turbulencias. Un momento fuerte, con crash incluido, se perfila para los próximos meses. Si Wall Street no quiere que Obama salga reelegido, ocurrirá este otoño. En caso contrario, lo provocarán en 2013.

Por si acaso, y como siempre, los grandes bancos de Wall Street financian fuertemente a los dos candidatos. A Obama y a Romney, a los dos.

Nota de redacción. Consideramos de interés la relectura del artículo anterior del Financiero de El Garaje en el que ya se aventuraba la situación de Bankia. A contiuación ofrecemos la referencia:

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