Refugiados y esclavos

Refugiados y esclavos
Ilustración de Yasser Ameur

Mikel Itulain*. LQS. Septiembre 2019

Carlos Tena expresa con sinceridad y talento la situación de los refugiados de los que tanto hablan, y tan engañosamente, los medios de comunicación.

Los llamados a la solidaridad son como olas a las que se encaraman miles de conciencias, practicando una suerte de surf que les conduce a las playas donde la reflexión echa la siesta. (1)

Estas bellas frases expresan con crudeza el letargo moral y también intelectual en el que vive nuestra sociedad. Nos movemos más por lo que dice nuestro entorno y principalmente por lo que dictan y repiten una y otra vez los medios audiovisuales, que moldean como quieren la opinión de ese entorno nuestro, que por lo que diría una opinión basada en una serena y consciente reflexión, como vemos profundamente adormecida en la siesta.

No obstante, matiza, porque lo que algunos quieren entender como solidaridad no es sino colaboración en la destrucción de estados soberanos y sociedades bien estructuradas para crear caos tras su aniquilación y someter a sus recursos y a sus pobladores a la esclavitud de la explotación.

Sin embargo, en el caso del Sea Watch, nos vemos obligados a lidiar con el por qué los medios de comunicación lo promocionan para que sirva de excusa a los gobiernos neoliberales, socios de los grandes bancos mundiales, en su afán por mostrar un rostro caritativo y tierno.
A occidente le interesaba construir una senda que comienza con las noticias falsas, los “dictadores” (Gadafi, Al Assad, Maduro…) le sigue la financiación de una oposición criminal que recibe armas y explosivos de Arabia Saudita [que sirve a occidente utilizando su armamento y siguiendo sus órdenes], origina las diásporas que vive y ahoga el Mediterráneo, y llena Europa con una futura mano de obra económica y desclasada, para que pase a formar parte de la gran familia consumista y silenciosa. (1)

La apodada izquierda de Europa y Norteamérica, que no es izquierda ni es fundamento de nada, contribuyó y contribuye a todos estos desmanes y canalladas, siendo engranaje fundamental del mecanismo de corrupción instalado. Podemos recordar su actuación en la nueva recolonización de África.
Me preguntaban en una entrevista por qué se hablaba de refugiados por un lado y de la guerra por el otro. El motivo es que se trata de ocultar que la segunda genera a los primeros, y que los que originaron tal cosa son responsables de lo que entonces aconteció y ahora continúa sucediendo. Casi nada, de ahí ese silencio.

¿Por qué se habla de refugiados por un lado y guerra por otro? Porque conviene hacerlo. Así se desliga la causa de los refugiados, que es la destrucción de estados independientes, con una fuerte protección social y que acogían a multitud de migrantes y refugiados, como ocurría con Libia en África o con Siria, que daba protección en torno a un millón de refugiados de la guerra contra Irak, otros tantos kurdos, a los que se dio la nacionalidad siria, o medio millón de palestinos, se desliga todo esto, como decía, del sufrimiento de todas estas personas. Se hace porque, de otro modo, la población de aquí, occidente, vería un claro vínculo entre los intereses económicos y políticos de sus dirigentes y la tragedia de los refugiados, de la cual los primeros son responsables.

Verán a esas organizaciones que manipulan los sentimientos de las personas utilizando demasiado torticera y falsamente los derechos humanos con el fin obtener objetivos políticos y económicos para sus patrocinadores, las corporaciones, aparecer también aquí. Pero quien tiene un poco de memoria recordará como todas ellas: Amnistía Internacional, Human Rights Watch, Médicos sin Fronteras y similares, tienen una enorme responsabilidad en las tragedias que vemos y también las que no quisimos ver cuando se desataba la guerra colonial contra Libia o Siria, y anteriormente contra Yugoslavia, Afganistán o Irak, o en el golpe más reciente contra la democracia en Ucrania.

Vivimos en una situación donde la mentira constituye el pilar que da estructura a lo que es nuestra percepción del mundo. Y encima nos preguntamos cómo ocurren cosas tan horribles. Cuando hemos sido nosotros, y esto es lo peor, muchas veces activamente, los que hemos apoyado y apoyamos tales barbaridades, camufladas en fraudulentas ayudas humanitarias.

Notas:
-.- Ilustración de Yasser Ameur
1.- El esclavismo “humanitario”
* LoQueSomos en Red
@MikelItulain

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