Sacras orgías vaticanas

Sacras orgías vaticanas

Orgías vaticanas

Por Nònimo Lustre. LQSomos.

Cuarta entrega de una serie de 5 estampas (Magnos eventos del pasado) que parten de un prejuicio muy extendido -“la Historia, esa maestra que siempre se equivoca”- para socavarlo demostrando con hechos que la equivocan los historiadores fachas, equidistantes, tibios y otros enchufados temerosos de dios

Desde hace siglos, el Vaticano ha disfrutado de un colosal Poder. Por ende, es previsible que lo haya ejercido fuera y dentro de su Sagrada Sede. A gran Poder, gran transgresión; los cristianos inventaron las ordalías -juicio de Dios, si te sometían a la hoguera y se quemaba tu mano, eras culpable- pero a la cúpula cardenalicia no le pareció suficiente. Y las reemplazaron por unas orgías dedicadas a la comisión de los mayores delitos/pecados –incesto, adulterio, tortura, asesinato, nepotismo, simonía, etc-.

El Cristianismo nació políticamente (año 310) con Constantino primer emperador romano cristiano. Este hijo de santa Elena fue un compulsivo asesino: hizo ahorcar a su suegro, el emperador Maximiano; ordenó estrangular a sus cuñados Licinio y Basiano; en 336, esclavizó al príncipe Liciano, hijo de Licinio, que fue luego azotado y asesinado en Cartago; en 326, hizo envenenar a su hijo Crispo (habido con su concubina Minervina) y, encima, acusó a su propia esposa Fausta de adulterio con Crispo –la emperatriz Fausta, madre de tres hijos y dos hijas, fue estrangulada en un baño y todas sus propiedades pasaron a ser propiedad de Constantino. En cuanto a sus leyes contra las ‘desviaciones sexuales’ (¿) cabe señalar que castigaba con el hacha y la hoguera las relaciones sexuales entre ama y esclavo –no entre amo y esclava.

Casi simultáneamente, surgieron las primeras voces críticas la vida y el pensamiento fuesen mucho más libres durante la época del paganismo, “junto a los aspectos turbios de la agitación orgiástica, [se reconoce en la Paganía] una aspiración ascética y una práctica de la castidad que eran la admiración de muchos cristianos.” (Hoheisel) Item más, algunos se atrevieron a evidenciar el libertinaje papal. Para Clemente Alejandrino, el Papado estaba asfixiado porque “los engaños que se ocultan, su desvarío sacro, ya que no hay en ellos más que orgías engañosas, totalmente inhumanas, semilla de todo mal y de la perdición, cultos abominables que sin duda sólo impresionarían a los bárbaros más incultos de entre los tracios, a los más tontos de entre los frigios y a los más supersticiosos de entre los griegos.” Caray, qué manera de insultar a los bárbaros que amenazaban al Imperio romano de Occidente.

Para el imaginario mediático-popular, el papa más mugriento fue Octaviano de Túsculo, conocido como Papa Juan XII (955-964), el Pontífice nº 130 justamente apodado El Fornicario. Era hijo ilegítimo del papa Alberico II, quien le nombró Papa cuando Octaviano tenía menos de 18 años y carecía de experiencia religiosa. Como su papado fue una continua orgía, los feligreses se rebelaron y le expulsaron de Roma. Huyó, pero poco después logró reunir un ejército con el que recuperó su sacra poltrona donde, unos meses después fue hallado muerto ‘en extrañas circunstancias’. Otra versión asegura que, el 14.V.964, fue asesinado de un martillazo en la cabeza por un marido que le había descubierto fornicando con su mujer. Pero la descripción más sabrosa es la que narra cómo murió de apoplejía durante un fornicio.

El Fornicario fue ampliamente superado por Alejandro VI -visto desde los media, el papa más impenitente. Como son muy conocidas las sacrílegas andanzas del clan Borgia, hoy sólo recordaremos uno de sus magnos-eventos más pecaminosos. A saber, el Banquete de las Castañas celebrado en el Palacio Apostólico durante la noche del 30.octubre.1501. Los Borgia, obviamente con el Papa y su hijo César a la cabeza, invitaron a la flor y nata del Poder romano. La mesa rebosaba de viandas exquisitas y de vinos excepcionales… y de putas, chaperos, madamas, gobernantas y disidentes sexuales en general entre las que destacaban las 50 más renombradas cortesanas de la Ciudad Eterna.

Llegada la sobremesa, todas las narrativas subrayan que los sirvientes retiraron los candelabros de la mesa y los bajaron a un suelo salpicado de castañas. Para entonces, las mujeres, desnudándose o desnudas, reptaban a cuatro manos jugando a capturar aquellas frutas secas mediante ‘salva sea la parte’ -la pudorosa pamema oficial sostiene que ‘con la boca’. Con o sin vestidos ni máscaras, se anunciaron campeonatos de eyaculaciones con trofeos que entregaba el mismísimo Papa –no sabemos con qué criterios se premiaba; ¿por nº de veces, por grosor, por distancia alcanzada en el aire… quizá por color?

¿Huelga añadir que el vaticanismo descarta que esta orgía tuviera lugar? ¡Imposible!, exclama. Alejandro VI era un humilde dignatario ajeno a las orgías –llamarlas ágape sería correcto etimológicamente pero, históricamente, un eufemismo. Esto de las castañas y las putas de lujo se convierte en bombones por el suelo y damas de alcurnia irreprochable. En cuanto a las eyaculaciones, fue una forma científica de evaluar la virilidad, como ahora se mediría en cualquier laboratorio. Si la iglesia lo asevera…

Banquete de las Castañas

Sin duda, el Renacimiento supuso para la Iglesia una época de desaforada obscenidad carnal –quizá no la más pecadora pero sí la más trabajada. Para los gerontes cristianos, la concupiscencia no sólo no era pecado (ni delito) sino que se esforzaron en ejercitarla sin remordimientos. La homosexualidad –masculina, ya sabemos que nunca ha existido la femenina, je je je-, campaba a sus anchas lo cual despertó la furia del único Papa que se opuso a ella abiertamente: Pío V, una reedición del Clemente Alejandrino aludido supra. A este (raro) papa le dolía lo sexo-diverso. Por ello, ordenó reprimirlo sin contemplaciones puesto que “Ese crimen horrible, cuyas corruptas y obscenas ciudades fueron destruidas por el fuego de la condena divina [Sodoma y Gomorra], nos causa el más amargo dolor, golpea nuestra alma y nos impele a reprimirlo con el mayor celo” (Pío V, encíclica Horrendum illud scelus, 1568)

El marqués de Sade, el Divino,
tenía abundantes referencias religiosas para imaginar sus orgías.

¿Todos ellos son magnos-eventos del pasado? Dado que la Iglesia es presente y pasado perpetuamente unidos, no podemos distinguir entre los yerros de ayer y los de hoy. Pongámonos al día: hace sólo medio siglo, un comentario de uno de los teólogos más importantes del Concilio Vaticano II, el jesuita y cardenal Jean Guénolé Louis Marie Daniélou S.J. (1905-1974), jesuita y cardenal, sobre el santo Lot (borrachín padre incestuoso contra sus dos hijas y abuelo-padre de sus descendencias) desató la tormenta al calificarlo como “un hombre sencillo, un exponente de la vida en lo que tiene de más cotidiano… y también un paradigma de pureza, en cuya biografía hallamos un valor ejemplarizante”. Cuando el escándalo por este atrabiliario alegato a favor del incesto aún latía, sucedió un famoso ‘accidente’: el 20.V.1974, Daniélou falleció en la rue Dulong 56, 4º piso (París, 17º), dentro del apartamento alquilado por la hetaira Mimí Santoni, una rubia de 24 años (claro adulterio; remember, la Iglesia condena con pena de muerte a la adúltera y a su amante) Al poco de que ocurriera el óbito del purpurado, llegó la Policía quien informó oficialmente que Daniélou “Evidentemente, había llegado [a la casa de lenocinio] para confesar a la señorita”. Sin embargo, atribuir a un infarto la muerte del jesuita apenas resistió ocho días. Hasta que el semanario Le Canard Enchaîné (29.V.1974) popularizó el nombre de Mimí Santoni y publicó la “incómoda” verdad –será incómoda para los meapilas, para los demás es honesta, verosímil y harto divertida.

Y, finalmente, una actualidad aún más reciente: Francesco Mangiacapra es un prostituto italiano político -a cara descubierta- que descubrió el filón de prostituirse con curas gais. FM declaró que “Todo empezó del modo más normal. Tuve clientes curas que me recomendaron a otros curas, y esos me invitaron a veladas en las que seguí conociendo a curas. No se trataba de orgías, eran curas normales y corrientes”. Efectivamente, en la Santa Sede todo es normal: más aún, de hecho, el Vaticano rebosa de private dancers y las chemsex parties (= orgías químico-suicidas)

Así lo denunciaba el ultraconservador cardenal Robert Sarah (n. 1945, en Guinea-Conakry) nacido animista en territorio Coniaguis, a caballo entre Senegal y Guinea, indígenas ahora minoritarios en su patria chica pues la mayoría ha emigrado a las ciudades. Sarah se convirtió al catolicismo y ahora viaja y trabaja rodeado de gays. No obstante… para los curas más tradicionalistas, Sarah es un firme defensor de la ortodoxia puesto que considera que las posiciones occidentales sobre la homosexualidad y el aborto “son lo que fueron el nazismo, el fascismo y el comunismo durante el siglo XX”. Asimismo, es partidario de volver a la misa en latín y un tortuoso enemigo del papa Francisco. Co-firmado con el emérito Benedicto XVI, publicó Des profondeurs de nos coeurs (2020), un pasquín contra la abolición del celibato. Además, predica que “la Iglesia nunca ha juzgado a las personas homosexuales, pero los actos homosexuales son graves desviaciones de la sexualidad”. Seguidor de Marcel Lefebvre (arzobispo facha excomulgado en 1988) le apoyan incondicionalmente reductos ultra como los Caballeros de Colón o el Instituto Dignitatis Humanae. Dicho brevemente, cocido el cardenalato en la gerontocrática olla de grillos que es Roma, los sexo-diverso tienen en el Vaticano a un adalid asaz paradójico.

El Orient Express atropella a una orgía pontificia

Y tenemos más … ‘Top collages’:
. Magnos eventos del pasado: 5 estampas
. Segunda parte: Diez estampas femíneas en sus collages
· Primera parte: Diez estampas femíneas en sus collages
· Otra serie de collages sobre la reproducción animal y humana

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