Sanfermines 78 en la Memoria
Acacio Puig. LQS. Junio 2018
Anochecía y la protesta se extendió a las calles. En Roncesvalles Germán, joven militante de LKI (LCR) cayó asesinado de un tiro en la frente. Mientras las Brigadas Antidisturbios de la Policía Nacional seguían disparando ráfagas de metralleta. La frase del mando policial “No os importe matar” da concisa idea de la vigencia de la dictadura franquista durante el despegue de la llamada transición
Casi han transcurrido 40 años desde la masacre que en Pamplona y durante los Sanfermines de 1978, ejecutaron fuerzas de desorden público fieles a la consigna: ¡No os importe matar!
Y en efecto, más de 150 heridos (11 de ellos de bala) y el asesinato de Germán Rodríguez en la calle Roncesvalles testimonian, cuatro décadas más tarde, la brutal impunidad de una Transición solo “modélica” para las gentes de arriba.
Resumiremos hechos hoy fácilmente rescatables en Internet pero -en aquellos días- celosamente ocultos por medios de comunicación y el gobierno de UCD (Unión de Centro Democrático) presidido por Adolfo Suárez.
El 8 de Julio un grupo de activistas irrumpió –al finalizar la corrida- en el coso de la plaza de toros de Pamplona esgrimiendo una pancarta con el texto: ¡Amnistía Total, Presoak Kalera, Sanfermines sin Presos! Inmediatamente se inició la carga de la policía nacional –seguíamos llamándoles los grises por su uniforme- utilizando todo el material antidisturbios del momento (gases, mortíferas pelotas de goma y finalmente, armas de fuego). La represión se extendió pronto a las gradas de la plaza y se reforzó con nuevos contingentes policiales que usaron indiscriminadamente sus armas de fuego.
Anochecía y la protesta se extendió a las calles. En Roncesvalles Germán, joven militante de LKI (LCR) cayó asesinado de un tiro en la frente. Mientras las Brigadas Antidisturbios de la Policía Nacional seguían disparando ráfagas de metralleta. La frase del mando policial “No os importe matar” da concisa idea de la vigencia de la dictadura franquista durante el despegue de la llamada transición.
El balance: más de 150 heridos, 11 de ellos por arma de fuego y Germán muerto a los 27 años. Rodolfo Martín Villa era entonces Ministro del Interior –y siguió siéndolo- Ignacio Blanco -gobernador civil- fue cesado, los mandos directamente implicados (Ávila, comandante procedente de La Legión y Rubio, comisario) fueron simplemente trasladados de destino. Finalmente, todo se archivó sin juicio, certificando una IMPUNIDAD tan reversible como la otorgada por la precedente Ley 46/1977 (la Ley de Amnistía).
En aquel verano de 1978 la memoria de Germán Rodríguez (Garín) se fijó en muchas provincias mediante diversos actos políticos planteados a modo de funerales-laicos. En Madrid nuestro GOGOAN (en memoria) tuvo lugar en la Iglesia de San Ramón en la calle Melquíades Biencinto en el distrito municipal de Vallecas-Madrid. Logramos la cesión de la Iglesia gracias a los buenos oficios de compañerxs militantes de las comunidades cristianas de base.
La Iglesia se llenó a rebosar y el uso de la palabra estuvo a cargo del ya fallecido José María Mendiluce (navarro y entonces miembro de la dirección central del partido) y yo mismo (compañero en la cárcel de Garín y representante de Vallecas en nuestra dirección provincial).
Durante todo este tiempo-cuatro décadas- la izquierda social navarra viene velando por la conservación de la memoria de Germán y lxs atropellados entonces por aquellas brutalidades. Dos primeras estelas conmemorativas fueron demolidas por bandas reaccionarias pero desde 2007, una estela recuerda a Germán en Rocesvalles, la calle donde fue asesinado.
El pasado enero, el artículo de unxs compañerxs publicado en Viento Sur, subrayaba la importancia de la iniciativa municipal del ayuntamiento de Pamplona al alentar una Comisión de la Verdad como vía de esclarecer los hechos y exigir verdad, justicia y reparación para TODAS las víctimas de aquellos días :
“Pues bien, eso es lo primero que queremos saber. Desgranar lo que pasó en aquellos sanfermines, grano a grano. Para ello son imprescindibles los testimonios de todas las personas que padecieron aquellos hechos, no solo las heridas -más directamente afectadas- sino también los relatos de todas aquellas que, aterrorizadas, permanecieron escondidas en un portal durante horas; los de los txikis arrollados en el callejón por aquellos policías azuzados por sus oficiales para golpear y disparar indiscriminadamente; los de la gente que lloró de rabia e impotencia… La agresión la padeció toda la ciudad y debe ser ella la protagonista a la hora de recuperar la memoria silenciada” (1).
Precisamente este año, con motivo del 40 aniversario de aquella masacre policial, la campaña GOGOAN busca la más amplia participación social en una Memoria que pese a quien pese, ¡QUEREMOS VIVA! Una Memoria en la que todxs estamos invitados a participar porque a todxs nos concierne (2).
Verdad, justicia, reparación-Herri Ekimena-Iniciativa Popular
A pesar de que los acontecimientos de julio de 1978 son relativamente recientes, el poder establecido intenta construir una historia oficial sobre ellos en donde reparte la responsabilidad entre todas las partes y presenta el olvido como la fórmula para curar las heridas.
La versión oficial plantea que es necesario “pasar la página de la historia para reconstruir la sociedad”. De esta manera, se trata de reconstruir sobre el olvido forzado, como si ese hecho no tuviera ya consecuencias importantes en el propio proceso de reconstrucción. Sin embargo, detrás de la llamada al olvido hay en realidad un intento de los responsables de plantear su propia versión de los hechos, donde predomina la evitación del recuerdo, para los responsables políticos la memoria de la violencia del Estado tiene una función defensiva pero no explica los hechos (“eran tiempos duros”).
Para la población afectada por aquella violencia, la memoria tiene no sólo un valor terapéutico colectivo, sino también de reconocimiento social y de justicia. No ha tenido la oportunidad de señalar a los culpables, obtener un reconocimiento público de los hechos, ni una reparación social basada en la justicia.
No se trata de que la memoria nos lleve a vivir mirando hacia atrás. Es precisamente al revés, el presente es inmutable y está atado por el pasado porque se teme el cambio. Y cuando no se deja que se conozca la verdad es porque el sistema que propició aquellos sucesos sigue vivo. El pasado no es una carga de la que librarse. El pasado no tira hacia atrás sino que nos presiona hacia delante. El pasado es tenaz, por la sencilla razón de que guarda muchas claves del presente.
Existen al menos dos verdades: la verdad de las narraciones que cuentan lo que ocurrió y la de las narraciones que intentan explicar por qué y a causa de quién, que suponen un juicio crítico y ético sobre los hechos.
La verdad es un paso necesario, pero se necesitan más pasos para evitar que la verdad se quede sólo en una confirmación del daño.
La justicia puede hacer también que los responsables de aquella violencia contra el pueblo de Navarra salden cuentas con su pasado. La posibilidad de dar sus testimonios bajo condiciones de seguridad y confianza, de reconocer la dignidad de las víctimas y participar en actividades de reparación social a las personas afectadas, así como someterse a la sanción social, son elementos clave para la reestructuración ética y la reintegración social.
Restablecer los mecanismos de justicia no sólo es importante de cara a las violaciones de los derechos humanos que se dieron. También es una forma de prevención y de ayudar a enfrentar los conflictos del presente.
Para la reconstrucción del tejido social no vale sólo asumir la verdad, también se necesitan de medidas activas que ayuden a mejorar la situación de las personas agredidas, mitigar el daño y proporcionar un resarcimiento económico y moral.
Estamos hablando de reparación en sentido amplio, en donde se contemple junto a la condena y castigo a los culpables, compensaciones económicas y reconocimiento público por los daños producidos, proyectos educativos, conmemoraciones y monumentos…,etc. El reconocimiento de los hechos por los autores y de la responsabilidad del Estado, así como las acciones que ayuden a asumir la verdad como parte de la conciencia moral de la sociedad, son parte de la reparación de la dignidad de las víctimas y la mejora de la convivencia en Navarra.
La participación de los sectores sociales afectados, su capacidad de decisión, la claridad en los criterios y la equidad de los mismos, así como su reconocimiento como contribución -no sustitución- a la necesidad de justicia, suponen un conjunto de aspectos básicos que las acciones de reparación deberían tener en cuenta.
Pero no se ajustan las cuentas con el pasado celebrando juicios sin más o asumiendo esa verdad. Ese ajuste de cuentas sólo se produce cuando existe un discurso público que lo fomenta, cuando hay un reconocimiento público de los hechos y se llevan a cabo acciones para que se asuma esa verdad como parte de una nueva conciencia social (3).
Notas:
1.- Sanfermines 78. ¡Impunidad cero! Comienza la cuenta atrás
2.- Gogoan (En la memoria)
3.- Sanfermines 78 y el Ayuntamiento de Pamplona han organizado una serie de actos. El Ayuntamiento de Pamplona aprobó una moción para crear una Comisión de Investigación en relación a los sucesos de Sanfermines del año 78. El 8 de julio se celebrará un acto central en conmemoración a SF78, en la misma plaza del Ayuntamiento de Pamplona. Es este caso, lo organiza la sociedad civil. CEAQUA interviene también.
*.- Acacio Puig, histórico militante de la izquierda revolucionaria, represaliado por el franquismo, activista memorialista.
#40AñosDeIncostitución #LaTransiciónFueSangrienta
– La transición ensangrentada
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Han transcurrido 40 años, 80… de cientos de barbaridades, y podría parecer ciencia ficción, pero no, es realidad, en la que vivimos… seguimos esperando Verdad, Justicia, Reparación. Solo hay una palabra para definir esto ¡Vergüenza!, y tal vez también ¡ASCO!