¿Será Navarra el catalizador de la III República?
Germán Gorraiz López*. LQS. Noviembre 2018
El término utopía aparece como “la búsqueda incansable de la Humanidad desde el comienzo de los tiempos de un lugar o sociedad ideal” y a pesar de su carácter no real, permite reconocer los ideales de una sociedad o comunidad en un momento concreto de su singladura histórica
El establishment o élite dominante en Navarra sería “el grupo élite formado por la unión de las sub-élites política, económica, universitaria y mass media de Navarra”, lobbys de presión que estarían interconectadas mediante “una alianza inquieta basada en su comunidad de intereses económicos y amalgamada por la defensa a ultranza de la “unidad identitaria de Navarra” , doctrina que tendría su plasmación práctica en la perpetuación “sine die” del sistema feudal político-económico imperante en Navarra desde la Guerra Civil del 1939. Así, cerca de 100 familias o clanes familiares dominarían todos los centros de poder económico, político, universitario y mediático de la Comunidad Foral, aunque tan sólo serian satélites orbitando en la esfera de gravedad del Opus Dei, élite Alfa que habría fagocitado todas las sub-élites del establishment navarro convirtiendo a la Comunidad Foral en un coto feudal en pleno siglo XXI, es decir, una distopía o utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal. Navarra sería pues un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los guardias civiles de Tejero obligaron “manu militari” a los líderes políticos confinados en el Congreso a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico, el bipartidismo rotatorio de los partidos políticos del establishment español (PP y PSOE) y la unidad indisoluble de España, pasando Navarra desde entonces a ser considerada “cuestión de Estado” por lo que cualquier cambio institucional que se pueda producir en el viejo Reyno foral deberá contar con el visto bueno del establishment del Estado español.
¿Réquiem por el establishment españolista de Navarra?
El necesario cambio de mentalidad o metanoia de la sociedad navarra estaba lastrada por el encefalograma plano de su conciencia crítica, favorecida por una práctica periodística peligrosamente mediatizada por la ausencia de la exégesis u objetividad en los artículos de opinión y por el finiquito del código deontológico periodístico que tendría su plasmación en la implementación de la autocensura y en la sumisión “nolis volis” a la línea editorial de su medio de comunicación y que habrían convertido al periodista en mera correa de transmisión de sus amos. Así, Diario de Navarra, el periódico de mayor difusión del territorio foral y convertido en portavoz oficioso de los postulados del régimen navarrista, habría implementado en la psique de la sociedad navarra el mensaje claro y nítido del establishment navarrista ( “Que vienen los vascos”), así como los clichés idiomáticos actualmente vigentes, dando prioridad al uso y promoción de los idiomas español e inglés, marginando al euskera que quedaría condenado a vivir en su gueto geográfico e ideológico.
El término utopía aparece como “la búsqueda incansable de la Humanidad desde el comienzo de los tiempos de un lugar o sociedad ideal” y a pesar de su carácter no real, permite reconocer los ideales de una sociedad o comunidad en un momento concreto de su singladura histórica así como los obstáculos que impiden cristalizar su sueño idílico, con lo que la utopía así concebida, sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta), siendo preciso transitar por la senda marcada por el pragmatismo político: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.
Asi, la utopia factible en Navarra fue la conformación de un Gobierno progresista presidido por Uxue Barkos, no siendo descartable que tras las elecciones Forales del 2019 asistamos de nuevo a la formación de un gobierno de coalición IU-EB-Podemos-PSN-Geroa Bai tutelado por Bildu como alternativa al endemismo navarrista. Dicho Gobierno daría prioridad en lo social a la revitalización del llamado Estado social y democrático de Derecho y en lo político a culminación de las trasferencias previstas en Amejoramiento y a la reinstauración del Órgano Común Permanente con la CAV, lo que llevará implícito la asunción de políticas de apoyo y fomento del euskera (reforma de la Ley del Vascuence) tendentes a lograr la normalización del uso de la lengua vasca, vascuence o lingua navarrorum en todo el territorio foral y será junto con Cataluña el catalizador de la llegada de la III República.
¿Es posible un Gobierno republicano en el Estado español?
La utopía en el Estado español deberá esperar a que un determinado número de personas (Masa Crítica), alcance una conciencia más elevada , momento en que el individuo es capaz ya de realizar un salto evolutivo y lograr un cambio de mentalidad , tesis conocida como “Teoría del Centésimo Mono” y citada por el biólogo Lyan Watson en su obra “Lifetide” (1.979) ,por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva en el Estado español. Dicho proceso tendrá como efectos benéficos la liberación de la parte indómita del individuo primigenio ( el lobo estepario) que ha permanecido agazapado en un recodo del corazón, sedado y oprimido por la tiranía del actual sistema dominante, neoliberal y constrictor de las libertades democráticas. Así, tras un un parto agónico en el que agonizará lo viejo sin que amanezca lo nuevo, asistiremos al nacimiento del “Individuo Multidimensional” como generador de un tsunami popular de denuncia del actual déficit democrático, social y de valores e instaurador del caos constructivo que terminará por diluir el opiáceo inhibidor de la conciencia crítica (consumismo compulsivo), finiquitar las estructuras del obsoleto Régimen del 78 y proceder a la instauración de la III República en el horizonte del 2020.