Sobre odios internos y externos

Sobre odios internos y externos

Por Nònimo Lustre

En esta sexta nota sobre las matanzas en la Franja de Gaza, quisiéramos abordar uno de los temas más tergiversados, censurados, y vigilados por Israel: el caso de los hebreos no sionistas. En nuestros cinco anteriores artículos, les hemos mencionado poco, desde luego menos de lo que se merecen. Hora es de corregir esta carencia. Esas personas son evidentemente heroicas… pero desconocidas incluso para los que hemos redactado sobre la palestinofobia de los sionistas desde hace varios años. Semejante topos amerita observarlo desde muchos aspectos. Uno de los más fructíferos es desmontar -no me gusta el término deconstruir-, las inicuas tergiversaciones que llueven sobre los ‘judíos que se odian a sí mismos’ (self-hating jew; infra, todo un parágrafo)

Nuestro interés en este asunto no termina en la solidaridad que requieren estos (repito) héroes sino que, además, se extiende a una consideración teórica: que los Imperios se desmoronan desde dentro. Ejemplo, el Imperio Romano no cayó sólo por las invasiones de los bárbaros sino, principalmente, por sus luchas intestinas -igual le ocurrirá al imperio sionista.

Puestos a la tarea, lo primero que encontramos en la ubicua wikipedia es, asimismo, un colosal dislate: una larguísima voz titulada El antisionismo como antisemitismo, malhadado enfoque al que podemos regañar asegurando por enésima vez que los anti-sionistas NO somos antisemitas. Aunque lo repitamos desde hace semanas, es bueno saber que los abajo-firmantes, respetamos a todos los pueblos, incluyendo sin equívocos al pueblo judío, malogrado pluri-seculamente por los sionistas.

“¡Abajo el capitalismo!”, grita la arcaica pancarta. A mediados del siglo XX, el sionismo pintaba a los kibbutzim con colorines autogestionarios e igualitarios. Pero, cuando casi parecían falansterios dedicados al amor libre, los kibbutzniks se hicieron capitalistas ultraliberales y militaristas rígidamente jerarquizados. Obviando el trabajo esclavo que infligían a los palestinos, su primer paso fue contratar mano de obra barata -asiática en general y tailandesa en particular- para que les trabajaran la tierra mientras ellos se especializaban en tecnología punta -sobra decir, militar.

Judíos con kefiyes, el pañuelo palestino,
enarbolan la bandera prohibida

Nómina de Los Justos

Aunque nunca lo leeremos en los medios mainstream (Brigada Mediática, decimos desde antaño) el judaísmo anti-sionismo es tan antiguo como el sionismo -pura ley de acción-reacción. Una primera nómina de las tan numerosas somo mediáticamente prohibidas asociaciones de los judíos anti-sionistas puede leerse al final de un reciente Manifiesto “Judeo-Árabe” firmado por:

Academia for Equality; Arava Institute for Environmental Studies; Banki; Bimkom – Planners for Planning Rights; Combatants for Peace; Druze Initiative Committee; The Forum for the Fight Against Incitement; Hadash; Hands of Peace; Horiya; Jahalin Solidarity; Jordan Valley Activists; Kaa”- political working group; Looking the Occupation in the Eye; MachsomWatch; Mesarvot; Mothers Against Violence; Negev Coexistence Forum for Civil Equality; New Profile; On the way to Sulha; Parents Against Child Detention; Parents Circle Families Forum; PsychoActive; Rabbis for Human Rights; Social Workers for Peace and Welfare; Tandi; Tomorrow’s Women; Torat Tzedek; Women in Black; Woman to Woman; Yesh Gvul; Your Neighbor as Yourself; Youth Against Dictatorship; Zazim – Community Action; Zochrot ; Itach Ma’aki – Women Lawyers for Social Justice (A joint Jewish-Arab declaration for peace, octubre-noviembre 2023)

Siéndonos imposible reseñar todas estas organizaciones, nos limitaremos a una: Machsom Watch, o Checkpoint Watch, es un colectivo de unas 500 judías que monitorean y documentan las infinitas exacciones que los soldados del Tsahal y los policías infligen a los esclavizados obreros palestinos en su diario cruce de los torniquetes en la frontera con Cisjordania/West Bank.

Esta lista de organizaciones representa a los Verdaderos Justos y no esos schindleres que nos inocula Hollywood. La salud del Mundo depende en buena medida de que esta mirada de organizaciones anti-sionistas sean tenidas en cuenta por los Grandes Poderes. Infortunadamente, no lo harán porque, en el Olimpo, priman las consideraciones mediáticas que, como comprobamos a diario, están especializadas en la propaganda sionista.

Los judíos que ¿se odian a sí mismos?

Si hay un lugar común en la propaganda sionista, ese es sobre los self-hating jews (SHJ) Con la caución ‘científica’ de la Psicología, la Antropología y, menos, de la Historia, denigran sistemáticamente a este enorme colectivo, tan grande como prohibido. Según el sionismo, el principal argumento contra este colectivo judío, evidentemente anti-sionista, es una grosera tergiversación propalando que los SHJ apoyan a los palestinos porque “no soportan a los judíos orgullosos de ser judíos.” Primera falsedad: desenfoque del tema: no es cuestión de orgullo sino de justicia -ese orgullo (racial) es vocablo propio del movimiento LGTQ-etc., pero es cuasi inverosímil que esos activistas se odien a sí mismos -más bien lo contrario, ya lo dice el término ‘orgullo’. Comencemos desde la calle neoyorkina:

Sarah, una ashkenazi judeo-neoyorican de prominente nariz, veinteañera orgullosamente queer, so pretexto de una anécdota callejera, escribe sobre las concepciones de la pureza (purity) en relación con la judeidad y la rareza (jewishness and queerness) Paseando por Nueva York con su novia, un neoyorican la golpea (he kicked me) inopinadamente. Lo curioso de la agresión es que Sarah no cree que haya sido por homofobia (queer-hate) ni tampoco por anti-judeidad. Abismándose en la sociología profunda, Sarah comenta el incidente:

“La ‘raza judía’ es un inestable constructo social y, paradójicamente, también constituye la quintaesencia del concepto raza. Según la llamada Ciencia de la Raza de los siglos XVIII-XIX-XX, los judíos no son blancos, en parte porque tienen grandes narices [*], gruesos labios y fuerte cabello. De hecho, emocional e históricamente, “los judíos nunca se han creído ‘blancos’ (Cheryl Greenberg) De ahí que los supremacistas caucásicos y los antisemitas, sostengan que a los judíos ‘les falta pureza’. Pero, precisamente, la ‘rareza’ celebra la maleabilidad, la inestabilidad, la disrupción y el espacio no binario.

Quizá, mi judeidad+rareza son las dos caras de la misma moneda. Quizá porque, si la identidad judía me ha enseñado algo, es que la Identidad es múltiple –“dos judíos, tres opiniones” y no hay problema. ¿Cuán puro es mi odio? No lo sé pero sí sé que prefiero combatir la sistémica injusticia mediante la ‘rareza’ antes que mediante la ‘pureza’” (cf. How pure is your hate?: reflections on passing, privilege, and a queer jewish positionality, Sarah Emanuel)

[*] Dos ilustraciones sobre las ‘narices judías’:La nariz aguileña no es exclusiva de los judíos -ni siquiera es frecuente. Simplemente, es uno de los muchos intentos de caricaturizarlos facialmente.Médico o barbero en la epidemia de peste negra. Su característica careta picuda, ¿inspiró a los dibujantes para adjudicársela a los judíos?

Otra mención, más antigua y menos anecdótica, sobre el barato infundio de los SHJ es la escrita por J. Rose. Trufada por citas de autores clásicos como H. Arendt, Scholem, etc. (pero sin Lessing 1930, cf. infra) y nombrando a Goethe, como también hacía Sarah Emanuel, pero en palabras del rabino M. Steinberg en 1945, ”auto-odiarse es lo peor que le puede suceder a un hombre”. A lo que Rose contesta: “eso es malo pero es peor no reconocer el daño que se hace a otros”.

Según D. Zonshein,“Muchos exégetas de la Biblia han intentado explicar el asesinato frustrado de Abraham contra su hijo Isaac”, una degradación que justifica el akeidah” (compromiso mosaico) La actualización de esta atrocidad es clara: degollar al hijo, hoy ha mutado en enviarle a la guerra -léase, a matar moros, pero bajo el paraguas del Supremo Sacrificio.

Por su parte, Rose añade que “Odio lo que Israel hace [a los palestinos] y hacia sí mismo”. Y recuerda que, en 2006, en el homenaje a Isaac Rabin (asesinado en 1995 por un belicista judío, disgustado por la firma en Oslo de los acuerdos de Paz), el respetado D. Grossman, criticó duramente a su gobierno…pero insistiendo en su “abrumador, inequívoco y complejo” amor por Israel -una pasión que nunca falta en las declaraciones de los SHJ (cf. Jacqueline Rose. 2007. “On the Myth of Jewish Self-Hatred”; en A Time To Speak Out: Independent Jewish Voices on Israel, Zionism and Jewish Identity)

Más aún, dentro de la comunidad judía, el antisionismo ha llegado a popularizar un atroz dictum: “Si Hitler no hubiera existido, los sionistas habrían tenido que inventarlo” (fdo. por Judaísmo Ultraortodoxo Mundial, grupo ignoto para nosotros)

Neturei Karta, organización ultraortodoxa que exige la desaparición del Estado hebreo: «El sionismo es culpable de que el mundo nos odie» Item más, defiende los derechos de sus vecinos árabes a vivir en paz en el lugar donde nacieron, libres de la ocupación. “Los sionistas cometen crímenes muy graves contra el pueblo palestino y lo hacen en nombre del pueblo judío, en nuestro nombre. Por ello, declaramos que estos crímenes van contra lo que dice de la Torá y en contra de Dios. No tienen ningún derecho a controlar esta tierra. Ninguno”.

Lessing, el primer judío que escribe sobre el Self-Hate

En su seminal opúsculo El Estado Judío (1896), T. Herzl, -publicista y conspirador- criticó la oposición de muchos judíos a su plan para crear el Estado de Israel precisamente en Palestina, “insultándoles como antisemitas disfrazados de judíos”. Dos años después, el filósofo antisionista Karl Straus, le devolvió el golpe sugiriendo que, como antisemita tradicional (¡), Herzl estaba preocupado por la ‘diferencia judía’ y, en puridad, sólo quería sacar de Europa a los judíos.

Otrosí, mucho antes de que Hitler comenzara sus pogromos, “Goethe se lamentaba de que todos los hombres odian a todos y lo describía con el vocablo griego heautontimorumenos  [tendencia hacia el masoquismo)] Los judíos son campeones en la introspección crítica y en la visión auto-conmiserativa. A menudo se oye que ‘el judío no sabe fiestear, siempre hace miserable su vida’ o ‘cuando el goy [infiel, gentil, no circuncidado] ríe, el judío llora” (cf. en Theodor Lessing. (1930) 2021. Der jüdische Selbsthaß, Jewish Self-Hate) Por cierto, Lessing experimentó un continuo vaivén religioso: se convirtió al cristianismo pero volvió al judaísmo porque quiso que los judíos olvidaran el (entonces) rampante asimilacionismo para que retornaran a las auténticas (¿) raíces judías.Heauton Timorumenos (el auto-atormentado), comedia de Terencio (185–159 a.n.e) representada en la Roma republicana.

Flagelantes medievales.

Castración de un fanático skoptsy. Azotarse al estilo medieval era peccata minuta comparado con las enajenaciones practicadas por una gran variedad de sectas religiosas. Quizá la más alejada de la cordura tal y como la conocemos en la Edad Contemporánea, fue la secta ortodoxa de los skoptsy (Rusia zarista, segunda mitad del siglo XVIII): mastectomizaban a las mujeres y castraban a los hombres.

16.julio.2009.: Judeo-norteamericanos ultra-ortodoxos visitan en Gaza a Ismail Haniyeh, presidente del gobierno de Hamás-Gaza (a la drcha. de la foto) Su delegación, compuesta por unos 200 representantes, llevó a Gaza insumos médicos, algunos camiones y un firme apoyo explícito a los gazatíes

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