Solo 4 de las 100 ciudades más contaminadas del mundo se encuentran en China
Por Pedro Barragán*
Si bien China todavía tiene un recorrido importante para mejorar el aire de sus ciudades, no es menos cierto que, contrariamente a la realidad que muestran las cifras actuales, es posible ver titulares de prensa y artículos donde se afirma que China tiene 16 de las 20 ciudades más contaminadas del mundo, algo que se contradice con las estadísticas existentes
“La disminución global de la contaminación en los últimos años se debe enteramente a China” (AQLI Universidad de Chicago)
De acuerdo con el último informe de la Air Quality Life Index (AQLI) de la Universidad de Chicago, “desde 2013, la evolución de la contaminación del aire se ha caracterizado por dos tendencias regionales contrapuestas. China ha tenido un éxito asombroso en la lucha contra la contaminación desde que declaró una “guerra contra la contaminación” en 2014, reduciendo su contaminación en aproximadamente un 42 por ciento entre 2013 y 2021… Mientras tanto, el 59 por ciento del aumento de la contaminación mundial durante ese tiempo provino de la India. India y sus países vecinos del sur de Asia, Bangladesh, Nepal y Pakistán, vieron su contaminación aumentar en casi un 10 por ciento”
A destacar que las estadísticas de la Universidad de Chicago se basan en la información recogida por los satélites norteamericanos, que no dejan de estar afectadas por el sesgo geopolítico actual en contra de China y sobre todo en contra de algunas de sus regiones (el caso de la región de Xinjiang con unos datos superiores a los que ofrecen otras estadísticas). Otros fuentes de información indican que la reducción de la contaminación en las ciudades chinas entre 2013 y 2021 ha alcanzado el 56 por ciento.
Centrándonos en el tema, la contaminación del aire en las ciudades de todo el mundo es un problema grave que afecta a la salud de millones de personas y al medio ambiente. Las principales fuentes de contaminación del aire en las ciudades incluyen los vehículos de motor, las industrias, las centrales eléctricas que queman combustibles fósiles, la calefacción residencial y comercial, y las actividades industriales y de construcción. La exposición a la contaminación del aire urbano puede causar una variedad de problemas de salud, que van desde irritación respiratoria y exacerbación de enfermedades respiratorias crónicas hasta enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón y muerte prematura. Los grupos más vulnerables incluyen a niños, ancianos y personas con afecciones médicas preexistentes. La contaminación del aire urbano también tiene efectos adversos en el medio ambiente, incluida la acidificación del suelo y el agua, la eutrofización, la degradación de los ecosistemas naturales y la pérdida de biodiversidad. El indicador más utilizado a nivel internacional para medir esta contaminación es la concentración de partículas finas PM2,5 (µg/m3).
Los últimos datos disponibles, en relación a la calidad ambiental atmosférica de las ciudades chinas, muestran una concentración promedio de partículas finas (PM2,5 -µg/m3-) en las ciudades a nivel de prefectura y superiores, de 30 microgramos por metro cúbico en 2023, mejorando en aproximadamente 3,0 microgramos por metro cúbico el objetivo anual (32,9 microgramos por metro cúbico). Lo que representa una disminución del 16,7 por ciento en comparación con 2019. (Pei Xiaofei, portavoz del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, el 30 de enero de 2024)
El trabajo para limpiar el aire de las ciudades chinas está siendo arduo y eficaz. Tras más de diez años de lucha e inversión gubernamental sostenida se está consiguiendo mejorar el medio ambiente en el país y renovar el ecosistema industrial tradicional. La eliminación de fuentes de contaminación está lógicamente concentrada en la sustitución de combustibles fósiles por energía limpia renovable y está alcanzando tanto la quema de carbón como la construcción urbana o la quema de combustible en los hogares.
El éxito en la mejora de la calidad del aire de las ciudades chinas es el resultado tanto de la efectividad de las políticas desarrolladas, como de la utilización de las nuevas tecnologías y de los incentivos económicos planteados. China está liderando la revolución verde a nivel mundial y aplicándola a gran escala. Por ejemplo, Shenzhen se ha convertido en la primera ciudad del planeta en reemplazar todos sus 16.500 autobuses y los taxis públicos por vehículos eléctricos libres de emisiones, situación a la que enseguida llegarán las ciudades de Hangzhou, Chengdu y Shanghai. Más del 60 por ciento de los coches eléctricos del mundo circulan por ciudades chinas.
Si nos fijamos en las ciudades de los países del sur de Asia, que en 2013 se encontraban en el mismo nivel de contaminación que las ciudades chinas, vemos que la contaminación del aire está teniendo graves impactos en la salud pública. Se estima que millones de personas mueren prematuramente cada año debido a enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la exposición a la contaminación del aire. Gran parte del aumento de la contaminación (10 %) que están teniendo estas ciudades de India, Bangladesh, Nepal y Pakistán se debe a la quema de grandes cantidades de combustibles fósiles. En 2021, de acuerdo con el estudio de la Universidad de Chicago, más de la mitad del total de años de vida perdidos en todo el mundo debido a la alta contaminación procedían del sur de Asia, y los habitantes del sur de Asia, en promedio, vieron sus vidas acortadas en cinco años debido a la alta contaminación.
La mejora de la esperanza de vida en China como consecuencia de los logros obtenidos en su lucha contra la contaminación son estimados por la Universidad de Chicago en 2,2 años, seguramente un poco excesivo al contrastarlo con la evolución de la esperanza de vida.
Atendiendo a la base de datos mundial IQAir con 7.812 ciudades del mundo monitorizadas y clasificadas según la concentración media anual de PM2,5 (μg/m³), vemos que de las 100 ciudades más contaminadas del mundo 84 son de India, 5 de Pakistán, 4 de China, 2 de Tayikistán y 1 de cada uno de los siguientes países: Banglabesh, Kazajistán, Vietnam, Kirguistán y Sudáfrica.
Si bien China todavía tiene un recorrido importante para mejorar el aire de sus ciudades, no es menos cierto que, contrariamente a la realidad que muestran las cifras actuales, es posible ver titulares de prensa y artículos donde se afirma que China tiene 16 de las 20 ciudades más contaminadas del mundo, algo que se contradice con las estadísticas existentes. Como hemos visto en la base de datos mundial de IQAir tan solo hay 4 ciudades chinas en 2023 dentro de las 100 más contaminadas y ninguna entre las 20 primeras. Si en lugar de utilizar la lista completa de las 7.812 ciudades monitorizadas se realiza una selección de las grandes ciudades del mundo esta afirmación sigue siendo igualmente incorrecta. La simple contemplación del gráfico que abre este artículo muestra claramente el sur de Asia como el lugar donde desgraciadamente se concentra a nivel mundial la mayor contaminación urbana y no en China, donde la presencia de partículas PM2,5 se encuentra ya en la mitad de la existente en las ciudades de India y el resto del sur asiático.
Evidentemente, China tiene todavía un gran camino por recorrer, es la mayor fábrica del mundo, el país que concentra la manufactura mundial, pero hay una decisión política clara y fuerte por la economía verde que ha conseguido reducir a más de la mitad la contaminación existente en menos de 10 años. Es de desear que, una vez que ya ha alcanzado la media mundial, continúe progresando hasta situarse en unos niveles óptimos para la salud de sus ciudadanos.
* Pedro Barragán es economista. Miembro de Cátedra China, temática que deja reflejada en su blog personal. Es editor de la web Archivo de la Transición.
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