SOS: Genocidio en Colombia
Javier Sáenz Munilla*. LQS. Mayo 2021
Empiezan a aparecer los desaparecidos. Y lo hacen como viene siendo habitual en Colombia desde hace décadas, cuando cada dos por tres el Estado pisa a fondo su potencial criminal, como está sucediendo en estos días, desde que se inició el 28 de abril el Paro Nacional que aun continúa.
Estado genocida y criminal. No puede calificarse de otro modo. Hoy, afortunada y desgraciadamente al mismo tiempo, podemos acceder a pruebas y evidencias que en otros tiempos tardaban a aflorar. Pero como afirma un dicho popular colombiano, para asegurar que todo termina por saberse, que “los cadáveres siempre acaban por salir a flote”.
Ayer mismo, publicábamos en LoQueSomos una documentada denuncia del Equipo Jurídico y Humanitario 21N, de la organización eclesial Justicia y Paz, prestigiada por sus valientes y serios informes, que les han costado dolor, muerte y exilio a varios de sus miembros.
En él se denunciaba la existencia en Cali y cercanías de fosas comunes y de “casas de pique”, como se conoce en Colombia a los centros clandestinos de detención, tortura y ejecución montadas por Policía, Ejército y paramilitares.
Fosas comunes en Buga y Yumbo, dos ciudades importantes del Valle del Cauca. Y donde han sido denunciadas bastantes detenciones-desapariciones. Detallaba este informe los nombres y apellidos de 120 detenidos-desaparecidos sólo en el Valle del Cauca. En toda Colombia ya se señalan más de 500 desapariciones desde el inicio del Paro. Además de más de 50 muertos, la mayoría a manos de la policía y el ejército y centenares de heridos.
LoQueSomos denunció también el centro clandestino de detención de los Almacenes Éxito, en la zona de Calipso de Cali. Allí se han detectado salidas a diario de camiones, se sospecha que con cadáveres que habrían ido a parar a esas fosas comunes o a ríos como el Cauca.
No sólo aparecen cadáveres flotando. También bolsas, como la que se ve junto al cadáver arrastrado por las aguas del Cauca. Bolsas llenas de cadáveres troceados. Aunque no conocemos la forma de actuación de los terroristas de Estado estos días, sabemos de casos documentados, y no uno ni dos, cómo los parmilitares han acostumbrado a descuartizar con motosierra y a campesinos vivos, delante de sus convecinos, para sembrar el terror y hacer que salgan de las poblaciones, para que sus tierras sean apropiadas por terratenientes de la zona. Es la terrible historia de Colombia.
Así, el Estado colombiano muestra estos días su carácter terrorista. Es Terrorismo de Estado, genocidio, lo que estamos viendo estos días. Tratan de aplastar la rebelión de un pueblo que ya no puede más. Pero este genocidio, que ya decimos no es de hoy ni de ayer, existe porque el mundo, la llamada “Comunidad Internacional”, la ONU, la OEA, la Comisión Interamericana de DD.HH., la Unión Europea y, especialmente, los Estados Unidos, lo consienten y se aprovechan de sus consecuencias.
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Periodista y analista internacional. Miembro del Colectivo LoQueSomos.
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