Stella Chiweshe: La reina de la mbira

Stella Chiweshe: La reina de la mbira

Por Gibson Ncube*

Stella Rambisai Chiweshe, conocida cariñosamente en Zimbabue como «la reina de la mbira» o «Ambuya (abuela) Chiweshe», falleció el 20 de enero de 2023

Estrella musical rebelde y pionera de Zimbabue

Chiweshe nació en julio de 1946 en la zona rural de Mhondoro, en la provincia de Mashonaland, al norte de Zimbabue. Empezó a tocar la mbira (kalimba o calimba), un antiguo piano que se ejecuta con los pulgares, a principios de la década de 1960. En aquella época, hombres y mujeres le reprochaban que se atreviera a tocar un instrumento que normalmente tocaban los hombres.

Chiweshe no sólo fue una cantante, compositora y música que actuó por toda África, Europa y Estados Unidos. También fue una activista cultural, mujer pionera y educadora. Fundó el Centro Chivanhu de Zimbabue, dedicado a la conservación de la música y la cultura tradicionales. Chivanhu es una palabra shona que significa humanidad. Uno de sus objetivos era garantizar que la mbira siguiera siendo el latido del pueblo de Zimbabue. Como dice el proverbio africano: «Cuando un anciano muere, una biblioteca arde hasta los cimientos». Su muerte es, sin duda, una gran pérdida para el país.

Fuerza pionera

La mbira, un poderoso instrumento espiritual utilizado para comunicarse con los antepasados, solía ser tocada en las ceremonias tradicionales por hombres. Los historiadores remontan sus orígenes a hace 3.000 años en la costa occidental de África y a hace 1.300 años en la región que hoy es Zimbabue. Chiweshe explicó en una entrevista que:
“Los hombres tocaban la mbira, y para mí tocar la mbira significaba tener que sentarme con hombres a cada lado. Eso incomodaba mucho a las mujeres”.

La joven Chiweshe no sólo tuvo que someterse a las críticas de su familia y su comunidad. También tuvo que enfrentarse a la prohibición del instrumento por parte de la administración colonial británica porque la idea del culto ancestral iba en contra de sus valores cristianos. Chiweshe era rebelde por naturaleza. Desafiaba a los británicos y tocaba en ceremonias nocturnas clandestinas.

Fue pionera en muchos otros aspectos. Llevó la música mbira más allá de Zimbabue y realizó una importante labor de popularización. Contribuyó a luchar contra la estigmatización de este instrumento musical espiritual. Defendió, con gran orgullo y reverencia, la tradición y el folclore del grupo étnico dominante, los shona, a través de su música, que evocaba una profunda espiritualidad y una conexión con los antepasados. Por último, abrió el camino a otras mujeres, especialmente a las músicas.

En un capítulo del libro Victors, Victims and Villains: Women and Musical Arts in Zimbabwe se comenta que sus actuaciones combinaban misterio, presencia y el uso de letras tradicionales para desafiar no sólo al patriarcado, sino también al dominio colonial.

Su música, al igual que la de otros músicos zimbabuenses como Thomas Mapfumo y Oliver Mtukudzi, fue la banda sonora de la Segunda Chimurenga (la guerra de liberación contra el régimen de la minoría blanca de Rodesia).

Mujer pionera

Aunque no se autodenominaba abiertamente feminista, como mujer que custodiaba y practicaba la mbira lo era. El escritor musical británico Dominic Valvona lo explica:
“Tildada de «feminista» en nuestro mundo moderno que tiende a etiquetar de virtudes, esta estrella sin pelos en la lengua era sin duda una mujer de carácter fuerte, incluso rebelde. Su obstinación por superar los obstáculos de la tradición y de una sociedad dominada por el patriarcado no tardó en llamar la atención, no sólo en Zimbabue, sino en otros países”.

En nuestro mundo moderno que tiende a etiquetar o de virtudes como «feminista», esta estrella sin pelos en la lengua era sin duda una mujer de carácter fuerte, incluso rebelde. Su obstinación por superar los obstáculos de la tradición y de una sociedad dominada por el patriarcado no tardó en llamar la atención, no sólo en Zimbabue, sino en otros países.

Chiweshe luchó por su reconocimiento como artista de talento y dio voz a la feminidad zimbabuense, en toda su complejidad. Al hacer visible su cuerpo y su voz, desafió ritos musicales y culturales profundamente arraigados en la tradición ancestral. Este desafío puso en tela de juicio la marginación de las mujeres, que les niega autonomía y capacidad de acción.

Chachimurenga («es la hora de la revolución») es probablemente su canción más famosa. Esta canción intemporal es una llamada a las armas. Hace referencia a la guerra de liberación contra el régimen de Rodesia y destaca el derramamiento de sangre y los sacrificios realizados para liberar al país. La canción, como la mayoría de las suyas, fusiona la mbira con otros instrumentos tradicionales como la marimba, los tambores y el hosho (sonajas).

Artista inspiradora

Chiweshe inspiró a muchas jóvenes intérpretes de mbira, a pesar de que sigue siendo un instrumento tocado predominantemente por hombres. Una de las artistas a las que inspiró es la premiada cantante e intérprete de mbira Chiwoniso Maraire. Maraire surgió a principios de la década de 1990 y demostró que la mbirapodía evocar emociones profundamente espirituales cuando se combinaba con instrumentos musicales occidentales. Sus canciones sonaban en todos los niveles de la sociedad y ofrecían mensajes de inspiración y esperanza, así como de resistencia.

Chiweshe también inspiró a Hope Masike, conocida cariñosamente como la «princesa de la mbira», la guardiana contemporánea de este instrumento místico. La audaz música de fusión urbana de Masike demuestra que la mbira no sólo debe considerarse en su papel tradicional. Ella ha acuñado el término Gwenyambirakadzi para describir a las intérpretes femeninas de mbira. Al popularizar la mbira entre los jóvenes, Masike ha contribuido a desmontar el mito de que la mbira es un instrumento asociado a lo oculto.

Reina de la mbira

Stella Chiweshe se negó a doblegarse ante la opresión, el desaliento o incluso las amenazas a sus aspiraciones musicales. Utilizó su música para comentar y poner de relieve cuestiones relacionadas con la tradición y los problemas sociopolíticos y económicos contemporáneos.

Entró en un ámbito dominado por los hombres y dejó su impronta como una de las primeras mujeres en tocar la mbira en público. Y demostró una considerable capacidad de permanencia. A lo largo de cinco décadas de carrera musical, fue la reina de la mbira. A través de su música, traspasó las limitaciones sociales y geopolíticas para emerger en una clase propia como enérgica, talentosa y juguetona, pero siempre espiritualmente arraigada en sus creencias tradicionales.

* Gibson Ncube es profesor en la Stellenbosch University, Sudáfrica. Artículo publicado originalmente en The Conversation. Traducción de Alejandro De los Santos para afribuku

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